Bañar a un cachorro por primera vez es una de las experiencias más gratificantes para cualquier amante de los animales, pero el proceso está intrínsecamente ligado a la salud y el desarrollo del can.
En un vídeo de YouTube, un experto animal ofrece una guía detallada, destacando la fragilidad de los cachorros y la necesidad de seguir protocolos estrictos para asegurar su bienestar.
Advertencias fundamentales
"Los cachorros son seres vivos muy frágiles y susceptibles a contraer enfermedades". El experto indica que su sistema inmunitario no está completamente desarrollado hasta el mes y medio e incluso hasta los dos meses de vida.
Por esta razón, el cachorro no debe separarse de su madre bajo ningún concepto durante este periodo, ya que ella se encargará de limpiarlo si es necesario. Incluso, el baño podría ocasionar el rechazo de la madre.
El experto solo recomienda bañar al cachorro, si está extremadamente sucio o si sufre una infestación por parásitos. Además, el calendario de vacunación juega un rol crucial.
El estrés inherente al baño puede provocar una respuesta negativa en el organismo, disminuyendo la efectividad de la vacuna. "Es recomendable realizar el baño 15 días antes o 15 días después de la vacunación".
Un acto de socialización
Antes de iniciar el baño, la preparación es esencial. El objetivo primordial es crear una experiencia "agradable y positiva" para el cachorro, ya que este momento es fundamental en su proceso de socialización.
"El baño es probablemente uno de los momentos más importantes en la vida del cachorro". El ambiente debe ser cálido para evitar un choque térmico; si es invierno, se aconseja encender la calefacción con anticipación.
Los materiales imprescindibles, según el experto, incluyen:
- Champú específico para cachorros.
- Esponja y peine de goma.
- Un cubo con agua templada.
- Toallas y secador.
- Un ambiente positivo y relajado.
El ritual del baño
El proceso comienza llenando el cubo o la bañera. El experto indica que es crucial que la altura del agua no llegue a cubrir demasiado al cachorro para prevenir el estrés o la sensación de ahogo.
Una vez listo, se moja al cachorro por completo, evitando siempre la cabeza, los ojos y las orejas. Durante esta fase, se recomienda jugar con el agua o añadir un juguete para mejorar la experiencia.
Para la limpieza, es indispensable utilizar un champú específico para cachorros, ya que estos productos son más delicados con su dermis, hidratan y protegen correctamente, a diferencia de los champús para perros adultos, los cuales no están recomendados.
Como afirma el experto, se utiliza la esponja y el peine de goma para asegurar que el champú llegue a todas las zonas. "Finalmente, el aclarado debe ser meticuloso, eliminando completamente todos los restos de champú".
El punto crítico para la salud
El secado es considerado un punto "muy importante". El cachorro debe ser envuelto totalmente en una o dos toallas, ya que no debe templarse. Una vez que las toallas han absorbido bien el agua, se utiliza el secador. "Este debe usarse a poca potencia y con calor bajo para evitar asustar o incomodar al animal, manteniendo siempre la experiencia agradable", advierte el experto.
Una vez realizado el primer baño con éxito, se puede establecer una rutina regular, bañando al cachorro siempre que esté sucio o huela mal. Sin embargo, la frecuencia ideal debe oscilar entre los 20 y 60 días.
El experto justifica esta pauta: "los perros poseen una capa de grasa protectora en su piel, y el abuso del baño puede destruirla". Para mitigar este efecto, se recomienda usar un champú hidratante para cachorros que proteja la piel del contacto habitual con el agua y evite la resequidas.
Aun así, concluye el experto, "la rutina higiénica principal del can debe ser el cepillado frecuente, ya que este ayuda a eliminar el pelo muerto y la suciedad, siendo incluso prioritario al baño".
