Priscilla y Elvis Presley, con su hija recién nacida, Lisa Marie.

Priscilla y Elvis Presley, con su hija recién nacida, Lisa Marie.

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Las 5 tragedias de Priscilla Presley: James, Elvis, Graceland, Benjamin y Lisa Marie

El fracaso de su matrimonio con Elvis, las muertes de su nieto Benjamin y, hace poco, de su hija Lisa Marie... La vida de la mujer del 'rey Elvis' es un dolor tras otro.

22 junio, 2023 10:46

A sus 77 años, Priscilla Presley es una de las mujeres cuya biografía ha ocupado más líneas de la historia social de los medios en América. Graceland es la segunda casa más visitada de Estados Unidos, después de La Casa Blanca. Entre sus paredes, además de flotar un aire con olor a canciones, hay algo trágico.

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Ni Lisa Marie Presley, la hija de Elvis, que acaba de fallecer, ni Priscilla Presley, su mujer, que ahora impugna el testamento familiar, han pasado una sola noche en esta casa de Memphis desde hace años.

Pero eso no importa realmente: una persona no siempre reside en la casa en la que duerme y, sin embargo, puede quedarse para siempre asociada a un lugar que no ha vuelto a visitar.

Cuántas tragedias caben en una casa no es una pregunta que pueda contestar la ficción, ni siquiera las series de las nuevas plataformas audiovisuales que, con sus largas temporadas, son capaces de multiplicar las pérdidas: las casas de ficción tienen sólo tres paredes, el tiempo no pasa por ellas y hasta sus muertos pueden volver a vivir.

Sin embargo, en la vida real, las muertes y las casas son para siempre. Las tragedias no se suceden, más bien se acumulan y se superponen, y tras cada nueva muerte se hace necesario enterrar de nuevo a todos los seres queridos.

Mientras quede uno de ellos con vida, mientras alguien recuerde lo que sucedió, mientras una casa familiar se mantenga en pie, en su interior se contendrán todas sus tragedias simultáneaments. Las casas como Graceland no son viviendas, son contenedores emocionales.

Priscilla Presley con Austin Butler, en la Gala del Met Gala de 2022.

Priscilla Presley con Austin Butler, en la Gala del Met Gala de 2022. Gtres

Cruzarse con una estrella

Come back, baby, I want to play house with you”, es uno de los estribillos que se pueden escuchar en Graceland. Elvis cantaba alegremente esta canción diciendo que quería jugar a las casitas con su novia, en su álbum de 1959 titulado A Date with Elvis [Una cita con Elvis].

Ese mismo año, como explica crudamente respecto a sus métodos para conseguir citas su biógrafo Ray Connolly en el libro Ser Elvis: Una vida solitaria, lo normal era que los soldados en suelo extranjero fueran a los bares o salas de baile a ligar, “pero Elvis nunca lo pudo hacer”, y “a él se las traían”.

Cuenta Manuel López Poy [en su monografía Elvis: el hombre y el mito] que fue un día de 1959 cuando “uno de los compañeros de Elvis, Currie Grant, le visitó en su casa acompañado por su esposa y le presentó a una adolescente de catorce años llamada Priscilla Ann Beaulieu”.

Priscilla era americana, había nacido en un modesto Brooklyn el 24 de mayo de 1945 y era una niña. Con seis meses, el padre de Priscilla, un piloto de la marina, había fallecido en un accidente aéreo, una tragedia que había cubierto de tristeza su infancia y había marcado a su madre y a ella misma.

Su padrastro, el oficial Paul Beaulieu, cambiaría su residencia a diferentes lugares del mundo. Sería en Alemania donde se produciría este encuentro adolescente con Elvis: ambos se llevaban más de una década de diferencia.

Ella era una chica comenzando su formación, y él una estrella mundial. Respecto al mismo día del encuentro, los biógrafos explican que Elvis decidió que se casaría con ella.

Cantó para Priscilla, que quedó enamorada, y luego 'El Rey' le presentó a su abuela, “antes de que ella tuviera que marcharse a la hora marcada por su padrastro”, señala López Poy. Después, ambos se verían en secreto algunas veces, sin supervisión de los adultos.

Ray Connolly explica cómo “para Elvis, Priscilla era la perfección”. Y, como le diría crudamente a sus amigos, explica su biógrafo, “era lo suficientemente joven como para poder moldearla a su gusto”.

Fue en la cuarta cita cuando “el capitán Beaulieu y su esposa, la madre de Priscilla, conocieron a Elvis, que llegó a su casa acompañado por su propio padre. La diferencia de edad y la fama de mujeriego de Elvis preocupaban a los padres de la muchacha que sometieron al cantante a un interrogatorio del que salió airoso.

Desde entonces, se vieron prácticamente a diario y vivieron su idilio, a pesar de que Elvis seguía acostándose con Elisabeth y otras mujeres”, explica Poy. Voló más alta su fama que las preocupaciones familiares, porque Elvis hacía girar a todos alrededor de sí y sus deseos-

Con su extravagante magnetismo, llegó a arrastrar a la familia entera de Priscilla para entregarle su consentimiento, literalmente, para poder emparejarse con una adolescente.

Es conocida la fotografía de la despedida entre Priscilla y Elvis en el aeropuerto militar de Rhine-Main, imagen sobre la que el experto López Poy explica con cierto pudor cómo “Priscilla se reunió allí por última vez con Elvis entre un revuelo de fotógrafos que captaron a la muchacha cuando despedía con un beso al avión que llevaba a casa a la estrella del rock’n’roll”.

Nada hacía presagiar que aquella relación continuaría. Sin embargo, tras numerosas y largas conversaciones telefónicas entre ambos continentes, en junio de 1962, relata Ray Connolly, la adolescente llegó en avión a la costa Oeste americana para vivir su historia de amor, antes de su mayoría de edad [con menos de 18 años, aún recordando que en América este límite estaba en 21 años].

“Priscilla, con el pelo recogido en una cola de caballo, llegó a Los Ángeles, donde fue a recibirla al aeropuerto, no Elvis, sino Joe Esposito, a quien conocía de Alemania. La llevaron enseguida a la casa de Bel Air, donde encontró a Elvis ante una mesa de billar, rodeado de sus muchachos. Obviamente se alegraba de verla, pero no lo demostró demasiado ante sus amigos”.

Connolly subraya cómo para Priscilla aquella llegada “fue una curva de aprendizaje escarpada, pasando de los calcetines cortos al cardado y el rímel, y de la historia y el álgebra a las anfetas y los tranquilizantes, en una casa llena de gente continuamente”.

Explica cómo a Elvis “le encantaban su juventud y su inocencia pero, incurriendo en una clara contradicción, también quería que pareciera más glamurosa de lo que era”, así que comenzó a gastar dinero en ropa y cambios estéticos para su nueva pareja.

Se cuenta que el primer enfado que tuvieron fue porque ella dio su opinión honesta sobre una canción de él y la estrella explotó. También, señala el biógrafo, comienzan los excesos, y definitivamente “la introduce en el consumo de anfetaminas”.

Una boda mediática 

Como explica López Poy, fue en mitad de una etapa de una cierta mediocridad cinematográfica, cuando “el Rey del Rock decide claudicar y materializar algo que llevaba posponiendo desde hacía años: su boda con Priscilla”, a la que regala un anillo para pedirle matrimonio a finales de 1966.

Ella sueña con una boda multitudinaria, pero tiene que adaptarse a los deseos de su mediático novio. Para ello, le regaló concretamente un anillo de diamantes de tres quilates y medio del joyero Harry Levitch, que fue centro de toda la prensa.

El 1 de mayo de 1967, relata su biógrafo, “Elvis y Priscilla se casaron en una suite del Hotel Aladdin de Las Vegas, adonde habían llegado en el avión privado de Frank Sinatra. La licencia matrimonial costó 15 dólares, la ceremonia duró ocho minutos, asistieron sólo 14 personas, y fue oficiada por el juez de la corte de Nevada”.

¿La canción elegida para el baile nupcial? Fue Love Me Tender. Después de la ceremonia, ambos se marcharon de luna de miel a Palm Springs, aunque por compromisos profesionales de él tuvieron que regresar sólo dos días y medio después.

Graceland los recibió con honores, la casa estilo renacentista colonial más conocida de América estaba recién pintada, un lugar idílico que no aparentaba contener jamás una tragedia.

Una posterior y extravagante celebración se organizó en el autobús llamado Greyhound, como continuación de la operación de marketing, con el escenario de fondo del Gran Cañón del Colorado; mientras los medios se hacían eco, la pareja comenzaba una historia de amor en la que ya se intuía la fatalidad.

Nace Lisa Marie

Como explica en su libro López Poy, fue la paternidad de Elvis lo que comenzó a convertirse en un problema. “Tras un parto de nueve horas, llegó al mundo Lisa Marie, la hija de Elvis y Priscilla, y ésta aprovechó la circunstancia” para intentar hacerse con el mando del hogar. Sin embargo, la convivencia se complicó significativamente.

La pareja se trasladó a California para que 'El Rey' rodara Live a Little, Love a Little y las cosas fueron marchando cada vez peor: “Desde el nacimiento de la niña, Elvis había dejado de hacer el amor con su esposa”, explica su biógrafo sin rodeos.

“Lo que hubiese debido ser el inicio de una nueva y feliz etapa para Priscilla y Elvis”, añade López Poy, “el nacimiento de su hija, fue justamente lo contrario: el comienzo de un largo camino hacia la ruptura".

Él siempre había dicho, incluso a su propia esposa, que nunca había podido hacer el amor a una mujer que hubiera tenido un hijo, algo que reveló como una trágica realidad tras la llegada al mundo de Lisa Marie".

"Rechazada en el lecho conyugal, Priscilla comenzó a sentirse cada vez más física y sentimentalmente insatisfecha y sola, continúa López Poy. Su familia estaba en Alemania. Todos los que la rodeaban formaban parte del universo personal de su marido, es más, dependían de él. A los pocos meses tuvo una aventura amorosa con su profesor de baile. La primera grieta en la jaula de oro de su matrimonio con el Rey del Rock”.

Un divorcio multiobservado

En 1972 aparecen las primeras habladurías sobre Linda Thomson, Miss Tennessee, una mujer descrita como “muy “inteligente y atractiva”. Ese mismo año, Elvis mantiene también una relación conocida para el gran público con la actriz Cybill Shepperd, de la serie Luz de Luna.

El matrimonio se degrada por culpa de los excesos y las adicciones, hasta que fue la propia Priscilla la que pidió parar aquella dinámica, algo que se retrata con especial acierto en la película sobre el cantante recientemente premiada, Elvis.

Los Presley se separaron el 23 de febrero de 1972, entre millones de noticias sensacionalistas, después de que la propia Priscilla admitiera que también ella había mantenido algún tipo de relación con su instructor de kárate Mike Stone.

Sin embargo, este nuevo personaje había sido introducido en escena “presentado por su propio marido, cuatro años antes en Hawái”, explica López Poy, dando a entender que quizá se trató de un modo de limpiar la imagen del archiconocido cantante sugiriendo la idea de una suma de infidelidades cruzadas.

Muy pocos días después del día de su divorcio, Elvis grabó la canción Always on My Mind, una de las canciones más emocionales del siglo XX. Quizás, decía Elvis, “no te traté tan bien como merecías”, “tal vez no te amé tan a menudo como debería haberlo hecho”, “hubo pequeñas cosas que debería haber dicho y hecho... pero siempre, siempre estuviste y estarás en mi mente”.

La separación “fue de todo menos amistosa”, señala el mismo biógrafo. “Priscila aceptó una cantidad de dinero simbólica por su divorcio, pero sus abogados la convencieron de que aumentase significativamente la demanda, que acabaría suponiéndole a Elvis alrededor de cien mil dólares. Pero, sobre todo, la traumática separación significó el principio del fin para Presley”.

Años más tarde, en noviembre de 2016, Priscilla decidiría hablar para un medio, algo extraño en ella. Sería en el programa de la cadena británica ITV, Loose Women.

En dicha entrevista afirmó que "la auténtica razón de su divorcio fue el cansancio, el hastío vital al que había llegado tras seis años de matrimonio con alguien que la mantenía anulada, que la obligaba a vivir por delegación, soportando siempre sus manías y excentricidades”.

En esta entrevista explicó que “la separación había sido amistosa” pero que, para aquel entonces, “él ya mantenía una relación con Linda Thomson" y que ella simplemente se cansó "de vivir en una burbuja”.

La decadencia

Tras su divorcio de Priscilla, Elvis “comienza a entrar en una progresiva fase de aislamiento y deterioro, convirtiéndose en una caricatura de sí mismo”, describe López Poy.

El “declive” de Elvis comienza a acentuarse “a partir de 1971. La necesidad de tomar fármacos para salir al escenario, para aguantar una gala sin desfallecer, para poder dormir, o para estar más o menos lúcido en sus apariciones públicas no sólo minó su salud sino también su imagen”.

“Cada vez estaba más hinchado y sus trajes de lentejuelas con llamativas capas y extravagantes gafas empiezan a conferirle un aspecto burlesco que, en ocasiones, rozaba el ridículo”, describe el mismo biógrafo.

La muerte de Elvis le llegó a Priscilla como una noticia maldita pero casi esperada durante largo tiempo. Como relata Ray Connolly, “el funeral se celebró el 18 de agosto en el salón de Graceland. No fue un asunto de famosos. Elvis nunca se había movido en los círculos del estrellato”.

[Elvis Presley: así fue su inevitable carrera hacia la muerte]

Antes de la ceremonia, cuentan las noticias de la época, Priscilla, Lisa, y la tía Delta se reunieron en la habitación de la abuela, en la parte trasera de la casa Graceland, mientras llegaban los familiares y amigos. Nada les daba pistas sobre la futura muerte de Delta y Lisa, Priscilla nunca imaginó que, del grupo que despedía al cantante, sólo ella sobreviviría.

La interpretación

Como señala Ray Connolly, aunque era actriz vocacional, Priscilla Presley dejó su carrera, apagada inevitablemente al lado de la absorbente personalidad de Elvis. Después de su muerte, durante quince años y a pesar de haber dejado pasar algunas oportunidades anteriores, Priscilla pudo al fin dedicarse a la interpretación.

Lo hizo con cierto éxito en televisión, siendo conocida por su papel trágico en la serie Dallas, “mientras que también mostró dotes para la comedia en las películas de la serie Agárralo como puedas”. En los últimos años, apareció en algunas “comedias musicales navideñas en el Reino Unido”, explica Connolly.

Priscilla Presley, asistiendo a un evento en 2005.

Priscilla Presley, asistiendo a un evento en 2005. Gtres

Priscilla nunca volvió a casarse, pero tuvo una relación de más de dos décadas con el guionista italiano Marco Garibaldi. ¿Cómo vive una familia después de perder a alguien conocido como 'El Rey'?

En Ser Elvis: Una vida solitaria, Ray Connolly explica cómo “Lisa Marie Presley estuvo casada con el músico Daniel Keough, con el actor Nicholas Cage y con Michael Jackson”.

Además, “fue la única beneficiaria de la herencia de su padre. A lo largo de su carrera como cantautora se casó cuatro veces y se convirtió en madre de cuatro hijos. Vivió gran parte del tiempo en Sussex, en el sur de Inglaterra, con su cuarto esposo, el productor musical Michael Lockwood”.

Priscilla, con su hija Lisa Marie, en 2015.

Priscilla, con su hija Lisa Marie, en 2015. Gtres

Sin embargo, la tragedia no abandonó esta casa: Benjamin Keough, el nieto de Priscilla, se suicidaría repentinamente, con 27 años, en 2020. Su familia lo enterró también en Graceland, junto a los cuerpos de su abuelo y bisabuelos.

Esta muerte fue un enorme golpe para su madre y su abuela, con quienes tenía una relación muy cercana. Lisa Marie, madre además de dos niñas gemelas, Harper y Finley [hijas del músico Michael Lockwood], pasó por un largo y complicado divorcio tras diez años de convivencia y una intensa batalla legal por la custodia de ambas, como explican sus biógrafos.

[La trágica vida de Lisa Marie Presley: huérfana de padre a los nueve años, el suicidio de su hijo y adicciones]

Lisa Marie Presley, la propietaria por herencia de Graceland, ciencióloga y presidenta de la fundación Elvis Presley Charitable Foundation, falleció hace unos días a los 54 años, tras sufrir un paro cardiaco en Los Ángeles.

La única hija de Elvis y Priscilla ingresó en un hospital tras ser atendida de emergencia, y todo apuntaba a que podría salvarse, como describen los medios locales, pero no sobrevivió.

[Dolor y lágrimas en el último adiós a Lisa Marie Presley]

Priscilla Presley impugnó en enero de 2023 el testamento de su hija Lisa Marie: su vida podría llevarse a una serie pero, como está claro, el guión parecería excesivo. Y, definitivamente, mientras la historia familiar continúe, aún queda abierta la incógnita de cuántas tragedias caben en una casa, la casa familiar más visitada de Norteamérica, la casa del cantante más famoso de la historia.