El debate sobre si merece la pena dar el salto a un coche eléctrico vuelve a encenderse tras un vídeo publicado por el experto en automoción de Garaje Hermético. En su análisis, anima a cualquier comprador potencial a reflexionar antes de tomar una decisión definitiva.
Reconoce que los eléctricos permiten ahorrar en combustible y reducir el gasto en mantenimiento, pero advierte que ese beneficio inicial puede volverse en contra cuando el vehículo supera cierto tiempo de uso y entra en juego la vida útil de la batería.
El ahorro existe, pero no lo es todo
El experto recuerda que la diferencia en costes por cada 100 kilómetros es real: unos 2,70 euros en un coche eléctrico frente a los 10 euros aproximados de un gasolina de tamaño medio.
También señala que el mantenimiento suele ser más económico. Sin embargo, insiste en que estos argumentos no deben ocultar el mayor punto débil del vehículo eléctrico a largo plazo.
La batería, la pieza que puede cambiarlo todo en un coche eléctrico
La mayoría de fabricantes ofrece garantías de ocho años o alrededor de 150.000 kilómetros para la batería. El problema aparece cuando el coche supera ese periodo. Si la batería falla fuera de garantía, el coste de sustitución puede alcanzar entre 10.000 y 15.000 euros, una cifra capaz de arruinar cualquier previsión de ahorro.
Incluso si la batería no llega a averiarse, pero pierde capacidad, surgen otros contratiempos. El vehículo sigue funcionando, sí, pero su autonomía disminuye y su valor de reventa se desploma. “Ponte en el lugar del comprador”, señala el experto. Pocos estarían dispuestos a adquirir un eléctrico con una batería envejecida y riesgo de “factura bomba”.
Un riesgo que pesa más si piensas conservarlo muchos años
Según el especialista, quien cambia de coche cada pocos años puede no notar tanto este inconveniente. Pero si el objetivo es conservarlo una década o más, el riesgo económico es muy superior al de un gasolina tradicional.
En ese sentido, afirma que un coche de combustión ofrece una evolución más predecible en cuanto a depreciación y mantenimiento, y resulta más fácil de vender llegado el momento.
Aunque reconoce que las baterías seguirán mejorando y que el panorama cambiará con el tiempo, su recomendación para hoy es clara: si planeas quedarte un eléctrico durante muchos años, “piénsatelo dos veces” porque puede convertirse en un problema para tu bolsillo.
