El asesinato de Danna Reyes, una joven de 16 años, en Baja California (México) ha vuelto a colocar en el debate público cómo se trata este tipo de violencia contra la mujer incluso en instancias judiciales después de que el fiscal de Baja California, Guillermo Ruiz Hernández, asegurara en una comparecencia pública que "la niña pues también traía tatuajes por todos lados".

La joven fue asesinada en Mexicali el sábado 22 de agosto. Su cuerpo fue encontrado medio quemado en las afueras de la localidad. Danna había sufrido "múltiples lesiones en todo el cuerpo como contusiones y heridas producidas por un mecanismo punzocortante en el cuello y en tórax", según el relato oficial del Servicio Médico Forense. Además, tenía un fuerte golpe en la cabeza que le provocó un traumatismo craneoencefálico.

Sin embargo, pese a ese cuadro violento y el brutal asesinato de una menor que había conmocionado a la sociedad, el fiscal lo utilizó para advertir del repunte de asesinatos en la zona de esta forma: "¿Cómo estamos protegiendo a la juventud de este mal que estamos atravesando? Hay que atacarlo y también trabajar en la prevención. Tristemente en Mexicali asesinaron la semana pasada a una niña de 16 años, la niña pues también traía tatuajes por todos lados y también el crimen lo comete uno de 18 y uno de 22 años, sus compañeros, 18, 22 y 23 años".

El comentario no tardó en provocar millones de criticas ya que muchas mujeres se lamentaban de que cuando se produce una violación o un asesinato se acaba juzgando antes ya no la actitud de la víctima o cómo iba vestida sino ahora también si lleva o no tatuajes, en vez de poner a los asesinos en el punto de mira.

Muchas organizaciones fueron muy críticas con estas palabras y la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Baja California pidió al fiscal que no se estigmatice a las víctimas de violencia machista y menos desde las instituciones que tienen que protegerlas: "Exigimos que no se unan modificaciones corporales como los tatuajes con conductas delictivas".

El fiscal Ruiz Hernández ha tenido que pedir disculpas por sus declaración asegurando que se había malinterpretado y que, además, no era el momento para "abrir estas carpetas". Su justificación para seguir hablando de tatuajes es que "ella es una víctima de homicidio y fue víctima de estas gentes que la tatuaron".

"Nosotros íbamos a determinar que aquellas personas que se dediquen este tipo de comercios que no estén tatuando a menores de edad", quiso dejar claro.