Málaga

Casi 16 años después de que se pusiera sobre la mesa el proyecto para construir más de medio millar de viviendas en la finca La Platera, en la zona este de Málaga, el proyecto se reactiva. Aunque lo hace, eso sí, con importantes modificaciones respecto a la ordenación programada en origen. Una medida con la que se busca, a todas luces, minimizar los importantes riesgos geológicos y geotécnicos que afectan a parte de los 435.000 metros de superficie.

El último hito conocido en torno a esta operación, liderada en su momento por Financiera y Minera, es la emisión por parte de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de un informe favorable, aunque con correcciones a realizar, a la innovación del plan parcial del sector propuesta por el Ayuntamiento.

Entre ellas destaca la obligación de que antes de iniciar la estructura de cimentación, un técnico compruebe que el terreno de apoyo donde se vayan a implantar viviendas, equipamientos o edificaciones "sea el adecuado", abriéndose la puerta a las medidas que este mismo especialista "considere oportunas". 

Entre los objetivos de esta modificación destaca la necesidad de adecuar las edificaciones previstas "a las singulares características del ámbito de actuación", incluyendo zonas "geológicamente inestables". 

En el informe autonómico se llega a afirmar que existe "una palmaria escasez de suelo neto apto para ser ocupado por las parcelas residenciales". "Esta realidad física del terreno hace que resulte imposible la implantación exclusiva de vivienda unifamiliar aislada", se añade. 

De las posibles alternativas de ordenación, la Junta entiende como la más adecuada la 2, que propone modificar la superficie y límite del ámbito, al haber aumentado de superficie el dominio público hidráulico del Arroyo Judío

Los cambios más sustanciales se producen en la zona este, donde "se reduce gran parte del viario y de los equipamientos deportivos privados para evitar afectaciones" a los yacimientos arqueológicos existentes. En esta sección se plantea una ordenación mediante una parcela de 103 viviendas unifamiliares adosadas. 

En la zona oeste, por su parte, se elimina un vial y se dibujan seis parcelas residenciales. Tres de ellas se destinan al realojo de la urbanización Montegolf, compuesta por un conjunto de 29 viviendas unifamiliares; otras dos, en tipología pareada, acogerán 110 viviendas. El resto de esta parte del sector se ordena mediante 292 viviendas unifamiliares adosadas. 

Una de las razones del retraso en la emisión del presente informe ambiental, toda vez que la petición municipal llegó en abril de 2019, son las numerosas subsanaciones reclamadas por el Servicio de Protección Ambiental de la Junta al Ayuntamiento ante los riesgos geológicos y geotécnicos de los suelos. 

En una de estas peticiones, de 30 de noviembre de 2021, los técnicos autonómicos apuntaron la necesidad de que la ordenación del sector fuese modificada en relación con dos parcelas "cuyos riesgos resultaban inasumibles".

A estas sumaban otras dos fincas cuyos riesgos obligaban "o bien a modificarlas de emplazamiento, o bien a justificar que mediante la ejecución de unas determinadas medidas geotécnicas, la edificación en esas parcelas no presenta riesgos ambientales de ninguna clase". La respuesta de Urbanismo llegó a finales del pasado mes de marzo.

Si bien el informe ambiental es favorable, destaca el pronunciamiento contrario de la Consejería de Cultura, en lo tocante a la protección de dos yacimientos arqueológicos en la zona. Pese a que el documento ambiental presentado se asegura que se tomarán medidas cautelares y de protección, Cultura concluye que el desarrollo urbanístico propuesto "conlleva riesgos importantes para el patrimonio histórico".

Por ello, informa su viabilidad "de manera desfavorable". Una posición condicionada a que previamente se presente una memoria con la delimitación precisa de las zonas ocupadas por las playas fósiles del Pleio-Cuaternario en todo el ámbito de actuación, con los trabajos y analíticas precisos para ello. Un trabajo que deberá ser realizado por un equipo "independiente y solvente".

A esta primera petición, suma otra memoria documental arquitectónica y patrimonial sobre las baterías de costa conservadas en el ámbito de actuación. Otra con el desarrollo de las medidas correctoras y de protección que se aplicarán en la conservación de todos estos yacimientos.  

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