Los timos del tocomocho y la estampita siguen existiendo y funcionando aunque haya quien crea que, por su antigüedad, ya nadie cae en ellos. Una octogenaria acaba de ser víctima del primer sistema en Estepona (Málaga) y llegó a entregar 600 euros y diversas joyas a sus estafadores. 

Las tres personas que conforman el entramado criminal que la engañó forman parte de un mismo clan familiar y ya han sido detenidos en Madrid. La señora iba caminando por Estepona cuando fue captada en plena calle por este grupo, que le convenció de intercambiar su bolso, con dinero y alhajas, por otro que solo tenía harina.

Para ello, un hombre se hizo pasar por un discapacitado, una mujer servía de "gancho" y el tercer implicado conducía un vehículo. Con mucha maña, lograron convencer a la anciana para llevar a cabo sus planes ganándose su confianza.

Al parecer, el modus operandi se basó en que el supuesto discapacitado se acercó a la anciana y, tras preguntarle por la ubicación de un colegio de huérfanos, le expuso que había encontrado un bolso lleno de dinero en el asiento de un autobús y que lo entregaría a alguien que ostentase "riqueza". En ese momento, la mujer apareció para animar a la anciana a que se quedara con el bolso y la convenció para acompañarla a su casa, en un vehículo conducido por un tercero, a coger objetos de valor y demostrarle su riqueza al "discapacitado".

Aunque la víctima trató de decirles que debía entregar el bolso en dependencias policiales, los estafadores, magos de la oratoria, lograron convencerla para ir a casa y coger los 600 euros en efectivo y joyas que después intercambiaría por un bolso lleno de harina. 



Según explican fuentes policiales, los sospechosos utilizaban documentos a nombres de terceras personas para alojarse en cámpines y alquilar coches, lo que dificultó su localización y la trama tenía un carácter itinerante y sus miembros se desplazaban por todo el territorio nacional. 

El cupón premiado

Mucha precaución con las personas mayores, pues, como en este caso, ellas son diana para estafadores y ladrones en la vía pública y a plena luz del día. En esta ocasión fue el bolso con harina dentro, pero también suelen hacer estafas relacionadas con décimos y boletos de lotería premiados. 

Se acercan a ellos diciendo que tienen problemas para cobrar el premio del boleto, normalmente, hablan de cantidades muy grandes de dinero, a lo que aparece un gancho que le ofrece ir a comprobar si de verdad los billetes estaban premiados. Al volver, les comunica que están premiados, pero con más dinero del que creían. En lugar de, por ejemplo, veinte millones de euros, acaban siendo sesenta.

Es en ese momento, cuando una de las estafadoras le dice al gancho que vaya a casa a por dinero y joyas y que a cambio de ellas le daría el décimo. Al final, acaban convenciendo a la anciana de que lo haga también, o la llevan en coche hasta su banco. Una vez que logran el botín, acaban escapándose y dejando arruinada a la víctima.

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