China, el mayor mercado automovilístico del mundo en términos de producción y ventas, seguirá marcando el paso de la industria del motor. El gigante asiático ha implementado una serie de medidas para los dos próximos años con el fin de acelerar la venta de vehículos electrificados.
Así, China prevé que a lo largo de este año se comercialicen 32,3 millones de vehículos, lo que supondrá un incremento del 3% en comparación con el año anterior. No obstante, también supone una desaceleración frente a los aumentos en las ventas del 12% y del 4,5% registrados a lo largo de 2023 y 2024, respectivamente.
De cara al cierre de este año, el gigante asiático también prevé que las ventas de vehículos de nueva energía (eléctricos e híbridos enchufables) alcancen los 15,5 millones de unidades, lo que supondrá un crecimiento del 20% en la comparativa interanual. Es decir, un 48% de las matrículas corresponderán a este tipo de vehículos.
Este plan de trabajo, elaborado por ocho agencias gubernamentales, propone 15 medidas de trabajo centradas en la expansión del consumo interno, la mejora de la calidad del suministro, la optimización del entorno de desarrollo y la profundización de la cooperación abierta.
Todo ello se produce en un momento en el que las automovilísticas chinas se hallan sumergidas en una guerra de precios. De hecho, una de las medidas que contempla este plan es la de "regular con mayor rigor la competitividad de la industria automotriz". Pero también coincide en un momento de guerra comercial y en el que Bruselas se ha visto obligada a mover ficha para no dejar aún más atrás al Viejo Continente.
Para ello, el gigante asiático fortalecerá las investigaciones de costes y el monitoreo de precios. También, intensificará la supervisión e inspección de la consistencia de la producción de productos e instará a los fabricantes a cumplir con los compromisos de pago.
Se trata de una de las medidas contempladas a la hora de optimizar el entorno de desarrollo industrial. Así, otras que se recogen en este epígrafe son la mejora de la disposición de la infraestructura de recarga.
Pero China también se encargará de proveer el acceso a los productos a la luz de los nuevos avances tecnológicos. En este capítulo, el gigante asiático mejorará la eficiencia en la asignación de recursos, al tiempo que apoyará el desarrollo y crecimiento de las empresas líderes.
El mercado automovilístico más grande del mundo también mejorará el sistema de reciclaje y utilización de baterías de vehículos electrificados, así como el reciclaje de recursos minerales clave.
Expansión del consumo interno
Pese a que las previsiones de venta para el presente ejercicio presentan una ligera desaceleración del mercado, China quiere acelerar la expansión de los vehículos electrificados.
Para ello impulsará la implantación de más de 700.000 vehículos electrificados en el transporte público urbano, taxis, logística y servicios de distribución en 25 ciudades del país. Asimismo, mantendrá las promociones de este tipo de vehículos en zonas rurales.
Dentro de este capítulo, China también promoverá el despliegue a gran escala de los vehículos comerciales e industriales de pila de combustible de media y larga distancia. Una tecnología en la que en Europa grupos como Stellantis han desinvertido debido a su lento desarrollo.
Con estas políticas, China quiere que las ventas de vehículos electrificados superen a las de motores de combustión el año que viene.
Otra de las medidas que llevará a cabo el país asiático será la de promover la industrialización y la aplicación de tecnologías inteligentes conectadas entre los vehículos, las carreteras y la nube.
Pero también fomentará la preinstalación de módulos de comunicación de alto rendimiento como V2X y 5G en los vehículos.
Más exportación
Que China superase en 2023 a Japón como mayor exportador de vehículos no sorprende a nadie, teniendo en cuenta la expansión que han tenido en los últimos años.
Su plan contempla una mejora de la calidad y eficiencia de las exportaciones de vehículos. Así, el gigante asiático incentivará a las automovilísticas y a la cadena de suministro a producir productos adecuados para los mercados de destino.
Dicho programa no se queda sólo en la cadena de suministro. Otra de las patas que toca es a las instituciones financieras. Por ello, animará a los bancos a incrementar el apoyo a los productos crediticios para la financiación operativa y de inversión, ofreciendo servicios convenientes de liquidación en moneda nacional y extranjera a las empresas.
