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"El aburrimiento en los gatos es un problema real", afirma el veterinario Carlos en un vídeo de YouTube. "¿Prestáis suficiente atención a vuestros animales?", pregunta a su audiencia.

Muchos felinos se aburren muy fácilmente si sus familias no juegan con ellos o no están atentas a sus necesidades. "Es importante conocer el comportamiento felino para saber qué necesitan en cada momento", advierte.

El veterinario revela, a continuación, seis signos que pueden indicar que un gato está aburrido.

Aunque los gatos suelen dormir entre 16 y 18 horas al día, Carlos explica que un felino aburrido permanece en su cama o manta sin apenas moverse, incluso cuando la familia está activa en casa.

Este es el primer signo de alarma, ya que normalmente el movimiento familiar dentro del hogar los estimularía a interactuar o jugar.

Acicalamiento excesivo

Otro signo claro es el acicalamiento excesivo. "Muchos gatos aburridos pasan el día entero acicalándose", señala Carlos. No lo hacen por higiene, sino porque el acicalamiento estimula la liberación de endorfinas, hormonas que generan bienestar.

Sin embargo, cuando esta conducta se vuelve constante puede derivar en dermatitis psicógena, provocada porque la lengua rasposa del gato les arranca pelo y deja zonas de piel sin protección.

Carlos detalla que esta dermatitis suele aparecer en el lomo y se diferencia de otros problemas cutáneos porque la piel no pica: es el propio gato quien se provoca las lesiones por falta de entretenimiento.

Además, este exceso de acicalamiento hace que traguen más pelo, aumentando el riesgo de bolas de pelo.

El veterinario enfatiza que, en estos casos, los remedios tradicionales como la fibra, la malta o la hierba para gatos no solucionan el origen del problema, que es el aburrimiento.

Por ello, recomienda mejorar el entorno del felino y dedicar tiempo a cepillarlo con peines o cepillos, lo cual elimina pelo muerto y, al mismo tiempo, fortalece el vínculo con el animal.

El comedero lleno

Otro signo frecuente es la ingesta excesiva de comida, muy habitual en gatos que tienen el comedero lleno todo el día. "Al no tener nada que hacer, muchos terminan comiendo por aburrimiento, lo que genera sobrepeso", advierte.

Para prevenirlo, sugiere establecer pautas de alimentación con varias tomas repartidas durante el día. Aunque reconoce que esta medida puede ser "un poco controvertida", señala que los consensos veterinarios más recientes la recomiendan.

Un gato aburrido en el sofá. Istock

Una buena estrategia es utilizar comedores interactivos o de actividad, que obligan al gato a moverse para conseguir la comida, aportándole estímulo físico y mental.

La búsqueda de atención

Un cuarto signo es cuando el gato parece buscar constantemente atención. Si maúlla, persigue a su dueño por la casa, se interpone en su camino o pide comida de manera insistente, probablemente esté aburrido.

El veterinario aconseja no sucumbir a estas demandas en el momento, ya que eso refuerza el comportamiento. Lo adecuado es interpretarlo como una señal y dedicarle atención o juego más adelante, cuando el gato esté tranquilo.

Este comportamiento suele destacar en gatos que antes tenían acceso al exterior y de repente ya no lo tienen. "Es como si dijeran: ‘Quiero salir’, pero de una forma muy intensa y desesperada", explica Carlos.

Aun así, recomienda no dejar nunca a los gatos salir sin supervisión. En su lugar, sugiere alternativas como recintos vallados en jardines o terrazas, con elementos naturales (ramas, troncos, repisas) para que puedan ejercitarse sin riesgos.

Si no hay posibilidad de ofrecer un espacio exterior, el interior del hogar debe incluir un espacio adapto a la diversión: zonas para trepar, escondites, rascadores, repisas elevadas y juguetes.

Cazar las piernas

Un quinto signo es la agresividad ligada al juego. Los gatos aburridos pueden acechar y "cazar" piernas, manos o cualquier cosa que se mueva. Este comportamiento se debe a su instinto natural de caza.

La solución, según el veterinario, es ofrecer juguetes que imiten presas, como pequeños ratones, pelotas con sonido, plumas, para canalizar esa energía. "Lo importante es que los juguetes sean manejables y atractivos, no objetos demasiado grandes con los que el gato no sepa cómo interactuar".

Finalmente, un sexto signo es que el gato descarga su aburrimiento sobre los objetos del hogar. Sofás, muebles, plantas e incluso rollos de papel higiénico son blanco de estos ataques, sobre todo cuando los dueños no están presentes.

Para evitarlo, Carlos insiste en que es fundamental ofrecer un entorno enriquecido: zonas diferenciadas de descanso, escondites, rascadores, estanterías elevadas y rutinas de juego repartidas durante el día. La falta de estimulación genera estrés, que a la larga es la raíz de los problemas de conducta.

"Dedicar al menos media hora al día a jugar con tu gato, en varias sesiones, es esencial. La típica rutina de ‘me levanto, me dan de comer y vuelvo a dormir’ no es saludable: el aburrimiento se transforma en estrés y este, tarde o temprano, se expresa en problemas de comportamiento o de salud".