"Le saqué la bolsa de silicato y va perfecto… eso es lo que tú te crees", comenta de este modo Mateo, mecánico entendido. Él se refiere a una bolsa, que se encuentra dentro de la botella de expansión del líquido refrigerante.
Su nombre es G13, la bolsa, contiene unas sales que el propio experto las define como “superdañinas, corrosivas y perjudiciales”, en concreto, la llevan los coches de las marcas Audi, Volkswagen, Seat y Skoda.
El problema reside en los circuitos de refrigeración, en los pasos finos, en ellos el G13 actúa produciendo una obstrucción. "Estas bolsas de silicato es lo peor que le pudieron meter a estos coches", aclara Mateo.
Imagen de un mecánico rellenando el líquido refrigerante.
Para solucionarlo se debe cambiar toda la botella de expansión, incluyendo su tapa y pospuesto, sacando el compuesto. Además de esto, admite que al circuito se le debe hacer una limpieza.
También se tiene que incluir el anticongelante específico de la marca, G12 evo. Por otro lado, Mateo alerta de que este tipo de vehículos no tienen sangradores, una herramienta utilizada para eliminar el aire comprimido que se encuentra en el sistema de frenos hidráulicos.
Por lo que tras haber cambiado la botella y limpiado ya el sistema se debe introducir la máquina de diagnosis, para hacer una purgación del mismo, con esto se eliminará el aire atrapado.
Este proceso, según explica el entendido, se divide en dos pasos, el primero de ellos es con el coche arrancado, aquí las bombas de agua eléctricas sacarán el aire del sistema de refrigeración. En cuanto al segundo, se realiza con el vehículo parado de manera manual.
Un componente que se ve muy afectado por este fallo son los llamados Water Cooler, un sistema que enfría el aire comprimido antes de que esté entre al interior del motor. Estos cuentan con dos tubos de agua, uno de entrada y otro de salida.
Este sistema es muy problemático, se rompe fácilmente, el error sucede dentro de él, en los pasos de agua, donde del propio G13 y la poca calidad que tiene el silicato introducido, los pican creando poros. De este modo lo muestra en su publicación.
La consecuencia son fugas de agua invisibles para el conductor, y a pesar de ser constantes, ya que se van hacia el tubo de escape, no son visibles. Además, según explica el mecánico, por este fallo también se rompen multitud de bombas de agua.
El precio de una bomba de agua oscila entre los 40 y 250 euros, esta es la encargada de la circulación del líquido refrigerante, lo que evita el sobrecalentamiento. Si no contamos con refrigerante, el riesgo para el motor es grave e incluso puede producir daños irreparables. "Todo viene de lo mismo, del refrigerante", aclara el experto.
