Si hay un alimento capaz de unir a toda España alrededor de una mesa, ese es el jamón. Es nuestro símbolo, nuestro orgullo gastronómico y, para muchos, el verdadero protagonista de las Navidades.
Pero hay un detalle que siempre nos preocupa con respecto a este manjar: cómo conservarlo para que se mantenga tierno, jugoso y con ese brillo irresistible durante semanas.
En todas las casas hay teorías. Unas optan por ponerle su propia grasa por encima; otros que si cubrirlo con un paño; otros que si es mejor dejarlo "respirar"...
Sin embargo, los mejores cortadores de jamón del país han puesto fin al debate. Este truco, tan sencillo como efectivo, está revolucionando las redes y los foros de cocina.
El film es el método profesional definitivo para conservar el jamón como recién cortado durante mucho más tiempo.
El error común
La mayoría de nosotros hemos aprendido a conservar el jamón siguiendo las tradiciones de casa. La gran mayoría lo tapa con un paño limpio o incluso cubrir la zona del corte con un trozo de su propia grasa para evitar que se reseque.
Pero los cortadores de jamón profesionales son claros y advierten que ninguna de estas técnicas es realmente eficaz.
El paño, aunque parezca proteger, acumula humedad y bacterias. Mientras que, la grasa del jamón, al contacto con el aire, se oxida y puede aportar sabores rancios.
Es decir, pensábamos que lo cuidábamos, pero en realidad estábamos acortando su "vida útil".
Cómo conservar el jamón
Los mejores maestros cortadores coinciden en una técnica tan simple que sorprende. Para ellos el jamón debe cubrirse con film transparente común, bien adherido a la superficie del corte. Nada más.
Este gesto, que apenas lleva cinco segundos, transforma por completo la conservación porque:
- Evita que el oxígeno entre en contacto directo con la carne.
- Reduce la oxidación.
- Impide que se reseque.
- Mantiene el brillo y la jugosidad.
Después, si quieres dar un plus, puedes añadir encima la grasa blanca del propio jamón, pero siempre después del film, nunca en contacto directo con la pieza.
Así actúa como barrera protectora sin transmitir sabores rancios. Tal y como advierten los profesionales, el enemigo número uno del jamón es el aire. Cuanto menos contacto tenga, mejor conservará su textura, aroma y sabor.
Dónde colocar el jamón
Otro error habitual es dejar la pata cerca de fuentes de calor o en zonas sin ventilación adecuada. Los expertos recomiendan:
- Mantenerlo en un lugar fresco, lejos de la calefacción.
- Evitar cambios bruscos de temperatura.
- No guardarlo en la nevera (solo aplica para jamón ya loncheado).
- Mantener la pata a temperatura ambiente, en un soporte firme.
Piensa que una buena conservación empieza mucho antes del propio corte.
¿Y si el jamón está envasado?
Cada vez más familias optan por jamón envasado al vacío, especialmente para evitar tener una pata entera en casa.
Según los expertos, esta opción es fantástica si buscas que dure más sin perder calidad. Los especialistas en curados explican que:
- El jamón envasado al vacío puede mantener todas sus propiedades entre 3 y 6 meses sin abrir.
- Una vez abierto, conviene consumirlo en 2 a 4 semanas.
- Lo ideal es guardarlo envuelto en film transparente o dentro de un contenedor hermético en la nevera.
- El vacío retrasa la oxidación, evita la entrada de oxígeno y frena el crecimiento de microorganismos.
Si lo tuyo es disfrutar del jamón "como recién cortado", esta alternativa puede ser un salvavidas.
Cómo saber que el jamón se está estropeando
Aunque conserves el jamón adecuadamente, conviene vigilar estos detalles:
- Si aparece un moho superficial blanco, suele ser normal: retíralo con un paño seco.
- Si notas olor rancio, ausencia de brillo o tacto excesivamente duro, la pieza está perdiendo calidad.
- La clave está en actuar rápido y evitar que el proceso avance.
Es por ello que el film transparente cumple exactamente la función que necesita el jamón. Este crea una barrera hermética, no transfiere olores, mantiene la grasa infiltrada intacta y evita la pérdida de humedad.
Lo que los profesionales quieren evitar a toda costa es la oxidación. Por eso, esta solución aparentemente simple se impone incluso en el mundo de las competiciones de corte.
Muchos cortadores de élite han compartido vídeos mostrando cómo lo aplican en directo: estiran el film, lo adhieren con firmeza a la superficie del corte y lo cierran como si estuvieran sellando una joya. Porque, en el fondo, el jamón lo es.
