Estefanía Martínez se embarcó hace diez años en la aventura de ser Pedrita Parker. Esta ilustradora malagueña aúna sus experiencias, su humor desenfadado y su visión del universo femenino en una marca personal ya conocida por todos.
La artista asegura que Pedrita Parker y Estefanía son la misma persona: "Mi trabajo habla por mí", afirma. Esta década de vivencias personales y mucho arte se resume ahora en una exposición que acoge la Casa de Socorro de Promálaga hasta el 30 de marzo, con el nombre '10 años de Pedrita y 10 sueños de Parker & Friends', impulsada por La Casa Amarilla.
¿Quién es Pedrita Parker? ¿Cómo definiría a su alter ego?
Al final somos la misma persona. Creo que es lo que traduzco en viñetas, intento reflejar mi día a día con mis amigas, el universo de lo femenino, pero desde un punto de vista del humor porque yo soy bastante desenfadada. También creo que tienen mucho acento malagueño. Traduzco lo que es mi vida en viñetas e intento hacerlo de la manera más reflexiva pero a la vez dándole sentido del humor, que es con lo que realmente conectamos con la gente. Diría que mi trabajo habla por mí.
¿Qué le diría a la Estefanía de 2014?
Le diría “Agárrate, que vienen curvas”. Ha pasado de todo. Ha habido momentos maravillosos, el más reciente ha sido, por ejemplo, la inauguración de esta exposición, donde me vi arropada no solo por los organizadores, sino por todos los amigos y colaboradores. Es la traducción de esos 10 años de cariño que me llevo de toda la gente de Málaga. Pero también ha habido momentos de la más profunda oscuridad, de sentirme sola, de tocar fondo, de plantearte si sigo este proyecto hacia adelante o ya no tiene sentido. Y creo que todo ha sido muy bueno, porque gracias a ello he aprendido a parar y a disfrutar de las cosas, que al principio no lo hacía. En 2015, por ejemplo, publiqué mis dos primeros libros, las primeras colaboraciones, siento como que no los disfruté lo suficiente. Ha sido una década de altos, de bajos, de luces, de sombras y de aprender mucho.
Ese estilo tan personal se ha convertido en una marca. ¿Cómo es el proceso creativo de Pedrita Parker?
Siempre uso una analogía en mis talleres y en mis charlas sobre creatividad: tienes que tener la nevera llena para poder crear, que muchas veces nos empeñamos en sentarnos en una mesa y pelearnos con nosotras mismas. Mis ideas vienen de eso, de hacer la compra, y para hacer la compra, hay que llenar la nevera de ideas. Por ejemplo, con mis propios hobbies que me alimentan el alma, que no comparto con nadie, como tocar la batería. O estar con mis amigos, consumir cultura, leer, escuchar música... Al final, todo eso hace que se te llene la nevera de ideas y puedas cocinar cosas. Mi fuente de inspiración es mi vida diaria y mis tiempos de ocio y mis tiempos de parar, que me ha costado mucho aprender a tener. Porque yo era una persona que no paraba nunca, que siempre tenía necesidad de estar haciendo algo y, claro, como me quemé, pues aprendí a cargar la batería. Poder parar para crear cosas.
Todo parte de las experiencias personales y del día a día.
Exacto. Y no solo extiendo mi universo a las personas que me rodean, sino también a las cosas que consumo, a las cosas que veo en redes, a mis amigas, a las historias que me cuentan, a las mujeres que me rodean, incluso descubriendo cosas de otras generaciones.
Además de ilustradora, es la cabeza visible de una marca. ¿Cómo combina la parte creativa con la parte empresarial?
Tengo un equipo que me ayuda, pero, al fin y al cabo, lo que tengo es un proyecto en el cual vendo mis diseños a través de productos. A mi labor de emprendedora e ilustradora, se suman mis redes sociales, que sigo gestionando yo, y otras cosas que hago. Yo también soy profesora, mentora, desarrollo campañas con marcas… Entonces haces un poco malabares con todo.
Estefanía Martínez, en la exposición.
¿Cómo es un día en la vida de Pedrita Parker?
No paro, pero me gustan todas esas facetas. La semana pasada estuve precisamente en YouTube en Madrid dando una charla a mujeres creadoras y creativas. Me gusta mucho porque no hago siempre lo mismo, estoy dando una charla y al día siguiente estoy sola diseñando mi nueva agenda. No hay una rutina, pero aprendo a dosificar un poco, porque llegué a quemarme.
Entre todos sus proyectos, ¿cuál le ha hecho más ilusión?
Entre los proyectos comerciales que les tengo especial cariño, está el de Cruzcampo, por ejemplo. Siempre acepto colaboraciones que encajen perfectamente con mi estilo y con las cosas que defiendo, y este encajaba al cien por cien porque eran tres palabras andaluzas: pellizco, fiera y poderío. Tuve la oportunidad de dibujar a mi abuela, que además ha fallecido recientemente y me gustó que ella pudo llegar a verlo. Otro de los proyectos más bonitos fue en la Casa Ronald de Málaga, donde diseñé una sala de cine para los niños que se quedan allí. Luego me hicieron madrina de la casa. Son proyectos muy bonitos que te llenan mucho el corazón.
Sigue gestionando sus redes sociales. ¿Le gusta fomentar esa relación con la comunidad?
Las ‘pedriters’, como ellas mismas se autodenominan, son la caña. Es que realmente, cuando he pensado lo dejo todo, muchas veces he seguido por ellas. En estos 10 años no lo he comunicado tanto como hasta ahora, que por primera vez estoy compartiendo también los bajos y me he sorprendido de cómo se vuelcan. Se lo debo todo. De hecho, ellas fueron las que me dieron la idea de montar una tienda online. Yo en ningún momento pensé en vender mis diseños ni nada de eso. Estoy muy agradecida por todo el apoyo que me dan y todo el cariño, es una parte esencial.
"Si no eres tú mismo, al final los que te buscan nunca te van a encontrar. Lo primero es que seas coherente y honesto con quien tú eres y solo así se consigue tener un estilo siendo fiel a tu propia voz"
¿Qué consejo daría a quiénes quieren emprender en el mundo creativo?
Si no eres tú mismo, al final los que te buscan nunca te van a encontrar. Entonces, lo primero es que seas coherente y honesto con quien tú eres y solo así se consigue tener un estilo siendo fiel a tu propia voz. Tú vas a dar siempre una visión única. Y por otra parte la constancia: siempre digo que los hábitos pequeñitos cuentan más que toda esa fuerza que queremos tener al principio, cuando viene la motivación.
Vive y trabaja en Benajarafe. ¿Alguna vez ha sentido que tenía que mudarse para prosperar?
No he sentido la necesidad de irme porque ya me había ido. Estuve cuatro años en Estados Unidos y volví a Málaga. Pensé: ¿Si lo puedo hacer fuera, por qué no lo voy a hacer en Málaga? Lo vi claro. Sí que es verdad que luego el mundo y las cosas que me pasaban me demostraban que no era tan fácil. Si me hubiera ido a Madrid o Barcelona, hubiera sido de otra manera. ¿Me arrepiento? En absoluto. Me alegro muchísimo de haberme quedado en Málaga, pero las cosas hubieran sido más fáciles en Madrid o Barcelona. Me tengo que mover mucho para ir a Madrid para hacer ciertas cosas, por ejemplo. Y las colaboraciones rara vez me llegan desde Málaga y casi siempre me llegan desde Madrid o desde otros sitios de España.
Detalle de la muestra de Pedrita Parker.
¿Qué opina de la escena cultural de Málaga?
Hay arte a raudales, en todos los niveles, de ilustradores, grafiteros, tatuadores, de todo. Me parece que tenemos muchísima gente, pero sí que es verdad que falta cohesión y puntos de encuentro. Estamos un poco dispersos por toda la provincia, eso para empezar. Yo soy la primera que no estoy dentro del núcleo. Un gran ejemplo es lo que están haciendo Roy y David en la Casa Amarilla. Se encuentran cosas así que son realmente apuestas por la cultura, por los pequeños creadores, por gente que está iniciándose. Es muy difícil que alguien te dé la mano y que te dé un espacio expositivo o musical. Cada vez quedan menos espacios para la música en directo en Málaga. Creo que lo que tenemos es necesidad de espacios para difundir y practicar nuestro arte.
"Málaga resuena cada vez más en otros puntos de España. Pero creo que faltan cosas por hacer y que hay apuestas que no están sobre la mesa, como espacios para la música en directo"
¿Cree que falta un ecosistema cultural?
Creo que incluso también entre nosotros mismos debemos fomentar esos puntos de unión. Yo estoy en Benajarafe, otro está en El Cañuelo, Villanueva del Rosario o Torremolinos. Hay cosas que están haciendo muy interesantes que, si hubiera un punto de encuentro, a lo mejor conseguiríamos hacer más cosas colectivas. Es mi percepción, puede que un artista del centro no lo vea igual que yo, que estoy fuera, en la periferia. Me cuesta llegar a ese núcleo.
¿Qué opina del desarrollo de Málaga?
Málaga resuena cada vez más en otros puntos de España. Pero creo que faltan cosas por hacer y que hay apuestas que no están sobre la mesa, como espacios para la música en directo. Por ejemplo, sí que han crecido a nivel nacional proyectos como el Festival Canela Party, o la sala París 15. Son apuestas por espacios culturales hechas por los propios malagueños, no por las instituciones. Es un orgullo y una alegría pero hay que seguir luchando por mejorar las cosas.