Viajar con nuestras mascotas es cada vez más habitual en España. La idea de compartir la experiencia turística con ellas ya no es extraña, pero sigue estando rodeada de dudas.
¿Qué dice la ley? ¿Qué derechos tienen los tutores? ¿Qué límites deben respetar? Muchos hoteles se anuncian como pet friendly, las playas solo aceptan perros en ciertas temporadas y los trenes tienen sus propias normas. El panorama no siempre es claro.
Para resolver estas cuestiones hablamos con Eloi Sarrió, abogado especializado en derecho animalista. Él nos explica la normativa vigente y ofrece recomendaciones prácticas. "Viajar con mascota no es difícil, pero hay que estar muy informado".
Una libertad con reglas claras
Según Sarrió, la norma general es sencilla. Los alojamientos y comercios no están obligados a aceptar animales. La Ley 7/2023 permite que los propietarios decidan, siempre que se trate de zonas donde no se manipulan alimentos. La clave está en la señalización.
"Si un hotel o un restaurante no admite perros, debe indicarlo claramente desde fuera o en su política comercial", explica el abogado. La ausencia de cartel equivale, de hecho, a que el acceso está permitido.
Si alguien impide la entrada en esas condiciones, el cliente tiene derecho a recordar la normativa e incluso a pedir la hoja de reclamaciones.
Eloi Sarrió, abogado animalista, con un perro.
También son habituales los suplementos por estancia con animales. Sarrió aclara que son legales, incluso sin servicios añadidos, siempre que estén anunciados de forma previa y transparente.
"Ese recargo suele justificarse por limpieza extra o prevención. Lo que no puede hacerse es improvisarlo una vez hecha la reserva", advierte.
Además, lo que un alojamiento publicita como pet friendly es vinculante y debe cumplirse.
La excepción absoluta
En el caso de los perros de asistencia, la ley no admite dudas. Su acceso está garantizado y es gratuito en casi todos los espacios públicos o privados de uso público. Así lo recogen la Ley 7/2023 y el Real Decreto 409/2025.
Son los casos de perros guía, de señal para personas sordas, de servicio, de aviso médico o para personas con trastorno del espectro autista. Su derecho a acompañar al usuario es nacional y uniforme.
Las únicas excepciones son las cocinas donde se manipulan alimentos, los quirófanos y el agua de piscinas o parques acuáticos. "Fuera de ahí, entran sí o sí, y nunca pueden cobrarte aparte", resume el abogado.
Playas, parques y naturaleza
Uno de los puntos que más confusión genera entre los propietarios de perros es el acceso a las playas. La competencia depende de cada comunidad y, en la práctica, de cada ayuntamiento.
Algunos habilitan playas caninas todo el año. Otros reservan horarios y zonas específicas o, directamente, lo prohíben de forma general. La Ley 7/2023 anima a los municipios a crear más espacios abiertos, pero la realidad sigue siendo desigual.
"Lo único claro es que los perros de asistencia tienen acceso pleno y permanente a todas las playas de España", afirma Sarrió.
En los parques urbanos ocurre algo similar. Cada municipio dicta sus normas sobre el uso de la correa, los horarios para soltar al perro o el uso obligatorio de bozal.
En Madrid, por ejemplo, existen franjas horarias en las que los animales pueden ir sueltos en zonas concretas.
Más estricta es la regla en los parques nacionales y espacios protegidos. Aquí la prioridad es la conservación de la fauna. De los 16 que existen, 10 admiten perros, siempre y cuando vayan sujetos y controlados.
Cada espacio marca sus propias condiciones. Por eso, Sarrió recomienda revisar siempre la normativa antes de la visita.
Viajar en transporte
Si se viaja en transporte público o privado, hay que comprobar los requisitos que hay que cumplir. "La ley establece que cada operador fija sus condiciones. La única excepción son los perros de asistencia, que viajan siempre sin restricciones", recuerda Sarrió.
En la práctica, esto significa que en taxis y VTC la admisión es discrecional. Lo recomendable es preguntar antes. En Renfe, los animales pequeños (hasta 10 kilos) pueden viajar en transportín en casi cualquier tren.
Pero, para los de mayor tamaño, existe un servicio especial en determinados AVE y trenes de larga distancia. Cada aerolínea o naviera marca sus propias normas, por lo que conviene consultar con antelación.
Para viajes dentro de la Unión Europea, el marco es más homogéneo. Los requisitos básicos son microchip, vacuna antirrábica en vigor y pasaporte europeo. El límite general es de cinco animales por persona en traslados no comerciales.
Bienestar y recomendaciones
Más allá de la norma, Sarrió insiste en que lo fundamental es el bienestar del animal. "No tiene sentido llevar a un perro miedoso a una mascletà, ni a uno que odia el agua a una ruta en kayak. Lo más importante es su comodidad".
Viajar con animales en España es posible y cada vez más sencillo. Pero exige preparación. Revisar la normativa local, confirmar con el alojamiento y prever las condiciones del transporte son pasos básicos para evitar problemas.
'Checklist' exprés
Antes de reservar: lee la política pet friendly (peso, número, fianza, zonas comunes). Si no admiten animales, debe figurar en la puerta o la web.
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Restauración: consulta si pueden acceder a la zona de consumo y respeta las normas. Nunca pueden entrar en cocinas ni en lugares de manipulación de alimentos.
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Playas: comprueba la ordenanza municipal o los listados oficiales.
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Piscinas: el acceso suele estar prohibido, incluso para perros de asistencia.
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Transporte: revisa siempre las condiciones del operador (tren, aerolínea, naviera).
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Viajes por la UE: microchip, vacuna de rabia y pasaporte. Fuera de la UE, consulta requisitos específicos del país.
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Perros de asistencia: acceso garantizado casi en todas partes y sin recargo. Siempre con acreditación.
