Málaga

Superado el primer trámite administrativo para impulsar la construcción de un nuevo tejado en la Catedral de Málaga, se abre el tiempo de la búsqueda de la financiación. Una tarea en la que ya está afanado el obispo, Jesús Catalá, quien aprovechando un desayuno informativo celebrado este jueves ha lanzado una petición general a empresas, instituciones civiles y Administraciones públicas para que se impliquen de manera decidida en sufragar los costes de una intervención que se antoja onerosa.

"Vamos a pasar el cepillo y lo que haga falta, abriremos una cuenta, pero estoy convencido de que las instituciones se van a volcar", ha afirmado al ser preguntado por el proyecto de la cubierta. De hecho, ha recordado que años atrás, cuando se puso sobre la mesa la posibilidad de terminar el templo, fueron muchas las firmas privadas que se comprometieron a participar. 

Más a más, Catalá, en el acto Fórum Europa. Tribuna Andalucía, ha lanzado un mensaje directo a la Junta. "Informado por mis antecesores obispos, durante casi 40 años ha habido muy poca colaboración de la Junta con el patrimonio de la Iglesia", ha señalado, para admitir que se ha producido un cambio de actitud en esta colaboración con la llegada del Partido Popular y Ciudadanos al Gobierno andaluz. 

Infografía de la Catedral de Málaga con el nuevo tejado a dos aguas, vista desde el puerto.

En relación con los retos futuros que tiene la Diócesis en materia de patrimonio, ha sido claro respecto a la construcción de la segunda torre de la Catedral. "Para mí lo menos importante era la torre y lo sigue siendo; yo no lo voy a hacer; en primer lugar, por falta de tiempo", ha afirmado de manera contundente, insistiendo en que el paso más urgente a dar es el relacionado con la cubierta y otras intervenciones que permitan solucionar el problema de las humedades.

"Cuando llegué a Málaga, a la Catedral se le llamaba la manquita; eso me molestaba, porque no estaba manca", ha explicado, recordando que más allá de la ausencia de la torre hay que agregar el problema de las cubiertas, que estaba contemplada en los planos originales, la falta de la sacristía y otros elementos pendientes de ejecutar en un edificio que quedó "bloqueado en 1782".

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