Nathalie Picquot (1975) ha desempeñado diversos cargos de dirección en Google, ha sido directora general de Twitter en España y Portugal y es directora global de Corporate Marketing, Brand Experiencie y Digital Engagement del Banco Santander. La entrevisto en la sala Solia del edificio El Faro del Centro de Visitas de la Ciudad Financiera del banco. Algunas puertas se abren solas, otras no. No sé cuándo empujar, ni cuándo esperar. Debe de ser un edificio inteligente…

Enseguida entiendo por qué Nathalie Picquot es una alta ejecutiva. Reúne de manera natural cualidades que raramente se presentan juntas. Tiene la capacidad de escuchar, comprender, sintetizar, decidir y ejecutar. Es relajada y enérgica. Profesional y cordial a la vez. Y muy trabajadora. Tras unas palabras de cortesía, me dice simpáticamente: como no tenemos mucho tiempo, vayamos al grano.

Eres una persona cosmopolita: padre francés, madre alemana, radicada en España…

He vivido por todo el mundo. Mis padres se conocieron en Hong Kong. Nací en Hamburgo. Viví mis primeros dos años en Taipéi, luego Singapur, Ottawa, Montreal… En París, de 13 a 15. Termino el colegio en Hong Kong y estudio la carrera en Nueva York. Hablo francés, inglés y alemán. El español lo aprendí tarde. Es más de calle, apenas lo he estudiado.

¿Cómo recalas en España?

Yo había empezado en el mundo digital tech en NY en el 99. Un poco por mis idiomas, me pidieron venir a Europa. En 2001, con el crash de las puntocom, mi empresa se fusiona con otra alemana y me piden unirme como directora responsable de desarrollo de negocio. Como no había oficina física, podía elegir donde vivir. Dudaba entre Londres y París. Pero mi hermana vivía aquí y yo tenía amigos españoles. Al mes de instalarme en Madrid conocí al que ahora es mi marido. Mi idea era trabajar dos años y hacer un MBA en Harvard. Viajaba sin parar. Luego renuncié al máster porque me llamaron de Google.

Desde muy pronto desempeñas cargos de dirección. ¿Qué hace falta para dirigir?

A veces me pregunto cómo he llegado hasta aquí. No tengo MBA, aunque he hecho cursos. En Google tenía que contratar a gente con másteres, doctorados…

Lo que me dicen -y creo que funciona bien y es importante en un líder- es que tengo inteligencia emocional, capacidad de adaptación rápida, de trabajo y de hacer que el equipo funcione. Trato a las personas con las que trabajo como me gustaría que me trataran a mí. Son cosas que hago de manera natural, sin proponérmelo. Nunca pensé “quiero ser la jefa”.

También has trabajado muchísimo.

Esto está claro. Hay mucho sacrificio. No hay secreto. Muchos días duermo poco. ¿Qué sacrificas? Tiempo con amigos. He priorizado más la familia y el trabajo. A veces con cargo de conciencia. No tienes mucho tiempo para ti.

Esta es mi rutina de un día normal: algo de deporte, ducha, desayuno, niños, cole, trabajo, llegas, cena, deberes con niños y sigo trabajando. Hay que currar mucho. Nadie te regala nada.

La mujer en los puestos de alta dirección.

Tengo la suerte de estar en un sector, new tech (nuevas tecnologías), que desde el principio apostó por la diversidad de sexo y perfiles. Es verdad que en campos técnicos como la ingeniería faltan mujeres. Pero en marketing y publicidad había desde el principio en Google muchas mujeres en puestos muy altos. En España, comparado con otros países de Europa, en la parte de negocio sénior éramos más mujeres.

Es un poco polémico lo que voy a decir. Cuando hablamos de cuota, yo creo que hay que hacer un esfuerzo por tener candidatos diversos, pero siempre atendiendo al talento. Por ejemplo, en algunos puestos en los que hay tradicionalmente mayoría de mujeres -como recursos humanos- hay que asegurar la presencia de algunos hombres. Y viceversa.

"Hay que currar mucho. Nadie te regala nada"

Es fundamental la igualdad de oportunidades. En mi caso de alta dirección, muchas veces es la propia mujer la que se pone límites. Esto lo demuestran los estudios. Se ofrece un trabajo con diez requisitos. Un hombre tiene tres y se apunta. Una mujer cumple con los diez y sigue dudando de ella misma. Es una realidad. Hay que intentar concienciarse: “No te pongas límites”.

Has sido directora de Twitter para España y Portugal. ¿Las mujeres reciben más insultos en las redes sociales?

Sí, hay más crítica contra la mujer. Hace falta mucho trabajo de educación. En Twitter insistíamos en dar a conocer las herramientas para poder controlar quién te sigue, cómo silenciar a alguien, bloquearlo, denunciarlo. Las redes sociales son un reflejo de la sociedad.

¿Qué tipo de ataques son?

De todo tipo. Igual que en la vida real. Afortunadamente, las plataformas tienen normas. No puedes degradar ni amenazar. Por ejemplo, cuando una mujer es asertiva dicen que es agresiva. Sin embargo, de un hombre asertivo dicen que es un líder. En las redes se ve esto ampliado. Además, desde el anonimato -hay usuarios más anónimos que otros- se escriben cosas que uno no se atrevería a decir a la cara. Son insultos no solo contra la mujer, sino contra muchos colectivos.

Para impulsar la transformación digital, el Banco Santander ha creado el cargo de directora global de “Corporate Marketing, Brand Experience and Digital Engagement”. ¿Qué significa este léxico anglosajón? ¿Cuántas personas tienes en tu equipo directo?

Somos unas 35 personas que cubren cinco áreas muy distintas. Trabajamos marketing corporativo, marketing digital, marca, patrocinio y brand content (contenido de marca), pero también temas como experiencia de cliente, experiencia de usuario en plataformas digitales, diseño de assets (recursos) digitales, etc. Queremos lograr que nuestra comunicación, marketing y experiencia sean más digitales.

¿Cómo se logra?

Como pertenecemos al ámbito corporativo no tenemos clientes, pero trabajamos mucho con los países para dar pautas, mejorar las prácticas y ayudar a tener más consistencia como marca. Tenemos, además, un equipo de estudios que ayuda a conocer las trends (tendencias) para mejorar nuestra experiencia de cliente y adelantarnos a sus necesidades. Compartimos y recomendamos, pero la mayoría de las decisiones se toman localmente. Lo interesante es lograr más impacto cuando estas áreas trabajan en equipo, en la misma dirección. Ese es mi reto.

Eres madre de cuatro hijos, una heroína en estos tiempos de tan baja natalidad.

Las verdaderas heroínas son las madres ucranianas, o la madre soltera con tres trabajos que cuando llega a casa tiene que dar de comer a sus hijos.

¿Cómo lo hago? Lejos de la perfección. Me ha pasado llegar a casa y decir: “Hola hola, ¿dónde están los niños?”. Y se me ha olvidado recoger a uno de alguna actividad extraescolar. Para mí lo esencial es funcionar en equipo, tanto en casa como en la oficina. Hay que saber delegar. Tengo la suerte de que mi marido me apoya mucho y tengo ayuda. A veces puedes contar con algún familiar o amigo.

Hay que conocer tus prioridades en la vida, que son distintas para cada persona. Lo primero es la salud y la familia. Pero hay veces en que debes priorizar el trabajo. Por ejemplo, en este momento de arranque de mi nuevo cargo.

No es fácil.

No, no es fácil. Yo tuve los cuatro hijos cuando trabajaba en Google. Cuando me quedé embarazada de la peque, la gente me decía “otra vez, te van a echar”. Casi cada vez que volvía a Google, tras un embarazo, me daban más responsabilidades. Si yo he podido, que no soy una fuera de serie ni tengo másteres, otros también pueden hacerlo. Insisto en que tengo la suerte de contar con el apoyo de mi marido y ayuda en casa. También, como son cuatro, se entretienen entre ellos. Y colaboran.

Forma parte del consejo asesor de la Fundación Inspiring Girls.

Muchas veces las mujeres se ponen límites, o los pone la sociedad. El objetivo de esta fundación es hacer visible a las niñas role models (referentes de mujer) en todos los sectores.

"Lo primero es la salud y la familia. Pero hay veces en que debes priorizar el trabajo"

Empezó con un experimento en una clase. Los niños tenían que pensar en un médico. ¿Cómo se llama este médico? Pepe, Juan… Lo mismo con un piloto, un bombero… Iban a venir a clase. Entran con casco y mascarillas. Cuando se descubren, resulta que son mujeres y los niños se quedan sorprendidos, porque esperaban que fueran hombres.

Todo lo que es mentoring, coaching, siempre me ha encantado… Conectar con las niñas.

¿Qué consejos les das?

Lo que yo llamo las cinco C: seguir tu corazón, tener curiosidad, creer en uno mismo, tener coraje y -no hay secreto- currar mucho.

¿No te apabulla la innovación digital constante? ¿Consigues estar al día?

Creo que hay pocas personas en el mundo que puedan estar al día. Hay tantas cosas…

A la gente le preocupan los impactos negativos de la revolución digital, quedarse sin trabajo... También hay que reconocer los beneficios. Cuánto nos han ayudado, por ejemplo, durante la Covid las clases online, el comercio electrónico, el teletrabajo, las redes sociales… Hay cantidad de nuevos trabajos, de nuevas oportunidades, de empresas que surgen, por ejemplo, con el comercio electrónico.

La innovación crece a una velocidad exponencial. Y vuelvo al tema de la curiosidad. Como líder hay que escuchar a los más jóvenes de los equipos que son nativos digitales. Es lo que he intentado hacer aquí. Debemos hablar de reverse mentoring (tutoría a la inversa) en la que los séniors con más responsabilidad pedimos a los jóvenes que nos expliquen estas novedades. Es un cambio de mentalidad en la organización de la empresa, de cómo se trabaja. Hay menos jerarquía. Se trata de liderar y seguir aprendendiendo de los expertos.

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