-
La corbata como sello
Desde el estreno de Annie Hall, convirtió la corbata en su seña de identidad. Inspirada por la moda neoyorquina de la época, apostaba por la mezcla de chalecos, pantalones anchos y camisas holgadas, generando una silueta desenfadada y cómoda. Su empeño en llevar su propia ropa en el rodaje de la película —algo que maravilló a Woody Allen pese a la desaprobación de la directora de vestuario — cristalizó en una revolución estética que dio voz a una visión de la feminidad más libre y ajena a las tendencias marcadas.
-
Amante de lo 'punk'
También demostró su gusto por la estética punk, explorando siluetas y materiales asociados a la rebeldía y la subversión sartorial. Por ejemplo, para el estreno de Marvin’s Room, en 1996, optó por una falda amplia de tartán (sí, cuando llevaba esta prenda lo hacía cediéndole todo el protagonismo), camisa blanca estructurada y cinturón robusto. El sombrero y el juego de proporciones en ese estilismo confirman cómo disfrutaba la actriz desafiando las reglas tradicionales de la gala, incorporando el caos estilizado y la irreverencia en su guardarropa.
-
Juego de texturas
En este estilismo para un estreno al que acudió en 1993, el auténtico protagonista era el juego de texturas. La mezcla de ante en la chaqueta, la lana en la falda lápiz y los guantes forman una paleta táctil rica y sofisticada, acentuada por el cinturón ancho de cuero que estructura la silueta. Lo de Keaton era maestría para combinar materiales naturales y acabados diversos, logrando un resultado tan elegante como original en el que la superposición de capas y los accesorios al cuello (en este caso, la pajarita) resultaban absolutamente imprescindibles.
-
-
Búsqueda del dramatismo
Al elegir esta impresionante combinación de encaje negro y cierre en el cuello con forma de choker para los SAG Awards de 2004, Keaton se revelaba como apasionada de la estética gótica. El gusto por el negro, las transparencias y el relieve testifican su inclinación por el romanticismo oscuro y la sofisticación atemporal. Además, en aquella época se sumó al furor por las chunky highlights, las mechas gruesas y definidas que marcaron tendencia en los 2000.
-
Sastrería masculina
Otro de sus grandes looks es el que llevó a la entrega de los premios Óscar de 2004. Vestida de Ralph Lauren, resaltó su pasión por las influencias masculinas con este conjunto de chaqueta tipo frac y pantalón de rayas complementado con una corbata de lunares, un sombrero estilo Chaplin y un clavel blanco en la solapa que recuerda a los trajes del cabaret vintage. El estilismo mezcla referencias de la moda dandy y la era dorada de Hollywood, resumiendo perfectamente su estilo: prendas icónicas de corte boyish llevadas al extremo chic.
-
El binomio que no falla
Si algo caracterizó la estética de la eterna musa de Woody Allen fue su clara predilección por los contrastes clásicos, que se convirtieron en una constante de su armario y en una referencia de elegancia para la industria. Si para los tejidos y capas solía dejarse llevar por sus ganas de experimentar, en lo que a colores respecta era poco habitual verla salirse de la escala de grises. En la gala de homenaje a la trayectoria que el American Film Institute organizó en 2017, por ejemplo, apostó por esa combinación blanco-negro y ganó al sumar al look unas originales botas de tacón a juego.
-
-
No sin su sombrero
Cualquiera que haya prestado atención a la estrella de Los Ángeles se habrá dado cuenta de que el universo Keaton es inconcebible sin el sombrero como pieza central. Durante el desfile de Thom Browne en la Paris Fashion Week de 2023, la actriz reafirmó (una de tantas veces) su fidelidad a este accesorio en la versión de ala ancha que ha adoptado como insignia. Lo integró a un traje de rayas clásico con corbata clara, demostrando de nuevo que el sombrero, más que complemento, fue su emblema de carácter y elegancia indómita.
-
¿Tapar las canas? Ni hablar
La relación de Keaton con sus canas fue una declaración de autenticidad y rebeldía ante los códigos de belleza predominantes en Hollywood. Desde los primeros destellos plateados, abrazó el cambio como signo de identidad, negándose a teñir su cabello y mostrando que la madurez podía ser sinónimo de estilo y magnetismo, lo que iinspiró a reivindicar la belleza real frente a la tiranía del antiedad. La estadounidense desafió a su manera el edadismo de una industria feroz y competitiva para demostrar que la confianza y la libertad son las claves del verdadero atractivo, independientemente del paso del tiempo.
En la noche del sábado 11 de octubre, el mundo del séptimo arte tuvo que dar un adiós que no esperaba. Falleció Diane Keaton (Los Ángeles, 1946), tal como dio a conocer la revista People tras hablar con un representante de su familia. Esta semana se va no sólo una de las intérpretes más singulares de Hollywood, sino también una de las mujeres que transformaron la relación entre cine y moda.
Su imagen está ligada a Annie Hall (1977), la comedia de Woody Allen por la que ganó el Óscar a Mejor Actriz y que la consolidó tras saltar a la fama con El Padrino (Francis Ford Coppola, 1972). Pero más allá del éxito cinematográfico que curiosamente lleva su nombre —Annie era su apodo y Hall el apellido de su padre—, aquella película marcó un antes y un después en la forma de vestir de toda una generación.
El chaleco, la corbata, los pantalones anchos, el sombrero y las camisas crearon un modelo de vestuario tan personal que fue bautizado como el Annie Hall style. En realidad, era el estilo Diane Keaton, un reflejo de la manera de ser de la estadounidense: libre, excéntrica en su justa medida y ajena a cualquier norma de comportamiento.
[Muere a los 79 años la actriz Diane Keaton, musa de Woody Allen y protagonista de 'Annie Hall']
En 2020, confesó en redes que su vínculo con la moda viene de lejos. "Mi madre [Dorothy, una apasionada de la costura cuyo apellido de soltera adoptó para cimentar su carrera] y yo solíamos elegir patrones, le decía lo que quería y ella lo hacía por mí". Le encantaba visitar tiendas de segunda mano con sus hermanas y el teatro marcó su identidad, al permitirle jugar con el disfraz.
Keaton consolidó una estética singular a lo largo de su vida, tanto en sus apariciones públicas como en sus proyectos personales. En 2024 publicó el libro Fashion First, editado por Rizzoli, donde repasaba algunos de sus estilismos más comentados a lo largo de las décadas, desde atuendos de la infancia hasta conjuntos de gala y experimentos de estilo callejero.
En los últimos años, extendió esa creatividad al diseño de interiores. Colaboró con la firma californiana Hudson Grace en una colección de piezas para el hogar —vajillas, objetos decorativos, etc.— marcada por su característica gama de blanco y negro. También apoyó la creación de una línea de textiles para el hogar con la marca S. Harris y de iluminación de lujo junto a Aidan Gray.
Lejos de disminuir con la edad, su popularidad y relevancia profesional se mantuvieron intactas hasta el final de su vida, como corrobora su amplia y diversa cartera de papeles. Los más recientes estuvieron ligados a las comedias Arthur's Whisky (Stephen Cookson, 2024) y Summer Camp (Castille Landon, 2024) en las que interpretó a los personajes de Linda y Nora, respectivamente.
A sus 79 años, la estrella de Los Ángeles deja más de cincuenta películas, un Oscar, dos Globos de Oro y un Bafta. Y, para los amantes de la moda, también deja una huella visual: la de una mujer que hizo de la ropa un lenguaje propio y que convirtió la fusión de lo clásico y lo andrógino en un emblema de elegancia.
Estos son algunos de los estilismos más destacados de la actriz a lo largo de su carrera:
