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No ha hecho más que empezar la temporada de presentación de resultados correspondientes al primer semestre del año y los profit warning por parte del sector automovilístico no cesan. La mayoría de los grupos que han revisado a la baja sus previsiones de beneficio lo han hecho por el mismo motivo: los aranceles.

El primero en rebajar sus estimaciones de ganancia fue el Grupo Renault. Ahora bien, su situación no responde a los aranceles, dado que no tiene actividad comercial en Estados Unidos, sino a un desempeño peor de lo esperado en junio. El conglomerado francés, que presentará sus cuentas el próximo 31 de julio, alertó a mediados del presente mes de una caída de la rentabilidad operativa.

Si antes estimaba unos márgenes iguales o superiores al 7%, ahora este guarismo se ha reducido hasta situarlo en el entorno del 6,5%. Asimismo, prevé que el flujo libre de caja se sitúe entre los 1.000 y 1.500 millones de euros. Un recorte significativo si se tiene en cuenta que las anteriores previsiones que manejaban estimaban que este se situase por encima de los 2.000 millones de euros.

Pero la de Renault no ha sido la única revisión a la baja de las previsiones financieras. También lo hizo General Motors. El fabricante norteamericano revisó a la baja sus estimaciones de beneficio para el año en curso.

En dichas estimaciones se tiene en cuenta el impacto arancelario, el cual se sitúa entre los 4.000 y los 5.000 millones de dólares (entre 3.533 y 4.416 millones de euros al cambio actual).

Así las cosas, General Motors avanza unas ganancias ajustadas antes de intereses e impuestos de entre 10.000 y 12.500 millones de dólares (entre 8.832 y 11.040 millones de euros). Unas previsiones que no han variado tras los resultados del segundo trimestre.

Cabe recordar que al cierre del primer semestre del año, General Motors sufrió un impacto en sus cuentas de 1.100 millones de dólares (940 millones de euros).

Volkswagen reduce previsiones

El Grupo Volkswagen también ha revisado a la baja sus previsiones para el ejercicio en curso. Todo ello tras haber cerrado la primera mitad del año con un impacto arancelario de 1.300 millones de euros.

Una situación que, unido a otras, ha provocado que el beneficio del gigante alemán del automóvil retrocediese un 36,6% en la comparativa interanual, hasta los 4.005 millones de euros.

La compañía espera ahora que el rendimiento operativo sobre las ventas se sitúe al cierre del año entre el 4% y el 5%, lo que supone 1,5 puntos porcentuales menos en cada uno de los baremos frente a las anteriores previsiones.

Pese a ello, el consorcio automovilístico mantiene la previsión de lograr una cifra de negocios similar a la del año anterior. Así, el Grupo Volkswagen estima que los ingresos crecerán del orden de un 5%.

El grupo también prevé un flujo de caja neto de la división automotriz para 2025 de entre 1.000 y 3.000 millones de euros (previamente estimaba entre 2.000 y 5.000 millones de euros). Esto incluye salidas de efectivo para inversiones futuras, así como para medidas de reestructuración.

Además, se estima que la liquidez neta de la división automotriz sea de entre 31.000 y 33.000 millones de euros (anteriormente la situaba entre 34.000 y 37.000 millones de euros).

Traton alerta de menores ganancias

Otro consorcio que ha recortado sus previsiones ha sido el Grupo Traton, responsable del negocio de vehículos comerciales e industriales del Grupo Volkswagen.

Este consorcio es la matriz de las marcas Scania, MAN, International y Volkswagen Truck&Buses.

El profit warning de Traton afecta a todas las principales métricas. En materia de pedidos, Traton estima que estos cerrarán el año con una caída de hasta el 10%, cuando previamente estimaba que se situarían entre una caída del 5% y un alza del 5%.

Esta rebaja de las previsiones también afecta a la cifra de negocios, la cual estima que también cerrará con una merma del 10%.

Todo ello también se verá reflejado en la rentabilidad operativa, la cual el grupo considera que cerrará el año entre el 6% y el 7%, cuando previamente estimaba que se situaría entre el 7,5% y el 8,5%.

Así las cosas, el grupo de vehículos industriales espera ahora que el flujo de caja neto de las operaciones se sitúe entre los 1.000 y 1.500 millones de euros (anteriormente se situaban 2.200 y 2.700 millones de euros).

A la espera de acuerdo

Todo ello se produce en vísperas de que los aranceles a las importaciones de vehículos y componentes se conviertan en definitivos el próximo 1 de agosto en caso de que EEUU y Bruselas no alcancen un acuerdo en materia comercial.

La Unión Europea apuesta por un acuerdo con EEUU para dejar un arancel general del 15%, con algunas excepciones, a modo de 'tarifa plana' que no haga saltar por los aires todas las relaciones comerciales entre ambas partes y mantenga la armonía en el seno de la OTAN.

Hasta que se cierre un pacto definitivo, el único logro sobre el papel de la parte europea sería rebajar el gravamen que se aplica a los coches también al 15%, en lugar del 25% vigente desde abril. Un recorte importante para mercados como el alemán o el francés.

Cabe recordar que estas tasas son adicionales a las que ya existían, situadas en el 2,5%.