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El microchip en las mascotas es una herramienta fundamental para garantizar su seguridad y aumentar las posibilidades de recuperarlas en caso de pérdida.

A diferencia de collares o placas, que pueden soltarse o ser retirados fácilmente, el microchip es un dispositivo permanente. Se coloca bajo la piel y contiene un código único, vinculado a los datos del propietario en una base de registros oficiales.

Esto ofrece tranquilidad a las familias, ya que asegura que su compañero tenga una identidad verificable.

Un sello de pertenencia

En un vídeo de YouTube la veterinaria Celia Poveda explica que el microchip resulta crucial para identificar a las mascotas extraviadas y garantizar que sean devueltas a sus dueños. "Si el animal se pierde, van a poder encontrarte llamarte y decir 'Oye tu animal está aquí'", afirma. 

A partir del momento en que se le pone el microchip, el animal va a pertenecer a esa persona. Contribuye a fomentar la tenencia responsable y confirma la propiedad del animal. En casos de abandono, es necesario para identificar a las mascotas y tomar medidas.

De esta manera, el dispositivo se convierte en un recurso casi indispensable para que los animales puedan regresar a casa lo antes posible.

Seguimiento de vacunas

Además, Poveda subraya que el microchip no solo sirve para la identificación, sino que también confirma la propiedad legal del animal y facilita el seguimiento de vacunas. "Te llamarán cuando tu mascota necesita vacunarse de la rabia, por ejemplo. Es muy importante no olvidarle de ella".

Esto convierte al dispositivo en un aliado no solo para la seguridad de la mascota, sino también para la medicina preventiva y la salud pública.

Es fundamental encontrar una clínica veterinaria que ofrezca servicios de implantación de microchips para asegurar que cada mascota esté debidamente registrada.

"Más que un simple trámite, el microchip representa una medida de protección, compromiso y bienestar tanto para las familias como para sus animales.", concluye Poveda.