Málaga

El negocio del Metro de Málaga sigue siendo objeto de atracción de los fondos de inversión del sector. Tanto es así que se abre la puerta a una nueva operación de venta de parte del accionariado de la infraestructura malagueña, que desde su puesta en servicio, a mediados de 2014, se ha visto alterada en varias ocasiones.

El último movimiento, según informa El Economista y han confirmado a El Español de Málaga fuentes próximas a las negociaciones, está protagonizado por el fondo de inversión británico Arjun, interesado en hacerse con algo más del 33% del paquete accionarial. Un porcentaje actualmente en manos de la francesa Infravía. El montante económico de la operación podría rondar los 200 millones de euros.

A consultas de este periódico, la Consejería de Fomento de la Junta de Andalucía, que forma parte del accionariado con algo más del 23% del proyecto, ha declinado valorar los asuntos societarios. Sea como fuere, corresponderá finalmente al Gobierno andaluz la autorización de la operación en caso de fructificar.

Para que cristalice esta oferta de adquisición, previamente, tanto la Administración regional como el otro socio privado, ahora llamado Vauban Infrastructure Partners, que está vinculado a la gestora francesa Natixis, tienen que renunciar al derecho de tanteo que poseen.

Este movimiento vuelve a sacudir a Metro Málaga, entidad que sólo cuenta actualmente con dos de las entidades que estuvieron en su origen: la Junta, a través de la Agencia de Obra Pública, y Comsa. Y en ambos casos con porcentajes minoritarios. Los demás socios han ido desapareciendo de la escena con el paso de los años, dando entrada a grandes fondos internacionales.

Algo favorecido por el efecto que tienen las ventajosas condiciones del contrato de concesión vigente, dado que en el mismo garantiza la Tasa  Interna de Retorno (TIR) del 10,4%. Ello, grosso modo, implica una garantía de beneficios anuales a los participantes del proyecto. 

Ejemplo de ello es que desde el inicio de la explotación comercial del suburbano, a mediados de 2014, la cifra de beneficios acumulada alcanza los 151,6 millones, siendo la cifra repartida en concepto de dividendo superior a los 102 millones. De esta suma, 24,6 millones se corresponden con el resultado del año 2020, en el que, pese a la pandemia, los socios han obtenido un millón más de beneficios.

La primera gran operación de compraventa en el ferrocarril urbano tuvo lugar a finales de 2015, cuando Azvi, Cajamar y Sando vendieron su participación, que sumaba casi el 39%, al fondo australiano Mcquarie y francés InfraVia. Ambos llegaron a aportar unos 108 millones de euros. 

Tras este primer paso, en abril de 2016, Macquaire, también junto a InfraVia, compró el 10,01% de FCC por 27,4 millones. Culminada esta adquisición, el fondo australiano decidió vender toda su participación a Mirova (Natixis), ahora Vauban. El 27 de septiembre de 2016, la empresa malagueña Vera vendió su 1,03% a InfraVia. 

El último ajuste accionarial tuvo lugar a mediados de 2018, cuando Globalvia vendió su 15,31%, a partes iguales, a lnfraVia y Mirova. Asimismo, Comsa Concesiones transmitió el total de sus acciones, un 10,56%, a la entidad Mircom, que pasaba a estar participada en un 20% por la propia Comsa Concesiones y un 80% por Mirova.

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