Sebastián Sánchez Demófilo Peláez

Francisco de la Torre quiere inaugurar su Expo 2027. Su personal apuesta por multiplicar la dimensión internacional de la ciudad de Málaga, reforzada en la última década sobre los pilares culturales de museos como el Pompidou o el Museo Ruso, encuentra, sin embargo, en la candidatura de la capital de la Costa del Sol a organizar la Exposición Internacional su gran hito.

Y ante la opción cierta de que el BIE (Bureau International des Expositions) designe a la tierra de Picasso como emplazamiento de tan simbólico acontecimiento, De la Torre asume el reto de intentar por sexta ocasión consecutiva revalidar la mayoría suficiente en las urnas que le permitan mantenerse en la Alcaldía hasta 2027.

El propio interesado ha admitido este martes, en el anuncio oficial, que volverá a ser cabeza de cartel por el PP, entre otras razones, por la Expo. Y no es motivo menor. Porque aunque las fechas previstas, entre el 5 de junio y el 5 de septiembre, excederían el próximo mandato, la partida final se va a jugar en los próximos años.

El vínculo del mandatario local con la Expo no es nuevo. Aunque fue justo en la campaña de las municipales de 2019 cuando dio a conocer su decisión de presentar la candidatura de Málaga, podemos remontarnos unos cuantos años atrás para encontrar la primera ocasión en la que el regidor empezó a dar forma a su idea.

[Así se reparten los 2.000 millones que cuesta la Expo]

El asunto fue incluso motivo de un anuncio en uno de los primeros Debates del Estado de la Ciudad y generó la reserva de una gran superficie de terreno en la zona de Campanillas pensando en la posibilidad de alcanzar este proyecto.

De la Torre, a quien se imputa la autoría del actual modelo de ciudad y se responsabiliza para bien de muchos de los logros cosechados en sus más de dos décadas como gestor, tiene, por el contrario, marcados a fuego los episodios fallidos de la Capitalidad Cultural y de la Agencia Europea del Medicamento. Y más recientemente, se quedó a las puertas de ser designada como Capital de la Innovación.

Más allá de la Expo

El peso del proyecto Expo trasciende al evento en sí. Porque el alcalde quiere aprovechar la trascendencia del acontecimiento y la necesaria apuesta económica que habrá de recibir del Gobierno central para liberar algunos de los históricos proyectos de ciudad, largamente estancados.

En esta hoja de ruta, cobra especial relevancia su deseo por el Auditorio de la Música en los terrenos del puerto; la ampliación del Palacio de Ferias, o el Plan Málaga Litoral. Tres piezas de un proyecto de ciudad sin parangón, que, de consumarse, traerían consigo la mayor transformación en la historia reciente de la capital.

Por envergadura, el soterramiento del eje litoral, por medio de un túnel de 2,3 kilómetros para llevar bajo tierra el tráfico de Muelle Heredia y el Paseo de los Curas; la construcción de dos intercambiadores modales en la plaza de la Marina y la Explana de la Estación; la peatonalización de una superficie cercana a los 70.000 metros cuadrados, conforman la infraestructura de mayor peso.

La inversión que su materialización requiere, calculada por encima de los 400 millones, da buena muestra de la complejidad de una operación que obliga a contar con el apoyo de varias administraciones, así como de fondos europeos.

La querencia demostrada por De la Torre hacia el Auditorio es bien conocida en la ciudad. Una fijación que queda confirmada por haber sido capaz de rescatar la iniciativa cuando, años atrás, se daba por defenestrada. Su apuesta pasa por crear un gran equipamiento de carácter metropolitano en los terrenos próximos a la futura marina deportiva de San Andrés, con un coste superior a los 100 millones de euros

Noticias relacionadas