Buffy Wicks, legisladora de California y excolaboradora de Barack Obama, se ha vuelto viral por una situación dramática para ella: acudir a la asamblea de este estado con su hija de apenas un mes para poder votar, puesto que le denegaron la posibilidad de ejercerlo de forma remota.

La legisladora pidió con dos semanas de antelación poder ejercer el voto por poder, una posibilidad que existía en esta institución para los miembros más en riesgo por el coronavirus. Ella alegó que un compañero de la asamblea de California había dado positivo y que su hija, dependiente de ella absolutamente, todavía no tenía desarrollado el sistema inmunológico. La respuesta fue un "no".

Así que Wicks tuvo que exponer a su pequeña y a ella misma, a pesar de haber dado a luz hace sólo un mes, a un viaje y a una sesión parlamentaria para cumplir con su trabajo. Entre otras cosas para aprobar una nueva ley de familia en la que pedían que se incrementará la protección de las madres con niños pequeños.

La imagen, que recuerda a la de otras políticas que hicieron lo mismo, como Carolina Bescansa, exdiputada de Podemos, en España, se ha viralizado en su denuncia de las presiones que sufren las madres para poder conciliar en su vida laboral y no ya para una legisladora, como ella ha reconocido, sino para mujeres que trabajan en la industria o en el sector servicios con mucha menos protección social que Buffy.

En una entrevista en The Guardian, la legisladora californiana asegura que es consciente de que se ha convertido en una "héroe" para muchas madres que no pueden denunciar las presiones y las dificultades que sufren: "Todas las mujeres han estado en esa situación, aunque quizás no en una asamblea. Se me estaba cayendo la máscara, intentaba mecer a mi bebé y seguía con mi discurso", relata lo que fue para ella ese momento.

"Desde que todo esto se volvió viral, muchas mamás se han puesto en contacto conmigo para decir que no tienen posibilidad de cuidar a sus hijos y que se van al baño a llorar porque están muy estresadas", lamentó.

La fundadora de la organización de derechos civiles Public Rights Project, Jill Habig, aseguró que la decisión de la Asamblea de negar la petición de voto por poder para Wicks es "absolutamente indignante", mientras el Caucus Político Nacional de Mujeres de California calificó a la legisladora como una "guerrera" pero que "no debería haber tenido que serlo".

Por su parte, un portavoz de Anthony Rendon, el presidente de la Asamblea, defendió su decisión y aseguró que el listón para conceder el voto por poder "siempre tuvo la intención de ser alto, para garantizar la protección de nuestro proceso legislativo".

Sin embargo, unas horas más tarde, el propio Rendon pidió perdón porque la situación no era la más apropiada e insistió en que la institución tiene que estudiar este tipo de casos. "Mi intención nunca fue ser desconsiderado con ella, con su papel como legisladora o con su papel como madre", alegó.