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La accesibilidad se ha convertido en uno de los grandes temas del momento para las organizaciones públicas y privadas. Ya no se trata solo de una cuestión ética o social, sino de una obligación legal y una oportunidad competitiva.

Así se puso de manifiesto en el XXXV Encuentro Tecnológico de EL ESPAÑOL de Málaga, celebrado este lunes 20 de octubre en Cervezas Victoria, con la colaboración de Sogeti, Impact Hub Málaga, Cervezas Victoria y el Ayuntamiento de Málaga.

Bajo el título “Accesibilidad digital y física: un compromiso legal y social”, el encuentro reunió a los directivos de Sogeti, David Pereira y David Robles, quienes analizaron el impacto del Acta Europea de Accesibilidad (EAA), una regulación que desde este año obliga a que productos, servicios y entornos digitales sean accesibles para todas las personas, incluidas aquellas con discapacidades físicas, sensoriales o cognitivas.

En su intervención, David Pereira, director MS Head of Quality and Engineering & Testing en Sogeti, insistió en que la accesibilidad debe entenderse como parte de la estrategia, no como un añadido: “Es importante tomar muy bien los requisitos: cómo va a ser, cuál es el público objetivo... La herramienta tecnológica es un medio, no un fin en sí mismo. Si se tiene en cuenta la accesibilidad desde el principio, no es tan costoso. Luego, si no, cuesta el doble poder arreglarlo”.

Pereira recalcó que muchas empresas aún perciben la accesibilidad como un gasto innecesario, cuando en realidad se convierte en una inversión rentable a medio plazo. Además, advirtió de los riesgos legales y reputacionales que afrontarán las compañías que no cumplan con la nueva normativa. “Algunas empresas creen que la accesibilidad es cara, pero no lo es si la incorporas desde el principio", señaló.

Por su parte, David Robles, Delivery Manager Quality Engineering & Testing en Sogeti, ofreció una visión técnica sobre los retos que supone la implementación de la accesibilidad en productos y servicios digitales. “Hoy se ve la accesibilidad como el testing hace 15 años: muchos no entienden por qué lo tienen que hacer, pero pronto será indispensable”, afirmó.

Robles explicó que las empresas a veces tropiezan en los primeros pasos, tratando la accesibilidad como un requisito final en lugar de un principio de diseño. Sin embargo, cuando se integra desde el inicio, los beneficios son claros: mayor usabilidad, satisfacción del cliente y escalabilidad de los productos.

“Muchos avanzarán más por obligación que por devoción”, añadió Pereira, que definió la regulación europea como un motor del cambio.

Según Pereira, sectores como el ecommerce o la banca digital son los que más rápidamente han interiorizado la accesibilidad, al ser conscientes de que un diseño inclusivo amplía su mercado potencial. En cambio, otros como la banca tradicional o la industria manufacturera están adaptándose más despacio. "La Administración Pública está haciendo un esfuerzo grande y ha avanzado mucho”, apuntó.

“La barrera de la accesibilidad física ya ha caído; la de la accesibilidad digital la estamos derribando”, resumió Pereira.