En sus videos y contenidos, el arquitecto Christian Mera frecuentemente explica: sugerencias útiles, errores comunes en fachadas e impacto en la percepción. En consecuencia, recientemente ha compartido un video en TikTok en el que indica que muchas fachadas no tienen éxito debido a la falta de coherencia en el diseño.
El resultado se percibe desordenado cuando no existe un hilo conductor claro. Esto genera que, pese a que el interior esté bien resuelto, la entrada ya no inspire confianza.
Indica también otro error común: las ventanas están mal distribuidas. Colocar huecos de manera arbitraria rompe el equilibrio visual y da la sensación de improvisación. Según Mera, una fachada adecuada tiene que conservar la proporción y mantener un ritmo visual equilibrado.
Christian Mera ha lanzado una advertencia sobre los errores más habituales en las fachadas modernas: "matan la primera impresión". Esta reflexión, compartida públicamente en TikTok, pone el foco en cómo el exterior de un edificio condiciona la percepción del diseño.
Un proyecto arquitectónico debe cuidar su presencia exterior desde el primer instante. Si la fachada chirría, desvía la mirada del resto del conjunto.
En tiempos donde las redes amplifican las primeras impresiones, un desacierto visual se vuelve viral con facilidad. Mera insiste en que el acierto con la fachada es tan importante como el confort interior.
Uno de los pecados más señalados es la sobreabundancia de materiales incoherentes. Cuando se mezclan estilos, texturas y colores sin plan claro, el resultado suele ser un conjunto caótico.
Otro error frecuente es el uso innecesario de elementos voluminosos (voladizos excesivos, molduras agresivas) que sobrecargan el frente del edificio sin aportar valor arquitectónico real.
También critica la uniformidad sin matiz: una fachada completamente plana y sin relieves ni proporciones generosas puede transmitirse como fría o carente de carácter.
De hecho, la fachada es la primera carta de presentación de cualquier construcción. Un error en esa parte puede hacer que todo lo que hay detrás parezca menos trabajado.
Mera apunta que una mala fachada no solo afecta a la estética, sino que arruina la percepción global del proyecto: los visitantes, transeúntes o clientes juzgarán antes por la pinta externa.
Por eso, enfatiza la importancia de cuidar escalas, proporciones, acabado y coherencia de materiales desde el inicio del diseño.
En consecuencia, debes evitar combinar demasiados acabados distintos (vidrio, piedra, metal, ladrillo visto, revestimientos de plástico...). Un hilo conductor estético ayuda a que el conjunto se perciba armónico.
También es importante incorporar vanos, huecos y elementos de rotura que organicen visualmente la fachada y aporten interés. No todo puede ir al mismo plano sin variar profundidad, sombra o volumen.
Igualmente, los remates de balcones, cornisas y juntas de dilatación deben estar resueltos. Un desacierto pequeño puede llamar muchísimo la atención desde la calle.
Además, un diseño adecuado de la iluminación exterior puede reforzar ventajas: destacar volúmenes, disimular imperfecciones y suavizar texturas. No es solo decoración, también es corrección visual.
En muchos edificios del siglo XX se observa cómo la falta de mantenimiento y previsión ha generado degradaciones, desprendimientos, humedades o fisuras que convencieron al mundo de que la estética importa.
Una fachada mal cuidada.
Algunos errores comunes pasan por enfoscados que se resquebrajan, pintura barata que se descascarilla, juntas mal selladas o módulos mal alineados. Todas esas fallas pasan factura visual y estructural.
En consecuencia, como advierte Mera, una fachada incorrecta puede arrastrar debilidades interiores ante la mirada del espectador.
