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Si de niño tenía problemas con las matemáticas e incluso ahora de adulto se sigue liando con números, fechas, horas y no visualiza bien las operaciones no es que fuera un zoquete como decían los antiguos profesores. Seguramente tiene una discalculia, un trastorno neurobiológico como la dislexia, pero mucho menos conocido porque se ha empezado a investigar más tarde. 

Se está haciendo algo más popular después de que personas famosas hayan dicho públicamente que la tienen, como el caso de Robbie Williams, Paula Vazquez o Arón Piper. 

Hiwet Costa es una de las mayores expertas de España en discalculia. Es italiana, estuvo varios años investigando en Inglaterra y desde hace cinco años vive en Málaga, donde trabaja para la plataforma educativa Smartick y colabora con el Laboratorio de Cognición Numérica de la Universidad de Málaga.

Este lunes, 3 de marzo, es el Día Internacional de la Discalculia y en EL ESPAÑOL de Málaga hemos entrevistado a esta investigadora, que arroja mucha luz sobre este trastorno y, aunque no tiene cura, sobre medidas para paliarlo. 

¿Qué es la discalculia?

Es un trastorno específico del aprendizaje. Tiene origen neurobiológico y afecta entre el 5 y el 7% de la población. Eso quiere decir que en cada clase tenemos, por lo menos, uno o dos niños con discalculia, pero no lo sabemos porque la mayoría de estos niños no tienen diagnóstico.

¿Cómo se puede reconocer la discalculia?

Son niños que tienen una dificultad muy grande en el procesamiento de la información numérica. Todo lo relacionado con los números para ellos es muy difícil, porque no tienen esto que se llama sentido numérico, esta imagen mental del número. Esto dificulta el aprendizaje de las matemáticas porque falta la base. El niño no tiene esta representación mental del número, no entiende el número, las cantidades… Así es muy difícil que pueda entender el resto de las matemáticas, la geometría, las operaciones...

Ustedes han hecho un test para comprobar si un niño tiene discalculia. ¿Cómo está funcionando?

En España tenemos la suerte de que hemos desarrollado un test gratuito en colaboración con la Universidad de Málaga y la Universidad de Valladolid. Es un test de cribado de discalculia. No es un diagnóstico, pero da un grado de riesgo de discalculia. A los niños que les sale un riesgo alto hay que hacerle una evaluación completa para estudiar más a fondo tanto sus habilidades matemáticas como otras habilidades como la atención o la memoria. Así podemos descartar otras posibles causas, ya que puede ser que el niño vaya mal en matemáticas pero por un problema de atención, no por discalculia.

"En cada clase tenemos, por lo menos, uno o dos niños con discalculia, pero no lo sabemos porque la mayoría de estos niños no tienen diagnóstico"

De hecho, menores que tienen discalculia pueden entender perfectamente el resto de asignaturas.

Sí. No es un problema de inteligencia. No obstante, sí es cierto que hay estudios que demuestran que entre el 40 y el 60% de los niños que tienen discalculia también tienen TDH o dislexia. El tema es que en España aún se sabe bastante poco de discalculia y se diagnostica poco en comparación con la dislexia, que sí es más frecuente. Por tanto, hay muchos niños diagnosticados de dislexia, pero no de discalculia.

Muchos adultos reconocen que eran malos en matemáticas de niños e incluso de mayores pero sin darle mayor importancia.

Sí. Muchos adultos se han dado cuenta ahora de que lo que tenían era discalculia. Pero es lo que comentamos. El estudio de la discalculia se inició más tarde que el de la dislexia y se conoce poco. Pero se está avanzando. Ahora hay una formación mucho mayor. Nosotros, a través del Laboratorio de Cognición Numérica, damos formación en centros de profesorado de toda España a profesores y orientadores.

¿Están los profesores más atentos en las clases a la posibilidad de que su alumnado pueda tener discalculia?

Sí. Me ilusiona dar estos cursos porque veo mucho interés entre los profesores y orientadores. Quieren ayudar a los niños y se están dando cuenta de que no es que a unos niños les cueste un poco más aprender las matemáticas y que mejorarían haciendo más ejercicios, sino que se debe a que tienen un problema neurobiológico, que no entienden algunos conceptos y necesitan una intervención muy específica para para ayudarles.

También necesitan adaptaciones curriculares. La discalculia no es algo que se cura porque no es una enfermedad. Es una condición. Estos niños son así. Igual que a los niños con problemas de visión les ponemos unas gafas sin problema, a estos niños con discalculia tenemos que adaptarles el currículo para que puedan aprender y tengan las mismas oportunidades que tienen los otros niños.

"No es un problema de inteligencia. No obstante, sí es cierto que hay estudios que demuestran que entre el 40 y el 60% de los niños que tienen discalculia también tienen TDH o dislexia"

No tiene cura, pero ¿cómo se puede paliar?

Podemos hacer una intervención para encontrar estrategias a través de las cuales el niño pueda desarrollar una base para que le sea más fácil aprender conceptos matemáticos más avanzados.

En cualquier caso, no hay que ser pesimistas. Yo misma no tengo un diagnóstico de discalculia, pero estoy segura al 90% de que la tengo. Tengo 37 años y cuando tenía 6 no se hacían diagnósticos de esto. Pese a eso, he estudiado una carrera, he hecho un doctorado de investigación y he trabajado en la universidad. Pero sigo teniendo como todos los adultos con discalculia problemas en la visualización y manejo de los números, del tiempo, de la hora, del calendario…

Hay famosos que han sido diagnosticados de discalculia y están promoviendo que se conozca más.

Sí. Ha pasado con Robbie Williams, Paula Vázquez o Arón Piper. Este último, en una entrevista en la televisión, explicaba muy bien la discalculia y cómo le ha afectado a su vida. Pero lo importante es encontrar la estrategia correcta para que el niño pueda aprender y no tener límites.