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Andalucía ofrece paisajes únicos y una gastronomía reconocida a nivel internacional. Son muchos los rincones dignos de visitar en la comunidad autónoma, con pueblos y ciudades que albergan verdaderos tesoros.

Hay destinos que combinan turismo y gastronomía como una fusión inigualable. Los pueblos de interior y la Costa de Málaga unen los sabores más tradicionales de la provincia con nuevas recetas.

La combinación entre producto local y restaurantes galardonados convierten a algunos destinos en ideales para amantes de la cocina. La revista de viajes National Geographic elige algunos de los pueblos de Andalucía que merecen un viaje si lo que se busca es comer muy bien.

En la provincia de Málaga, la revista de viajes destaca uno de sus emblemas turísticos como el mejor pueblo para una ruta gastronómica: Ronda. "Además de su pasado morisco, sus bellos palacios y su plaza de toros, Ronda tiene una escena gastronómica interesantísima que vale la pena conocer", aseguran.

Entre los restaurantes que recomiendan, se encuentra Bardal, de Benito Gómez. "Se ha convertido en el chef buque insignia de la hostelería rondeña con una propuesta creativa y personal que trabaja los sabores de tradición local desde el punto de vista más vanguardista".

Destaca además Tragatá, otro restaurante del chef Benito Gómez en la ciudad del Tajo. Con una trayectoria de diez años en este establecimiento, el chef catalán de raíces malagueñas ha desarrollado una línea propia que prioriza el sabor del producto por encima de todo. En este lugar se defiende el producto local y la despensa andaluza.

Si buscamos más referencias gastronómicas, la Guía Repsol apuesta por El Lechuguita, uno de los bares con más historia de Ronda. Con más de 50 años de antigüedad, es conocido por representar de manera fiel la tradición cultural de la tapa.

Tradiciones

Ronda es una ciudad que cautiva no solo por su historia y paisajes, sino también por su exquisita gastronomía y vinos. Reconocidos por su calidad y tradición, pertenecen a la Denominación de Origen 'Sierras de Málaga'. En sus numerosas bodegas, los visitantes pueden deleitarse con catas que revelan la esencia de esta tierra vinícola.

La repostería rondeña es otro de sus grandes atractivos. Entre sus dulces más emblemáticos destacan las "yemas del Tajo", elaboradas con yema de huevo, azúcar y almendras. Tampoco pueden faltar en la mesa los amarguillos, los borrachitos y el clásico rosco de vino, perfectos para acompañar una merienda o un buen café.