Roberta Lo Porto sale de cuentas el próximo 18 de mayo. El pequeño Alex vendrá al mundo en época de pandemia y la espera, que tendría que ser dulce, se ha vuelto un poco más angustiosa. A las inseguridades propias de una madre primeriza, se le juntan los miedos al contagio, las cancelaciones de las últimas pruebas y la incertidumbre sobre cómo será el parto.

"Me han cancelado la ecografía de las 32 semanas, el curso de preparación para el parto y el taller de lactancia y aunque sé que todo es para prevenir los contagios y que lo más seguro es que nos quedemos en casa, todo esto me genera mucho miedo", cuenta Roberta al teléfono. "Mi padre me dice que esté tranquila, que antes se hacían como mucho dos ecografías y me recuerda que mi abuela ha tenido seis hijos sin apenas pruebas y todo ha ido bien… pero nosotros estamos acostumbrados a vivir en 2020", relata.

Roberta, una siciliana de 36 años afincada en Valencia desde 2014, empezó el confinamiento aún antes de que se decretara en España. "Yo estaba muy pendiente de todo lo que estaba pasando en Italia y me hice a la idea de que aquí iba a pasar lo mismo muy pronto. Empecé a salir a la calle sólo para lo imprescindible antes de que fuera obligatorio aquí".

Con el tiempo, sus dudas y miedos se agudizaron, y Roberta decidió que tenía que compartirlos con otras mujeres que estarían pasando por lo mismo. Para ello creó la pagina web encasaembarazadas.com. La frase nada más entrar a la web explica bien el espíritu del proyecto: "#yomequedoencasa embarazada y acojonada". "Trabajo en marketing y en mi empresa nos han hecho un ERTE. Pensé que no podía ser la única embarazada en esta situación y que estaría bien tener un sitio para compartir nuestras historias".

En dos días tenía la plataforma hecha. La compartió con sus amigas embarazadas y al día siguiente ya tenía a 150 mujeres apuntadas. A día de hoy son casi 1000, las mujeres que forman esta comunidad. Además de ser un punto de encuentro entre mujeres embarazadas para que puedan compartir sus experiencias, Roberta decidió abrir la plataforma a profesionales de distintos campos que pudieran dar clases online que de alguna manera sustituyeran las actividades que las mujeres han visto canceladas en estos momentos.

"Hemos tenido clases de nutrición, entrenamiento para embarazadas o preparación emocional para el parto", cuenta. Si, para una madre primeriza, el parto genera siempre mucha incertidumbre, en estos momentos esos sentimientos se agudizan.

Para ayuda a las mujeres a lidiar con todos estos miedos, Sabina Serrano, psicóloga perinatal, impartió una clase de preparación emocional para el parto dentro de la plataforma. "Todo esto tiene un impacto emocional muy grande y hay truquillos de relajación que pueden ayudar al cerebro a tranquilizarse", cuenta. Respirar tranquilamente mientras se cuenta despacio hasta cinco u obligarse a respirar en consonancia con los latidos del corazón son técnicas que ayudan a bajar los niveles de cortisol en sangre que fomentan el estrés.

"Además", señala la profesional, "hay que tener en cuenta que ninguna prueba importante y urgente se ha cancelado. Todas las embarazadas a las que han suspendido ecografías es que están teniendo un embarazo normal, del que no hay que sospechar ningún riesgo. A día de hoy se hacen muchas pruebas por control pero no porque sean vitales", dice.

Afrontar el parto solas

Pilar Viana, ginecóloga del Hospital Ruber de Madrid, hace hincapié en el mismo razonamiento. "Es normal que estén ansiosas y preocupadas. La ecografía del tercer trimestre es importante, pero lo normal, lo habitual y lo más probable es que esté todo bien", refuerza. "Nosotros estamos dando la posibilidad de atender a las embarazadas por teléfono, para escucharlas y tranquilizar sus dudas. Está claro que no es lo mismo, no la vemos, no le podemos hacer una ecografía, pero al menos podemos solucionar sus dudas y contestar a las preguntas que tengan. Además, hay que tener la certeza de que no se va a dejar de hacer ninguna prueba que se considere vital".

La mayoría de dudas, para las que están en final de gestación, tiene que ver con el parto. "Hay hospitales donde ya no dejan entrar al padre, porque están limitando al máximo la presencia en los paritorios por los contagios. Otros donde si la madre tiene coronavirus la separan de su hijo durante los 15 días… Son muchos miedos añadidos a los que ya teníamos", cuenta Roberta.

"Por ahora nosotros estamos dejando entrar a una persona. Lo único es que no puede estar entrando y saliendo, entra y tiene que quedarse para que no haya tanto trasiego de gente”, dice Pilar Viana. "Sobre los bebés de madres infectadas no hay aún un criterio único", explica.

"Se habla con la pareja y se deja que tomen ellos la decisión. En principio no se está imponiendo el aislamiento del bebé porque le privamos de cosas muy importantes, se dificulta el apego y la subida de la leche, por ejemplo. Damos recomendaciones como la mascarilla, el desinfectarse bien las manos, sacarse la leche en vez de darle el pecho… pero por lo pronto no estamos aislando al bebé", dice. 

Roberta, en principio, tendrá al padre de su hijo presente en el momento del parto. "Me han dicho que sí podrá entrar. Mi novio es diabético así que ya le he dicho que se haga una maletita para él también, con su comida, sus zumos, sus cosas, porque no va a poder salir después de entrar conmigo", bromea.

Falta de movilidad

Para las últimas semanas que le quedan antes de dar a luz, una de las principales preocupaciones es la falta de movilidad. “Yo tengo muchos problema de circulación. Te recomiendan que camines mucho al final del embarazo pero como no podemos salir es muy complicado. Yo intento caminar en casa, pero las vueltas alrededor del sofá del salón me marean", cuenta entre risas.

Para ellas, la ginecóloga Pilar Viana recomienda ejercicios "sencillos y que se pueden hacer en un metro cuadrado de espacio". "Mover los tobillos o levantar y bajar las piernas son ejercicios que no necesitan espacio. Por supuesto es deseable que se pueda caminar pero no imprescindible, hay que paliar la falta de espacio para el ejercicio con cosas que sí se pueden hacer y no agobiarse. Porque no pasa nada por no poder caminar", dice tranquilizadora.

Si hay hinchazón de tobillos y mala circulación la ginecóloga recomienda duchas de contraste, "cambiar de calor a frío", para activar la circulación. Y, sobre todo, cuidarse y fiarse de los médicos. "Las circunstancias son especiales y eso nos hace elegir entre el menor de los males. Hoy por hoy, a un embarazo que va bien y en el que no hay señales de peligro alguno, no hay por qué añadirle un factor de riesgo saliendo a la calle ante un posible contagio".