La profesión de notario ha sido, durante décadas, un trabajo de hombres por ley ya que, desde 1944, se exigía la condición de varón para poder examinarse. Sin embargo, una disposición transitoria abrió una rendija por la que se colaron las primeras notarias en España que habían solicitado plaza en convocatorias previas a ese fatídico año: Consuelo Mendizábal Álvarez (en la promoción de 1942), Margarita Baudín Sánchez (en la promoción de 1944) y Carolina Bono Huerta (que formó parte de la promoción de 1947).

El resto tuvieron que esperar hasta 1961, cuando se levantó la prohibición pero no fue hasta 1981, cuando su número empezó a aumentar tanto entre los estudiantes que se presentaban al examen como entre los que lo aprobaban, sobre todo entre estos últimos. Llegando en 2019 a darse la mayor diferencia a favor de las notarias: 55 aprobadas frente a 36 aprobados.

Aunque aparentemente pueda resultar una profesión seria y muy encorsetada, los periodistas Marián Campra y Javier Ronda han conseguido sacarle el mayor juego al trabajo de notarias y notarios de toda España en un libro con mucho humor y hasta con un toque en forma de viñetas, gracias a la participación de Pachi Idígoras, del Sur de Málaga.

Marián Campra y Javier Ronda, autores de 'Notario de Guardia'.

En Notario de Guardia se cuentan las aventuras y desventuras de los más de 3.000 profesionales que hay en toda España con una portada en la que, precisamente, se quiere hacer un homenaje a esas mujeres notarias que llegaron tarde a la profesión pero que vienen pisando muy fuerte y son ya el 40% del total.

Marián y Javier han recogido más de 200 anécdotas, entre ellas muchas que le han ocurrido a las mujeres de este sector que "han sido muy colaboradoras con nosotros", que narran situaciones muchas veces surrealistas y otras inverosímiles. "Peleas por una máquina de coser en una herencia millonaria, vivos que se hacen pasar por muertos en un testamento y esconden al difunto, un testamento donde aparece un gato, urnas funerarias en una hipoteca de un piso o bodas góticas en una notaría...".

De hecho, una de las más llamativas ocurrió cuando un notario que estaba de guardia y recibió un aviso para otorgar un testamento en un hospital a una persona desahuciada. Cuando se personó, el testador estaba prácticamente cubierto con las sábanas de la cama y apenas podía verle la cara, lo que ya le puso alerta.

Cuando empezó a dictarle, el notario se olió que había algo muy raro y se dio cuenta de que no se veía la parte de debajo de la cama. Fingió que recibía una llamada y fue a buscar a una enfermera... Pese a la oposición de los familiares, lograron entrar y comprobar que el muerto estaba en el suelo mientras un familiar se hacía pasar por él.

Una de las viñetas de 'Notario de Guardia'.

La directora general de Seguridad Jurídica y Fe Pública del Ministerio de Justicia, Sofia Puente, aseguró durante la presentación de Notario de Guardia en el Consejo General del Notariado, que el libro "refleja la evolución de la profesión" por ejemplo en materia de igualdad de género o su transformación digital.

El propio Javier Ronda quiso poner en relieve el trabajo de esta profesión durante la pandemia, asegurando que "ha sido muy duro durante la pandemia, haciendo honor al título del libro y demostrando que son 'notarios de guardia'". Y ha añadido que el trabajo de notario es complejo y requiere pericia, sentido común, y una labor inspectora "que puede hacer cambiar el curso vital de una familia".

Los dos autores de Notario de Guardia son especialistas en anecdotarios y han escrito otras obras divertidas con éxito editorial sobre la Justicia, (De Juzgado de Guardia), Guardia Civil (Tricornio de Guardia) o Comunidades de Vecinos (Vecino de Guardia).

Mujeres en Notaría

Desde el año 1990, el porcentaje de mujeres que han aprobado la oposición ha ido creciendo significativamente hasta que en el año 2000 las cifras se empezaron a acercar mucho, lográndose la paridad por primera vez en el 2003.

Desde entonces el número de mujeres-hombres que sacan la plaza es muy similar, dependiendo de la promoción. De hecho, muchas de las profesionales destacan que la oposición es un buen sistema para valorar objetivamente y de forma igualitaria los méritos de los aspirantes sin tener en cuenta el género.

Además, las últimas oposiciones notariales celebradas en Andalucía han tenido, por primera vez en la historia, dos tribunales paritarios, que dan idea de que las mujeres empiezan a llegar a cargos de responsabilidad.

Aún hay que romper más techos de cristal puesto que de los 120 notarios ocupando cargos en las juntas directivas de los 17 colegios notariales, sólo 31 son mujeres, es decir, un 25% del total.

La mayoría de las notarias tiene entre 41 y 60 años, casi el 70% del total, ejerciendo la más joven a los 26 años y la más mayor a los 70. Hay que destacar también que hay 39 notarias del total que tiene menos de 30 años.

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