La obesidad es una enfermedad compleja y multifactorial que afecta a millones de personas en todo el mundo. La cirugía bariátrica, como la gastrectomía vertical, ha demostrado ser eficaz para lograr una pérdida de peso significativa y sostenida.
Sin embargo, no todos los pacientes logran los mismos resultados: entre un 7% y un 25% no alcanza los objetivos esperados. Por ello, investigadores de la Plataforma de Bioinformática del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga se han unido para comprender que los factores que influyen en esta variabilidad son esenciales para optimizar los resultados clínicos.
En el estudio Obsesidad, diabetes y sus comorbilidades: prevención y tratamiento liderado por Francisco J. Tinahones, han identificado posibles biomarcadores epigenéticos que anticiparían la respuesta a la cirugía bariátrica. Se trata de un importante hallazgo que, sin lugar a duda, podría revolucionar la personalización de los tratamientos para la obesidad.
Analizaron 20 muestras de sangre
Para llegar hasta esta conclusión, el equipo analizó muestras de sangre de 20 personas con obesidad severa antes de que se sometieran a una operación de reducción de estómago (gastrectomía en manga).
Un año después, comprobaron cuánto peso había perdido cada paciente y los dividieron en dos grupos: quienes habían perdido más del 60% del exceso de peso, y quienes no habían llegado a esa cifra.
Al comparar los perfiles de metilación del ADN, los investigadores detectaron más de 76.000 diferencias en pequeñas marcas químicas del ADN (conocidas como metilaciones), que podrían estar influyendo en cómo responde el cuerpo a la cirugía.
Entre todas esas diferencias, les llamó la atención que había tres marcas epigenéticas que destacaron especialmente por su capacidad para discriminar con precisión qué pacientes iban a tener una mejor evolución.
"Encontramos que una mayor metilación del ADN en sitios específicos en el gen HOXA5 se relaciona con una menor probabilidad de éxito en la pérdida de peso, mientras que una mayor metilación en JAK2 se asocia con mejores resultados", ha señalado Sonsoles Morcillo, una de las autoras principales del estudio.
Ambos genes tienen un papel reconocido en funciones del tejido adiposo y en rutas metabólicas claves como la señalización de insulina, la inflamación y la diferenciación de adipocitos.
Estos resultados sugieren que el ADN de cada persona podría tener parte de la clave para saber si una operación bariátrica funcionará bien o no, y eso abre la puerta a tratamientos mucho más personalizados.
Por tanto, han llegado a la conclusión de que la evaluación de la metilación del ADN en sangre antes de la cirugía podría servir como una herramienta no invasiva para predecir la respuesta individual a la cirugía bariátrica, permitiendo a los profesionales de la salud personalizar las estrategias de tratamiento y seguimiento, mejorando así los resultados para los pacientes.
En este sentido, Gutiérrez-Repiso, una de las autoras principales del estudio, sostiene que "la identificación de biomarcadores epigenéticos nos acerca a una medicina más personalizada en el tratamiento de la obesidad, permitiendo intervenciones más efectivas y adaptadas a cada paciente".
Así, Guillermo Paz-López, primer autor del trabajo, ha asegurado que “se requieren estudios adicionales con muestras más amplias para validar estos resultados y explorar cómo estos biomarcadores pueden integrarse en la práctica clínica habitual. Por ello, este avance subraya el compromiso de IBIMA en la investigación de vanguardia para abordar los desafíos de la obesidad y mejorar la salud de la comunidad”.