Málaga

Juan Manuel Sánchez La Chica es el hombre que está detrás del tejado a dos aguas proyectado para curar la gran enfermedad que sufre desde el siglo XVIII la Catedral de Málaga: las humedades. Por eso el reciente visto bueno de la Comisión de Patrimonio a la propuesta supone una satisfacción especial para el arquitecto encargado del templo malagueño desde principios de 2017.

"Al final es un paso más hacia lo que se intenta conseguir, que es eliminar las patologías; da emoción porque todo esfuerzo tiene sus frutos", confiesa en una conversación con EL ESPAÑOL de Málaga. Pese a calificar de hito este paso adelante, advierte que aún queda por recorrer parte del camino.

La siguiente puerta a la que pegar es la de la Gerencia de Urbanismo. Acudirá a ella, eso sí, a sabiendas de que, tal y como ha verbalizado el alcalde, Francisco de la Torre, el compromiso es dar la máxima celeridad al trámite necesario para disponer de la licencia de obras. Un permiso que, para poder cumplir su fin, requerirá de la financiación económica.

Juan Manuel Sánchez La Chica, arquitecto de la Catedral de Málaga.

En este punto, lanza un mensaje inequívoco. "Debemos recibir apoyo de las instituciones y las subvenciones que nos corresponden; Málaga ha tenido muy pocas en comparación con otras ciudades", afirma, señalando las vías dispuestas por el Gobierno, caso del 1,5% cultural, o de los fondos europeos. "Hay dinero dedicado a esto y si no lo coge Málaga lo van a coger otros; ahora podemos participar de estas cosas". 

"Hay dinero dedicado a esto y si no lo coge Málaga lo van a coger otros; ahora podemos participar de estas cosas"

"La Catedral es la punta de lanza del patrimonio en Málaga; es necesario que todo el patrimonio esté al día, pero, más aún, la Catedral, que debe ponerse en primer lugar", enfatiza, subrayando la trascendencia del asunto.

¿Cuánto dinero? Las primeras estimaciones realizadas por los técnicos situaban en unos 10 millones de euros el coste de la intervención. Eso era antes de la pandemia provocada por la Covid y, sobre todo, de que los precios del sector de la construcción estuviesen afectados por una fluctuación permanente.

"Hay materiales como la madera que han llegado a subir un 120%", comenta el urbanista. ¿Y de qué se va a hacer el tejado de la Catedral? Entre otros materiales, principalmente, de madera laminada. También se usará acero y teja vidriada. Ante el estado de incertidumbre actual, opta por la prudencia y elude poner números al presupuesto que será preciso. "Ahora tendremos que empezar a recalcular".

Algo más lanzado se muestra cuando de plazos de trata. "Es una obra que se puede atajar desde diferentes sitios; podría estar en unos dos años o dos años y medio". Aunque antes es preciso alcanzar la meta. ¿Podemos pensar en que en 2023 se podría empezar la obra?, se le pregunta. A lo que Sánchez La Chica responde: "Sería fantástico que se pudiera empezar en 2023, da tiempo". 

En sus explicaciones, el arquitecto de la Catedral trata de incidir en que la intervención planteada acaba tocando al conjunto del edificio. Y aunque todos los ojos se posan sobre el tejado, recuerda que se va a actuar sobre todo el sistema de evacuación de aguas, incluyendo las terrazas intermedias, los bajantes...

Un problema de hace siglos

Las patologías que afectan al templo se remontan casi al origen mismo de su construcción. "El problema de evacuación viene de origen; hay que tener en cuenta que frente a otros edificios, en los que se actúa por la degradación de los materiales por el paso del tiempo o por una catástrofe natural, en la de Málaga la patología es muy distinta y proviene de su estado inacabado", explica Sánchez La Chica. 

De hecho, la historia del edificio confirma que su materialización sufrió numerosos parones, hasta el punto de que llegó un momento en que el menor problema de los responsables de la construcción era el agua. Y eso se ha extendido en el tiempo.

"El proyecto del tejado se hace de manera que no impida la terminación de la Catedral; hay que hacer posible que en el futuro se pueda afrontar una nueva construcción en piedra"

Sea como fuere, admite el "error" cometido en 2008, cuando la Junta de Andalucía asumió la financiación de una nueva cubierta que al poco tiempo se demostró inútil para corregir las deficiencias del templo. Por eso admite que el plan ahora impulsado sí debe servir para "hacer borrón y cuenta; esa obra fue un error".

Estado actual de la cubierta de la Catedral de Málaga.

Un error que quizá no se habría cometido de haber existido una mayor preocupación por el patrimonio. Ahora, a ojos del arquitecto, la manera que la ciudad tiene de relacionarse con su patrimonio ha variado. "Creo que nadie es consciente del proceso que ha tenido la Catedral, que ha arrancado muchas veces en su construcción y desde esta perspectiva es bastante natural darle ahora continuidad a la obra para garantizar su mantenimiento". Y hacerlo siguiendo el modelo mostrado por Ventura Rodríguez.

Superado el escalón de la Comisión de Patrimonio y a la espera de los nuevos pasos administrativos, Sánchez La Chica admite que seguirá habiendo retos en el futuro de la Catedral. "Este proyecto se hace para evitar las filtraciones y restaurar el cielo de la Catedral, pero cuando se termine alguien tendrá que restaurar las bóvedas y quitar las redes, que afecta mucho a la visión interior del templo", defiende como paso siguiente.

Y ¿qué pasa con la torre inacabada? Hace poco menos de un año, el arquitecto, en una entrevista con este periódico, recordaba que la Catedral de Málaga se construyó con vocación de ser acabada. Una línea de pensamiento que mantiene intacta. "A la hora de afrontar el proyecto del tejado se hace de manera que no impida la terminación de la Catedral; hay que hacer posible que en el futuro, si la ciudad lo considera necesario, se pueda afrontar una nueva construcción en piedra".

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