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Durante años, la salud mental ha estado rodeada de prejuicios y barreras. Muchos son los profesionales que trabajan día a día para hacer desparecer todos los estigmas que rodean estas patologías mentales. Entre ellos se encuentra una enfermera del Hospital Civil de Málaga, Jessica Marian Goodman que se ha hecho con un premio de investigación del Consejo General de Enfermería por su proyecto Evaluación del impacto de las artes participativas en museos sobre el proceso de la recuperación en salud mental.

Desde los pasillos del Hospital Civil de Málaga hasta las salas de los museos, Jessica Marian Goodman ha encontrado en el arte una poderosa herramienta para la recuperación en salud mental. Además, gracias a este premio va a poder continuar su labor y podrá llegar a más pacientes y a futuros investigaciones, a los que trata de inspirar para que luchen por lo que les apasiona. 

Esta enfermera e investigadora, que lleva casi una década en Málaga explorando cómo la creatividad puede transformar vidas, devolver la esperanza y fortalecer la identidad de quienes más lo necesitan atiende a EL ESPAÑOL de Málaga para la sección A título personal para dar a conocer su labor y demostrar como las actividades culturales pueden mejorar la calidad de vida de las personas que sufren alguna enfermedad mental. 

¿Quién es Jessica Marian Goodman?

Jessica es una persona muy apasionada. Si algo me define es la pasión que tengo, no solo por mi trabajo en salud mental y la investigación, sino también por la vida en general. Me encanta hacer actividades, conocer mi ciudad, viajar, reír, disfrutar del arte y la naturaleza. Tengo mucha pasión por todo lo que hago.

¿Por qué decidió ser enfermera?

Tomé la decisión de ser enfermera por diferentes circunstancias. Siempre me ha gustado el arte, pero el mundo de la salud y los cuidados me llamaba mucho la atención. Entonces, entré en el grado de enfermería, y ahí fue donde descubrí mi pasión por la salud mental. Me fui interesando cada vez más por esta especialidad y, actualmente aunque soy enfermera de base, me siento más enfermera de salud mental que enfermera generalista.

¿Qué fue lo que más le llamó la atención de la salud mental?

Recuerdo que en una de mis primeras experiencias fue en una unidad de hospitalización para hacer una rotación. El primer día que llegué me di cuenta de que un enfermero que trabajaba allí miraba de qué paciente era el cumpleaños ese día y, si coincidía con el día sacaba una armónica y tocaba "Cumpleaños Feliz". También leía poesía con los pacientes. Me di cuenta que en salud mental las enfermeras tenemos la comunicación y la palabra como herramienta terapéutica. También me fascinó acompañar a las personas en procesos que son tan complicados desde un lugar muy diferente al habitual.

"En salud mental las enfermeras tenemos la comunicación y la palabra como herramienta terapéutica"

¿En qué momento decidió combinar la salud mental con el arte?

Todo surgió a raíz de varios eventos en mi vida. En un de los congresos de salud mental conocí a Paco Durán, un enfermero que había iniciado un programa de arte y terapia en museos. Tiempo después, coincidimos en el mismo hospital, junto con Fermín Mayoral, coordinador de mi unidad de investigación, y decidimos que mi tesis doctoral se centrara en evaluar este programa. Al mismo tiempo, me topé en un evento en Alcalá de Henares con el Movimiento Europeo de Arte y Terapia y fue ahí cuando descubrí que el arte no es que tenga una posibilidad y un potencial en salud mental sino que existe una disciplina a nivel internacional con una formación específica. 

¿En qué consiste su tesis doctoral?

Mi tesis evaluó un programa iniciado en 2015, con el que seguimos actualmente, donde personas con diferentes problemas de salud mental participan, ya sea con trastorno mental grave, trastorno de conducta alimentaria, trastorno especial autista, en actividades artísticas en museos durante tres meses. 

En estos encuentros semanales hay una parte de mediación museística en la que educadores del museo nos ayudan a dialogar un poco sobre las obras y acercarlas a temas relacionados con la salud mental. Luego pasamos a un aula educativa y hacemos una parte de creación en la que la persona trabaja sobre su propio proceso con la creación y la puesta en común para que podamos sentir que lo que vivimos unas personas, también lo viven otras. 

En definitiva, lo que hacemos es evaluar si este programa de tres meses podría tener un impacto sobre la recuperación en salud mental de las personas antes y luego a los tres meses. Los resultados corroboraron estadísticamente que existen mejoras significativas en la conexión social, la esperanza en el futuro, la identidad y el empoderamiento.

¿Cómo ha beneficiado el arte a los pacientes de salud mental?

Han participado más de 100 personas desde 2015 en Málaga y han estado acudiendo al Museo Carmen Thyssen de Málaga, en el Museo Casa Natal de Picasso, el Museo de Málaga y el Museo Jorge Rando. Tras las actividades, lo que se vio fue que las personas se sienten conectadas a otras personas, tienen optimismo y esperanza hacia el futuro. Además, hace que estas personas tengan un sentido de la identidad, le den un significado a la vida y se sientan empoderadas. El arte les permite expresar y procesar sus emociones, fortaleciendo su bienestar.

¿Cree que en los últimos años se ha dado más importancia a la cultura?

Llevo en Málaga desde el año 2016 y antes de la pandemia ya había nacido un movimiento cultural bastante interesante. Ahora, estamos en un momento de auge máximo en el que tenemos la suerte de que la ciudad ofrece millones de alternativas artísticas y culturales para las personas que vivimos aquí.

En cuanto a la salud mental, gracias a estos avences, las personas con problemas de salud mental, que muchas veces no han podido tener la oportunidad de acercarse al arte, ahora tienen todavía más oportunidades de poder ser incluidas en actividades así.

"Las redes sociales están ayudando mucho a desestigmatizar y a normalizar los problemas de salud mental"

Y en el ámbito sanitario, ¿cree que se le da más importancia a los pacientes con salud mental?

Tenemos la suerte de que a nivel nacional está cambiando mucho la visión que se tiene de la salud mental. También las redes sociales están ayudando mucho a desestigmatizar y a normalizar los problemas de salud mental. Actualmente, las personas que están en seguimiento de salud mental o que están iniciando un proceso es mucho más fácil y se sienten mucho más valoradas por la sociedad que en otros momentos históricos en los cuales se utilizaban palabras como enfermo y loco, cosas que a día de hoy no es así porque comprendemos la salud mental como una parte más de la salud de la persona. 

¿Cree que las administraciones públicas están apostando por la arteterapia? 

Con los años se ha ido ganando más apoyo. Al principio fue un poco difícil tener el apoyo para llevarlo a cabo, pero con el tiempo se ha ido ganando mucho interés. En el Hospital Regional Universitario de Málaga se ha apoyado tanto este programa como, por ejemplo, colaboraciones con Cultura en Vena, que es una entidad que fomenta a mediadores museísticos y músicos en las diferentes unidades del hospital. Entonces, aunque es lento a veces el proceso de apoyar estas iniciativas, sí que creo que ahora mismo el hospital está apostando mucho por humanizar de otra manera los servicios que ofrece.

Además de su trabajo como enfermera de salud mental e investigadora, también se dedica a las redes sociales. 

Siempre digo que tengo un giratiempo. Soy una persona muy estructurada y aprovecho mucho el tiempo. Con mis redes sociales intento difundir las actividades que tienen que ver con la práctica profesional, pero también hago contenido de carácter general para el público sobre el arte y sobre la salud mental e investigación para animar a todos a que incorporen en su día a día este tipo de actividades, porque más allá de lo terapéutico y de lo clínico, el poder hacer cosas que generen salud y bienestar, ya sea arte o una actividad física, es fundamental para que la población esté mejor y más cuidada.

Con la vista puesta al futuro, ¿Cuáles son los siguientes pasos para el proyecto de arteterapia?

Terminé la tesis doctoral hace dos años y desde entonces hemos llevado el proyecto a otras poblaciones. La iniciativa original estaba enfocada en el trastorno mental grave, que son personas con un trastorno de esquizofrenia o trastorno bipolar. Actualmente, estamos trabajando con el trastorno de conducta alimentaria y con el trastorno de espectro autista, que son dos poblaciones muy diferentes.

Es muy bonito ver cómo un mismo tipo de intervención de arteterapia es tan diferente y tiene objetivos y resultados tan diferentes dependiendo de la población. A lo mejor el trastorno mental grave está más enfocado en la recuperación, en el apoyo social y en el trastorno de conducta alimentaria, en la autoestima y la identidad o en el trastorno espectro autista, en las relaciones sociales, en las emociones.