Actualmente, comer saludable es mucho más caro que apostar por todos esos alimentos procesados, que además de ser mucho menos costosos, nos quitan mucho menos tiempo a la hora de cocinar.

Sin embargo, todos esos alimentos que son más baratos y más rápidos, también suelen estar alterados por la adicción o introducción de sustancias —azúcar, aceite, preservantes, aditivos o sal— que cambian su naturaleza y pasan de pretender ser alimentos originales a ser algo totalmente alejado de ello.

Como su producción es mucho más barata, los supermercados están repletos de todos estos productos a disposición de los consumidores: lasaña, verduras congeladas y trituradas, embutidos, bollería… alimentos que, aunque no queramos, siempre caen a nuestro carrito de la compra.

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A pesar de la creencia popular, sí es posible comer saludable con un presupuesto ajustado y existen muchas recetas que, además de económicas y beneficiosas, pueden estar tan ricas como aquellas a las que tendemos por recurrir. En estos casos, siempre es buena idea apoyarse en expertos de la nutrición, como Elisa Blázquez (@elisa.blazquez).

Elisa Blázquez es nutricionista integrativa, una rama que no solo se enfoca en las dietas, sino también en tu salud, bienestar, belleza, rendimiento físico e intelectual y vitalidad.

Diseñar un buen plan de alimentación

Bien es cierto que muchos productos indispensables en los supermercados han subido de precio, verduras y frutas que hace tan solo unos años costaban la mitad, ahora suponen un esfuerzo más grande.

Sin embargo, para Elisa Blazquez el truco está en diseñar un buen plan de alimentación que no suponga un esfuerzo económico, "se confunde comer sano con seguir una dieta rica en productos más caros como la carne y el pescado, y no es así. Se tiene que variar más y priorizar otras alternativas económicas, pero nutritivas y saciantes", explica.

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Y para la experta en nutrición la clave está en el balance y poder variar entre productos que merezcan más una inversión y aquellos que son saludables pero también económicos. 

"La clave del éxito es la previsión, evitar el desperdicio, comprar productos de temporada y diseñar bien un menú para que haya un equilibrio entre las opciones más caras (pescado, carne, marisco) y las económicas (huevos, legumbres, cereales)", confiesa Blázquez.

Pero ¿cómo podemos saber en qué alimentos debemos invertir un poquito más? "Los productos más caros suelen ser el pescado y la carne, es preferible comerlo menos días a la semana, pero comerlo de buena calidad, podemos buscar los pescados que sean de temporada y estén a mejor precio. Es preferible tomar un día de carne roja a la semana o cada 10 días y que sea bueno a tomar carne roja 3-4 veces a la semana".

Alimentos económicos 

Después de conocer en qué alimentos podemos gastar un poco más, también es importante saber qué otros podemos añadir en nuestra dieta sin que supongan tanto esfuerzo como las legumbres, tostadas o huevos.

"Las legumbres son las grandes olvidadas en la actualidad y son alimentos económicos que aportan buena nutrición y muy saciantes. Se pueden consumir como plato principal unos 3-4 días a la semana, combinando con verduras y un pequeño aporte de proteína animal como el bacalao, el huevo o el pollo", explica la nutricionista.

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Tal y como hemos hablado de variedad, Elisa Blázquez también explica la importancia de incluir gran cantidad de verduras y frutas en la rutina. A la hora del desayuno, puedes apostar por las tostadas integrales o los copos de avena con frutos secos, "en poca cantidad, aporta mucha saciedad", explica Blázquez.

Los huevos, la sardina -rica en omega-3 y económica-, los granos como el arroz integral o los tubérculos como la patata suponen una fuente de hidratos de carbono muy económica para nuestro bolsillo.

Y así como elegir bien aquellos alimentos que vayamos a incorporar a nuestra dieta, también es adaptarlos a nuestras necesidades en función de nuestro peso, actividad, aspectos metabólicos y salud. 

"Es cierto que solemos escondernos en cantidades y normalmente se puede comer menos pero más balanceado. Si tu plato aporta muchos vegetales, hidratos de carbono de lenta absorción con fuentes integrales, grasa y proteína, necesitarás raciones más pequeñas de cada alimento y te quedarás más saciado". 

Aprender del error

A la hora de hacer dieta, hay que ser conscientes de donde está nuestro error para poner el foco en él. Para Elisa Blázquez, el error general es centrarnos solo en la pérdida de peso. 

"Comer sano debe enfocarse en encontrar el equilibrio interno y que tu forma de vida te dé las respuestas para encontrar el bienestar. Cuando esto ocurre, el peso es una consecuencia que también llega", explica.

No solo eso, sino que cuando hacemos dieta tendemos a pensar que debemos prohibirnos cosas y restringirnos en muchas otras, "cuidarse supone reorganizar tus prioridades y tus elecciones, pero no se trata de prohibirse nada. El equilibrio está en disfrutar comiendo sano en el día a día y cuando toca disfrutar de una comida 'no tan sana' también disfrutarla desde la calma. Cuidarse es más sencillo de lo que parece si se enfoca bien y se basa en el autoconocimiento de cada persona y sus circunstancias".