Cuando te pones las gafas violeta, esas que te hacen ver el mundo en clave feminista, todo cambia. Tanto, que empiezas a darte cuenta de que tu música favorita esconde, cuanto menos, mensajes tóxicos.

"Me encantan los Stones, pero en sus canciones siempre le están cantando a una mujer con muy pocos recursos emocionales y de personalidad. Luego los ves a ellos, en aquella época, que apenas pueden caminar, sucios, borrachos y completamente drogados y piensas con qué entidad hablas tú de 'nena, nena, yo estoy acá para ayudarte'. ¿A quién podías ayudar en ese momento?".

La música y productora de rock Barbi Recanati (Buenos Aires, 1986) tiene claro que el feminismo, sin duda, te hace ver "todas esas letras de esa época, como las de los Beatles, como poemas baratos".

Barbi Recanati en Madrid. Sara Fernández

Eso, sin embargo, no les quita su grandeza, matiza. Pero es que, reconoce, "yo ya no puedo ver nada sin la lupa del feminismo". Por eso entiende el mundo y la música como parte de ese movimiento "antisexista, transfeminista y antirracista" que crea "un espacio de equidad a todo nivel".

Las 'mostras del rock'

Recanati recibe a MagasIN en el café Pavón de Lavapiés. Y no podría haber elegido un lugar mejor para hablar de su novela gráfica, Mostras del rock (Editorial Sigilo, 2022), que un lugar de encuentro feminista y antirracista como es este barrio madrileño.

Su libro recorre la historia del rock desde sus inicios hasta los años 90 de una forma que rara vez se encuentra: a través de las mujeres –muchas de ellas olvidadas o silenciadas– que han hecho de este género musical lo que es hoy en día. 

Pero Mostras del rock nació muchos antes, en forma de podcast. "Cuando empecé a armar el guion, me encontré con la historia de Mami Smith y del primer blues grabado en la historia, que venía de esa mujer, y dije 'por qué yo no conocía esta historia'. El éxito del podcast en Argentina y América Latina derivó en este libro", cuenta Recanati.

La encargada de ilustrarlo al más puro estilo punk es la historiestista e ilustradora colomboecuatoriana PowerPaola. Juntas, como dice Recanati, empezaron a idear algo que "no fuese un libro de texto para la gente que le interesa la música, sino uno hermoso para que tengas en tu mesa de noche, increíble para regalarle a tu sobrina o a tu mamá, un libro tentador para compartir con una amiga".

Portada de 'Mostras del rock'

En definitiva, admite, "que sea esta pieza de arte que llega a tus manos y se convierte en una trampa fatal". Y en cierto modo, así es. Su novela gráfica pide ser acompañada por una lista de reproducción de Spotify a la medida de las mujeres que recorren sus páginas. 

Nombres como Patti Smith, Debbie Harry, Siouxsie, Kathleen Hanna… pero también otros que fueron borrados y olvidados. Todas ellas forman parte de este compendio esencial para cualquier melómano que surge, precisamente, respetando el rock que había educado a su autora, como ella misma reconoce. 

"Me resultó muy sencillo empezar a meterme en los pasillos de las avenidas que ya había recorrido muchas veces y descubrir que en el momento presente, cuando el rock y el punk estaba surgiendo, había un montón de mujeres. Aunque en el momento de escribir los artículos en las revistas que yo había leído o los documentales que yo había visto o los especiales que yo había escuchado no las nombraban", explica Recanati.

Barbi Recanati Sara Fernández

Sin embargo, sus nombres empezaban a salir a flote a la par que iba investigando. "Todo es buscar un nombre propio –normalmente de hombre– y empezar a buscar hasta llegar a la página 12 de Google. Ahí empiezan a aparecer artículos donde sí están las mujeres, te encuentras con sus vidas", asegura. Así surge Mostrar del rock, con todas esas mujeres que estaban ahí, en el rock que educó a Recanati y a otros muchos hombres y mujeres.

Rock con nombre de mujer

Y es que, aunque no siempre se tenga en cuenta, la historia del rock nació de la mano de una mujer y casi por casualidad. "En Estados Unidos, a principios del siglo pasado, se escuchaba música europea de la posguerra; una cantante enfermó y en el apuro encontraron a Mami Smith, una cantante de vodevil de Harlem para que cantase una canción. Como le fue muy bien, se convirtió en la primera persona afrodescendiente en grabar un disco".

Recanati explica que cuando la llamaron de la discográfica, ella entonó un blues, "y esa melodía que quedó grabada en un compilado de música que tuvo un éxito enorme en la radio". Cuando se dieron cuenta, dice, de que esta música le gustaba tanto a la comunidad negra como a la blanca, en una sociedad tan segregada racialmente como la estadounidense, se empezaron a "armar listas paralelas, que eran listas raciales que se llamaron de R&B".

Así nació el rock, el soul, el blues… "Toda la música que hoy consumimos en la radio existe gracias a ese golpe de suerte que tuvo Mami Smith", recuerda Recanati.

Sara Fernández

Pregunta: ¿Podría decirse que a las mujeres negras les debemos la música actual?

Respuesta: Les debemos reconocimiento y nombramiento.Pero también un debate sobre la apropiación cultural un poco más amplio y sin miedo a qué podemos perder en el camino. La mayoría de los debates que realmente nos debemos para poder llegar a un lugar con equidad nos da miedo tenerlos por los privilegios que podemos perder. El debate de la cancelación, el de la apropiación cultural, el de la xenofobia, de la migración y del racismo. Son todos debates que nos dan miedo tener porque nos da miedo perder privilegios.

Y pone de ejemplo a Janis Joplin y Elvis Presley. "Está claro que Elvis le robó todos los pasos a Big Mama Thornton, todas sus entonaciones, todos sus movimientos, para hacer 'Hound Dog'", explica. Esta canción, que hasta que Presley le dio visibilidad sólo era interpretada por Big Mama, se convierte "en un furor" cuando él la interpreta en al televisión. Sin embargo, no le dio crédito por ella.

"La única persona que termina reconociendo musicalmente a Big Mama Thornton es Janis Joplin cuando hace 'Ball and Chain'. Ella decide llevársela de gira por toda Europa y ponerla en los créditos del disco y nombrarla en cada concierto y cada vez que canta la canción", cuenta Recanati. "Esa es la forma de debatir sobre la apropiación cultural". 

Sara Fernández

Y añade: "Puedes hacer una canción que te gusta mucho, sobre una cultura que no te pertenece, pero hay que hacerla nombrándola, celebrándola, dándole el reconocimiento y el espacio que merece y aprovechando también tu privilegio para poder mostrársela al mundo".

Para Recanati, sin mujeres como Mami Smith o Big Mama Thornton, "no existiría el rock, ni el trap, ni nada de lo que escuchamos".

Pregunta: Mostras del rock acaba en los 90, con Kristin Hersh y su proyecto Throwing Music. ¿Cómo ha evolucionado el panorama musical femenino desde entonces?

Respuesta: Las cosas están cambiando definitivamente, y muchas para mejor. Pero a veces al primer laurel que encontramos, nos acomodamos ahí y de nuevo da miedo debatir cómo habitar los espacios. Hay más espacios para nosotras, pero si no debatimos sobre cómo habitarlo, todo es en vano. Porque hay muchísimas artistas mujeres en este momento triunfando, y en su mayoría manejan una hegemonía y una estética que no maneja ningún varón. Y eso es muy llamativo.

P: ¿Por qué llama eso la atención?

R.: Porque a la mujer se le sigue exigiendo para estar arriba del escenario o un virtuosismo vocal como el de Adele o una hegemonía absurda como la de las Kardashian. Parece que una no puede simplemente salir y tocar la guitarra.

Por eso, reconoce, le "divierte mucho" la música nueva de "bandas de chicas que están saliendo de España y que más allá de la estética, su música es una reivindicación de poder tocar tres acordes y decir lo que te da la gana sin tener que tener letras poéticas como las de Joni Mitchell o una música súper experimental como la de Bjork".

"Fue un Big Bang que terminó generando una vía láctea de mujeres haciendo arte"

Recanati hace mención a bandas espanoñas como Las Melenas, Cariño o Hinds. Y reconoce que mujeres como ellas le hacen decir que "por fin las chicas podemos hacer lo que nos da la gana con la guitarra y no tenemos que andar demostrando que sabemos 800 acordes y que podemos llegar con nuestra voz de 300 lugares". Porque, admite, demuestran que "podemos hablar de cosas que sólo nosotras podemos hablar".

El sello discográfico feminista

Recanati pasó 12 años al frente de Utopians, una banda de rock argentina que se desintegró después de que denunciasen a su guitarrista por acoso. Tras la disolución del grupo, ella creó Goza Records, un sello feminista que apuesta por el rock hecho por mujeres. 

Barbi Recanati Sara Fernández

Pregunta: ¿Goza Records fue tu manera de rebelarte contra el machismo (y la impunidad) de la industria?

Respuesta: Sí, por supuesto que sí. A una amiga le dije me encantaría seguir haciendo música, pero que no creía que volviese a hacerla, porque no quería tocar para ese público ni en esos bares o clubes, ni quería hablar con esos periodistas, ni firmar con esas disqueras. Y ella me dijo que tal vez fuera el momento de empezar a hacer algo para que haya otros bares, otros públicos, otras disqueras, otros periodistas… Ahí fue que empezó Goza Records, también como como un manifiesto a no querer cambiar la escena musical del rock masculino, sino que quereremos construir otra.

P.: ¿Y lo habéis conseguido?

R.: Argentina tiene una escena musical femenina única. Y fue gracias a un montón de personas, porque siempre hubo referentas de autogestión y feminismo en Argentina. Eso sí, hubo un quiebre hace unos cinco años, donde en simultáneo estaban estas chicas haciendo este gran festival y estas otras haciendo esta radio y estas haciendo esta asamblea… todo al mismo tiempo. Fue como un Big Bang que terminó generando una vía láctea de mujeres haciendo arte.

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