En el tema de la fatiga mental, me gustaría poner énfasis en que el cerebro no duele. El cerebro se cansa, y es ahí cuando esta fatiga aparece, una neblina mental que dificulta pensar. Es importante saber detectarlo y comprender que no es habitual, y buscar herramientas.

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El cansancio muchas veces nos está hablando de una inflamación que se da a nivel sistemático. El cerebro está separado del cuerpo por una barrera hematoencefálica, que evita que ciertas sustancias que se producen en el cuerpo lleguen al cerebro.

Fatiga mental y microbiota

Las sustancias citoquinas pro inflamatorias, se originan en distintas partes del cuerpo y están vinculadas con nuestro sistema inmunitario. Cuando se producen es porque el cuerpo necesita reparar, y cuando no se produce la reparación, estas sustancias empiezan a atravesar la barrera hematoencefálica y es cuando aparece este cansancio crónico y la inflamación.

Una mala inflamación va a producir una sobre activación del sistema inmunitario, una hiperpermeabilidad y una inflamación de bajo grado que va a repercutir inevitablemente en nuestro cansancio.

Es importante poder hacer un abordaje integrativo de este cansancio mental y entender que cuando estamos muy cansadas, no siempre significa que tengamos que descansar más. Puede que estemos hablando de que estamos inflamadas a nivel sistémico y para esto debemos encontrar una solución.