Málaga

El día de Reyes es uno de los días más especiales del año, sobre todo para los niños. Ellos esperan nerviosos la noche de antes a que sus Majestades de Oriente pasen por sus casas. Un grupo de voluntarios malagueños también ha pensado este año en los mayores. La red solidaria coordinada por María Ángeles González y Francisco Rovira llevará regalos, en colaboración con la Fundación Harena, a más de 150 ancianos de cinco residencias estos días.

El origen de la generosa iniciativa se remonta a 2014. Las periodistas malagueñas Amanda Salazar y María Ángeles González pensaron en hacer un poco más felices a niños en riesgo de exclusión social. La idea era buscar Reyes Magos para 20 chicos de familias sin recursos y finalmente, con la ayuda de la asociación Arrabal y el Facebook, consiguieron hacer realidad los deseos de más de 170.

Después hicieron lo mismo con ancianos del asilo de Los Ángeles de Málaga. "Nos gustó mucho llevar esta iniciativa a los mayores. Al año siguiente, combinamos los abuelos con los niños. Hicimos una entrega conjunta. Fue muy bonito porque vimos la ilusión de los más pequeños y los mayores en una sola fiesta con los Reyes Magos", recuerda entusiasmada González.

Angie Moreno, gerente de la Fundación Harena, reconoce que aquel primer evento fue un "exitazo". "El primer año fueron los mayores que atendemos con voluntarios en sus domicilios. Estuvimos todos juntos en un evento. La entrega se hizo durante una merienda", cuenta. También recuerda que pedían, en unos tiempos de excesivo consumo, "cosas muy básica como una toquilla, una muñeca o una colonia"

"Nadie se acuerda de ellos en ningún momento del año. Tampoco en Reyes. A los niños le estamos regalando siempre. Que alguien piense en ellos es emocionante, una alegría. Ellos escriben una carta y saben que alguien está interesado en sus gustos. Es un pequeño detalle que para ellos es importantísimo", destaca Moreno, que piensa que "la soledad con la pandemia se ha agudizado mucho".

El grupo desarrolla esta iniciativa a través de un grupo de Facebook. Allí, los interesados reciben la carta de Reyes de un abuelo o abuela y se trata de hacer realidad sus peticiones y de que estos mayores se sientan más acompañados que nunca en las Navidades.

La red solidaria ha organizado divertidas fiestas mientras entrega los regalos de la mano de las majestades de Oriente y sus pajes antes de la pandemia. María Ángeles se acuerda de una de las abuelas porque iba de punta en blanco (se maquilló y pidió cita en la peluquería aquel día) al evento, en el que siempre colaboraban empresas malagueñas donando palmeras gigantes y roscones. El Ayuntamiento de Cuevas del Becerro incluso les cedía el vestuario. 

Desde hace unos años, la iniciativa se ha trasladado a residencias porque les era más fácil ir a entregar los obsequios y cantarles villancicos. "Antes iban los pajes regándole en distintos sitios. En la pandemia han ido uno a uno entregándole los regalos en un horario y en un día fijado. Ahora con esto de los contagios los mismos trabajadores entregan los paquetes", aclara la gerente de la Fundación Harena. 

Este 2021, este pequeño gran gesto va a llegar a más de 150 personas mayores de las residencias de Virgen de Belén, La Gaditana, Carmen Mena, Pinares de San Antón y Puerto Sol (de esta última se encarga otro grupo de amigos y amigas de la Fundación El Pimpi, que se han unido a colaborar a través de Rocío González). 

"No te puedes imaginar. Me dicen desde las residencias que están felices. La noche antes parecen niños. Les entra unos nervios tremendos de la ilusión. También veo el cariño en los paquetes que les hacen. Les colocan una felicitación, un dibujo (hecho por los niños de la Escuela Infantil Caracola Antonio Machado). El cariño que va en ese regalo, cómo lo envuelven. Eso les devuelve un poquito la ilusión", reconoce Moreno sobre este proyecto que tiene a los mayores como protagonistas. 

Sonia Rosillo, directora de la Residencia La Gaditana, confiesa que "es muy emocionante verlos disfrutar, tan felices y emocionados". "Estamos muy agradecidos. Aunque no sean sus familiares hay personas que se acuerdan de ellos. Ellos tienen que estar aquí por equis circunstancias y no pasan las fiestas en su casa. Hay muchos que se emocionan y lloran. Imagínate los que no tienen familia y ven como les traen regalos de fuera", subraya. 

Normalmente, estos mayores no piden cosas muy caras ni estrafalarias. En la lista siempre hay muñecos, maquinillas de afeitar, ropa calentita, batas, cremas hidratantes, zapatillas de estar por casa o transistores (radios). "Una voluntaria ha hecho un cojín personalizado con el nombre. La gente se lo curra mucho. Le hacen unos paquetes preciosos. Hay gente que ha tejido a mano bufandas", señala María Ángeles.

Incluso ha habido algunas muy presumidas que han pedido pintalabios y pintaúñas rojo. Más de cien pajes han recibido las cartas a los Reyes Magos de decenas de abuelos y abuelas, que recibirán sus regalos justo estos días como colofón a una Navidad atípica pero que sigue siendo, a pesar de todo, muy mágica.

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