Se llamaba Ángel y sus amigos aseguran que su nombre le iba como anillo al dedo. Todos lo definen como un chaval disciplinado, trabajador y muy familiar. Tenía 21 años y como todos a su edad, estaba lleno de sueños por cumplir en toda una vida que le quedaba por delante. Sin embargo, el pasado domingo, sobre las 7.40 horas, otros dos jóvenes, de 23 años, acabaron presuntamente con su vida a puñaladas.
Los agresores y la víctima se conocían desde hace años y fuentes del entorno del fallecido confirman que había rencillas "desde siempre", no se llevaban bien. Así, en el Real de la Feria de Málaga, tuvieron un "encontronazo", hay quien lo define "como un choque de hombros" que culminó con una amenaza: que irían a hacerle daño a la familia de Ángel a alguno de los negocios que regentan.
Por ello, siempre según la versión de su entorno, al parecer Ángel, en cuanto acabó en la feria, acudió hasta la Alameda de Capuchinos antes de que su padre abriera, para defenderlo, y acabó desencadenándose una segunda discusión donde acabó llevándose la peor parte.
"Lo que le hicieron fue dolorosísimo, horrible", recuerda uno de sus compañeros de gimnasio. Su cuerpo acabó lleno de heridas tras recibir múltiples puñaladas. Mientras venía la ambulancia, Eva, una trabajadora de una cafetería que está ubicada a pocos metros de donde ocurrió todo trató de taponarle las heridas con ayuda de familiares y algunos clientes. El joven llegó malherido hasta la cafetería pidiendo ayuda. Usaron cinturones, papel de cocina... Pero todos los esfuerzos fueron en vano. La mujer asegura que la ambulancia "tardó demasiado" y que el joven fue trasladado prácticamente sin vida al Hospital Regional.
Ángel era de origen búlgaro y había quien lo llamaba "Kuche" con cariño, ese era su mote. Estaba orgulloso de sus raíces y en su Instagram mostraba con orgullo la bandera de su país en su biografía. Según su entorno, llevaba prácticamente toda su vida en España, ya que son muchos los amigos actuales que coincidieron con él en preescolar, con apenas tres años.
Ángel era muy deportista. Practicaba muay thai, conocido también como boxeo tailandés. Llevaba años entrenando junto a Juan Trigo, su maestro, que está totalmente dolido con su pérdida. Reconoce que Ángel no era un niño fiestero, salía muy de vez en cuando, pero que "para una vez que lo hizo esta feria fue con un muy desgraciado final". Porque sí, Ángel no quería bajar a la Feria de Málaga, no le gustaba el ambiente, pero se animó en la última jornada, sin imaginar cuál sería su triste final.
Así, Trigo explica que pese a su corpulencia y altura, Ángel era todo corazón. "Su carácter era muy amable, era muy pasivo, muy tranquilo, siempre amigo de sus compañeros y, además, era muy familiar. No había día que no llevara a entrenar a su hermano pequeño", declara, emocionado.
El fallecido tenía pasión por los niños, tenía un hermano, pero además unos amigos le eligieron como padrino de su bebé, al que adoraba. Todos coinciden en que era muy cariñoso y trabajador. Aunque no estudiaba en estos momentos, siempre estaba dispuesto a echar una mano a sus padres en los dos negocios que regentaban. Los que lo conocían confiesan que pasaba allí los días.
Aunque era vecino de Las Flores, la familia de Ángel era muy querida y conocida en Capuchinos. Su madre tenía una tienda de moda y complementos y su padre, un bazar; ambos en la misma calle donde murió asesinado. A/B Modas y A/B Alimentación. La A, por Ángel y la B, por Bili el pequeño de los hermanos.
"No fumo, no bebo, solo yo, Dios y trabajar duro", escribía Ángel, a modo de mantra, hace dos semanas en el pie de una de las fotos que subió a Instagram. En ella, se le veía entrenando en el gimnasio. También solía compartir en stories las carreras que hacía por el paseo marítimo de la zona este de Málaga, normalmente de madrugada, cuando nadie le molestaba y hacía algo más de fresco.
Algunos de sus amigos conocen a los dos agresores que ya han sido detenidos por la Policía Nacional, ya que eran de su mismo barrio. Así, testigos de los hechos explican a EL ESPAÑOL de Málaga que no solo los dos detenidos estuvieron presentes en la discusión, sino que había más personas; al menos una chica. Si bien, fuentes policiales han señalado a este periódico al respecto que no hay datos sobre ello.
"Pasara lo que pasara, solo queremos que se haga justicia, porque nadie se merece que le quiten la vida, y mucho menos de la manera en que lo hicieron", dice una de sus íntimas amigas, llena de dolor. En el barrio todos los vecinos están destrozados por su pérdida, ya que le han visto crecer y se sienten inseguros en el barrio, donde han visto un incremento de violencia en los últimos meses, por eso anoche organizaron una manifestación para recordar a Ángel y denunciar esta situación.
Una imagen de la manifestación.
Si bien, aunque la puesta a disposición judicial de los dos jóvenes detenidos por su presunta relación con la muerte de Ángel parecía que iba a producirse este lunes, de momento no ha tenido lugar y previsiblemente sucederá en las próximas horas.
