La francesa Renault ha anunciado la extinción del turno de fabricación de fin de semana y festivos en su planta de Palencia, acto que será efectivo a partir del próximo mes de junio, cuando desaparecerá definitivamente, volviendo a la producción normal de la fábrica, con tres turnos: mañana, tarde y noche.
Este turno, en el que se empleaban aproximadamente a unas 600 personas -la mayoría con contratos eventuales-, se introdujo hace casi un año para dar respuesta a la demanda en el lanzamiento de dos de los modelos más importantes de la marca gala, el Kadjar y la nueva generación del Megane.
Ambos modelos han resultado todo un éxito, con una alta demanda en decenas de países. De hecho, el Kadjar, que es el primer SUV del segmento C de la marca, se ha convertido en uno de los fijos en los puestos más altos de las listas de ventas, reportando pingües beneficios a Renault.
Por su parte, la cuarta generación del Megane, auténtico buque insignia de Renault, ha mejorado sensiblemente la imagen de la anterior generación, dando lugar a un auténtico superventas. Tal es así que, incluso, en el último mes de 2016, el Megane se coronó como el modelo más vendido en España.
Con dos carrocerías -compacta y familiar, ambas de 5 puertas- y una extensa gama de motores tanto diésel como gasolina, el Megane concentra toda la esencia de la marca en un modelo en el que la estética y la calidad de construcción han ganado enteros respecto a la anterior edición.
Esta decisión no afecta en principio a ninguna otra planta de la marca, ni siquiera la de Valladolid -la más cercana-, en la que se sigue fabricando a toda velocidad el Captur, que recientemente ha sido renovado estéticamente para mantenerse como uno de los Renault más vendidos.
