El error se encuentra en la correa de distribución, esta es la encargada de sincronizar los movimientos entre el cigüeñal (hace que el movimiento lineal de los pistones sea circular) y el árbol de levas (gestiona la apertura y el cierre de las válvulas).
El precio del cambio de una correa de distribución suele oscilar entre los 300 y 1.000 euros, el problema reside cuando no solo se queda ahí. Andrea Suki, mecánica, muestra el ejemplo cuando al romperse un taco motor (encargado de no transmitir vibraciones al motor) hizo que se descolgara el motor y rompiera la correa de accesorios.
Esta segunda correa es la encargada de impulsar al alternador o a la bomba de dirección y el aire acondicionado. Un pedazo de ella se introdujo en la de distribución, lo que produjo que. "Se pasara unos dientes", comenta.
Imagen de ejemplo de una correa de distribución.
Es una situación grave, que puede derivar en grandes daños motores, incluso teniendo que llegar a cambiarlo, ya que se pierde la sincronización. Si no hay coordinación, los pistones (encargados del suministro de combustible) golpean las válvulas.
Se ven afectados muchos componentes internos, hasta la junta de la culata, la cual puede llegar a superar un precio de 1.000 euros. "Bajo mi punto de vista, no merece la pena arreglar esta culata", comenta la entendida.
Su recomendación sería comprar una nueva junta, además, de cambiar todos los componentes que han sido afectados. De este modo muestra el ejemplo, la entendida, con el video publicado en sus redes sociales.
Para evitar que se rompa la correa de distribución, aparte de sustituirla según las recomendaciones del fabricante, que normalmente suele ser cada 5 años o a los 120.000 kilómetros. En caso de los 1.4 HDI o 1.4 TDI suele ser cada diez años o cada 240.000 kilómetros.
Es importante revisarla, es una de las causas más comunes por las que un motor se puede romper. Por lo que además, de estar pendiente de su estado, debes comprobar si hay dificultades al arrancar o se escuchan sonidos extraños.
Existen tres factores clave por los que se puede producir este fallo. El primero es el desgaste, el segundo es la suciedad junto con el polvo y finalmente, el tipo de conducción.
Cuantos más cambios bruscos, acelerones, más deterioro sufrirá, al igual que cuando más se transite por una ciudad. En cambio, en autovía o autopista el desgaste es mucho menor.