La imagen de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, buscando su sitio para sentarse a la altura de su cargo en la visita oficial a Turquía ha dado la vuelta al mundo. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, sólo había preparado una silla a su lado, al más alto nivel, para el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.

Von der Leyen, sin saber qué hacer, tuvo que sentarse en un sofá lateral, apartada, porque el régimen turco consideró que una mujer no podía estar a la altura de la visita oficial de la Unión Europea a Turquía mientras el resto de los presentes en la sala, tres hombres, hacían como si nada y continuaban con la reunión.

No hubo protestas, ni cambios de protocolo, nadie levantó la voz y sólo Von der Leyen arqueó los brazos sin entender qué le puede pasar a un régimen para despreciar de esta forma a la presidenta de la Comisión Europea.

Esta madrugada, Charles Michel ha publicado un post en Facebook donde se lamenta de la terrible situación que tuvo que vivir Von der Leyen al soportar un "trato diferenciado, incluso disminuido" por las autoridades de Ankara, algo que le "entristece".

En realidad, Michel viene a disculparse por plegarse al desprecio machista de Erdogan y por no levantarse y sentarse junto a su igual: Ursula Von der Leyen que tiene el mismo rango diplomático que el belga.

De hecho, en el post aseguraba que le duele haber dado la "impresión de ser indiferente a la torpeza del protocolo" turco hacia Von der Leyen, cuando tiene el "honor" de formar parte de un proyecto europeo en el que actualmente dos de las cuatro instituciones principales, la Comisión y el Banco Central (Christine Lagarde) están dirigidas por mujeres.

Y también porque la foto ha "ensombrecido el importante y beneficioso trabajo geopolítico" que asegura que Von der Leyen y él realizaron juntos en Ankara.

¿Protocolo?

Sin embargo, sus disculpas vuelven a quitarle importancia a la discriminación que sufrió la presidenta de la Comisión hablando de "torpeza del protocolo" cuando en realidad habría que decir machismo.

De hecho, en una visita igual en 2015 de los máximos representantes de la Unión Europa a Turquía sí que colocaron tres sillas al mismo nivel y lo único distinto es que todos los que se sentaron en esa sala eran hombres: Jean Claude Junker y Donald Tusk.

En las fotos que se realizaron durante ese viaje oficial los tres mandatarios aparecen al mismo nivel y a ninguno se le despreció en su estatus diplomático. Sin embargo, la "torpeza del protoco turco" sí ha llegado ahora justamente que es una mujer la presidenta de la Comisión Europea.

Convenio de Estambul

La postura de Erdogan es un paso más en la dinámica machista que está imponiendo en su país y que tuvo el culmen, a nivel internacional, cuando en el mes de marzo decidió abandonar el Convenio de Estambul, el acuerdo europeo para luchar contra la violencia machista, en una decisión sin precedentes.

De hecho, Charles Michel ha asegurado que tanto él como Von der Leyen eran "conscientes del carácter lamentable de la situación" pero que optaron por "no agravarla con un incidente público".

Y ha querido destacar en su declaración precisamente que ambos dirigentes europeos defendieron ante Erdogan "el Convenio de Estambul, los derechos de las mujeres y los niños y, más ampliamente, la defensa de nuestros valores fundamentales del Estado de Derecho, la libertad de expresión y de prensa".

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