Un nuevo día, un nuevo concepto beauty. Y si es en inglés, mejor que mejor. A esta dinámica se enfrentan las aficionadas del maquillaje, en especial ahora, cuando todo se vuelca en redes y provoca una sensación de llegar tarde constantemente.
Uno de los últimos términos que está causando sensación en plataformas como TikTok o Instagram es el de sunset blush, que hace referencia a una nueva técnica de aplicar el colorete en el rostro. En concreto, se trata de una propuesta que tiene como finalidad replicar los colores del atardecer en las mejillas, buscando un acabado fresco, luminoso y jovial.
Entre las claves para lograr este resultado se encuentra la de utilizar una combinación de dos tonos de este tipo de producto, siendo uno de ellos más rosado y otro más anaranjado, melocotón o coral, una apuesta que no ha dejado de ganar puntos en los últimos meses.
De hecho, compite con otras opciones de la paleta cromática que también se encuentran en su punto álgido, como los matices ciruela.
No obstante, el truco que consigue llevar este make up hack al siguiente nivel es incluir en la ecuación un iluminador que se funda a la perfección con los blushes, buscando así ese efecto tan característico de la golden hour que obsesiona a medio mundo.
De cara a su aplicación, el concepto que se ha de tener siempre en mente es el de degradado. Además, esta tendencia no encuentra sus fronteras en las mejillas, sino que lo idóneo para plasmarla bien sería trabajar los productos llevándolos hacia las sienes y el puente de la nariz. Este detalle forma también parte de la técnica sunkissed para obtener una piel besada por el sol.
Primero, se comienza con el tono más naranja, coral o melocotón en la zona más baja de las mejillas. Luego, cuando este se encuentre bien extendido e integrado con el resto de productos que se han empleado previamente, se comienza con el toque rosado, superponiéndolo justo encima.
El broche final lo pone el highlighter, que, por supuesto, hay que colocar en la parte más alta de las facciones, ya sea en el pómulo, en el arco de cupido o incluso en la cuenca del ojo o bajo la curva más alta de la ceja.
La idea es reproducir ese reflejo que el astro rey produciría en el rostro cuando incide en el mismo.
Como tip infalible, hay que pensar siempre en evitar con énfasis los posibles cortes. Por lo tanto, difuminar bien es fundamental, ya sea con brochas o a toquecitos con los dedos. En ocasiones, puede resultar más sencillo hacerlo de esta segunda forma, sobre todo si la persona en cuestión se está iniciando, porque el control es mayor.
Entre las ventajas de este atardecer en la tez se encuentra su versatilidad, ya que la naturalidad es algo que siempre está presente en este tipo de propuestas; por lo tanto, se puede adaptar casi a cualquier situación.
Además, se puede trabajar con productos líquidos o en crema, que siempre son más fáciles de integrar, o en polvo, que se pueden emplear en solitario o para sellar los primeros.
Por otra parte, el degradado, cuando se difumina en dirección a las sienes, aporta un efecto lifting de forma casi inmediata. La prueba de fuego es comparar la parte izquierda y derecha de la cara cuando se haya aplicado la técnica del sunset blush solo en una de ellas. El cambio es significativo.
Como tantas otras tendencias beauty actuales, esta forma de jugar con el colorete se enmarca dentro de esa búsqueda de una estética más natural, o al menos en apariencia, que va también de la mano de alternativas como las ghost lashes o los blurred lips.
No obstante, es importante hacer aquí algunas apreciaciones, ya que es sencillo apostar por una belleza más 'al aire' cuando de forma previa hay una serie de cuidados.
Todo es más alcanzable si se mantienen rutinas saludables, que casi siempre suponen una inversión de tiempo y dinero, algo que no todo el mundo se puede permitir, partiendo de algo tan simple como la tranquilidad de poder dormir entre siete y ocho horas al día.
