Juanma era alto y grande, sus amigos lo definen como un "armario empotrado", pero pese a su apariencia era todo corazón. La bondad, dicen, le salía por los poros de su piel. Aún ninguno de ellos se cree que este martes lo hayan despedido en su Rincón de la Victoria después de que el pasado domingo, 24 de agosto, muriera en un trágico accidente en la Avenida Manuel Agustín Heredia.
En el siniestro se vieron implicados dos motos y un coche, cuyo conductor ya ha sido detenido, pues aunque la investigación continúa abierta para determinar las causas exactas del accidente, todo apunta a que el conductor del coche realizó una maniobra indebida que acabó provocando la muerte de Juanma. Se le investiga por un presunto delito de homicidio por imprudencia.
Aunque el 112 envió a la zona a los servicios sanitarios, estos solo pudieron confirmar su triste fallecimiento a los 45 años de edad. Más doloroso si cabe es saber que Juanma estaba a menos de cien metros de su puesto de trabajo cuando tuvo el accidente. Era gruista en el Puerto de Málaga.
Los que le conocen aseguran que era un tipo especial, que derrochaba buenas energías, ya que no solía perder la sonrisa de la cara, incluso cuando las cosas se torcían.
Entre sus pasiones estaban los perros. "Mi Calvin y su Jagger eran íntimos amigos", recuerda una amiga de Juanma con una sonrisa, a la par que recuerda cómo toda la familia era rinconera. "Su madre falleció y tenía locura con ella. Ahora ya están juntos. Es injusto que a las personas buenas le pasen estas cosas", lamenta.
También le encantaba jugar a la consola, más concretamente a la play, y salir con su moto. Juanma tenía pareja desde hace tiempo, pero no hijos, aunque crió a la pequeña de una amiga, "como si fuera de él". "Yo recuerdo con cariño la voz tan bonita que tenía pese a lo corpulento que era. Nos hacía mucha gracia, porque era muy dulce pese a que le pegaba una voz más bien ronca", contaba con una sonrisa una vecina.
Este martes, sus familiares y amigos lo han despedido en su pueblo tras un velatorio donde todos aseguran que "no cabía un alfiler". "Él era muy conocido aquí en Rincón de la Victoria y era tan especial, que era una persona que no podía pasar desapercibido, se hacía querer por todo el mundo", zanja uno de sus amigos.
