Málaga

¿Te imaginas vivir en una casa tan fresquita que no hiciera falta ni poner ni tener aire acondicionado? ¿O que las facturas de agua y luz dejaran de agobiarte porque tu vivienda consumiera entre el 80 y 90% menos de energía que una construcción actual? Pablo Farfán Manzanares tiene la clave: su estudio de arquitectura en Málaga proyecta casas ecológicas de bajo consumo y respetuosas con el entorno.

Farfán lo llama nueva arquitectura mediterránea y tiene como base el diseño bioclimático. "Se trata de un diseño de la vivienda que hace que sea muy eficiente porque utiliza los recursos naturales y renovables que hay alrededor", aclara. También usa materiales de la zona que no tienen petroquímicos ni se utiliza demasiada energía fósil para fabricarlos como ladrillos cocidos artesanalmente, cal ecológica, bloques de tierra comprimida, aislante de corcho y estructuras de madera. 

Sus diseños descansan en los pilares de la arquitectura tradicional. La andaluza además es sinónimo de sencillez y sostenibilidad. "Los humanos se han adaptado durante miles de años y han utilizado lo que tenían cerca para llegar a conseguir el máximo confort con el mínimo gasto. Analizamos cómo la arquitectura tradicional se ha adaptado al clima y a los materiales locales, y con eso hacemos una construcción que consume entre un 80% y 90% menos que la actual", señala entusiasmado durante una charla con EL ESPAÑOL de Málaga.

El arquitecto Pablo Farfán, en una foto.

Farfán pone un ejemplo enseguida para que los lectores entiendan: su vivienda estudio en Salares. "El otro día hablando con mis vecinos me decían: "Hace terral. En tu casa no hará tanto calor porque tiene las tapias gruesas". Saben que las casas antiguas son más frescas que las nuevas. Dos de ellos tienen casas construidas en los 80 y 90. En las nuevas no puedes vivir sin aire acondicionado", apunta.

El ideólogo del estudio de bioarquitectura trata de investigar el porqué y aplicarlo a sus diseños. Actualmente, Farfán está inmerso en numerosos proyectos de construcción de casas ecológicas, encargadas por particulares (sobre todo extranjeros muy concienciados con el medio ambiente), en Rincón de la Victoria, la Cala del Moral y Granada. En Alhaurín de la Torre y en Tarifa ya ha dejado su sello. 

Cambio climático

¿Cómo de necesarias van a ser estas viviendas teniendo en cuenta el nuevo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, siglas en inglés)? "Muchísimo. Construyo de manera que no hace falta aire acondicionado. En la casa que lleva más tiempo en práctica, la de Tarifa, no se ha puesto aire acondicionado ni falta que hace", asegura.

Vivienda ecológica neovernácula en El Cuartón (Tarifa). P. F.

Para construirla, Farfán se desplazó hasta el municipio de Cádiz y sus alrededores. "Vi cómo se construía tradicionalmente en Vejer de la Frontera y en la zona. El diseño de la casa viene a aprovechar los vientos, la luz solar, las sombras y la vegetación. Construimos una casa con patio y con una orientación concreta para aprovechar la luz solar", cuenta.

Al hilo de la casa en Tarifa, Farfán recuerda cómo estaban hechos los espacios donde se prensaba la uva y se hacía vino en los Montes de Málaga (conocidos popularmente como lagares). "Todos tienen una orientación sureste porque es la mejor. Hay sol por la mañana y por la tarde te da sombra. Esas cosas se aplican a la arquitectura", subraya.

Evitar el calor

El estudio evita el calor en las viviendas construyendo muros gruesos. "En concreto muros de alta inercia térmica, lo contrario al aislamiento. Una masa gruesa de muro que evita que el calor entre en verano", precisa. Por la noche, en un lugar de costa se está fresco por la cercanía del mar.

Patio de la casa ecológica en Tarifa. P. F.

"Durante la noche la casa se refresca. Cierras las ventanas por la mañana. Si además tiene un patio sirve como recolector de aire acondicionado. El aire que baja de la sierra hacia el mar está frío. Los patios de la Axarquía, del Guadalhorce, recogen ese aire frío, esa brisa húmeda, y durante el día en vez de tener las ventanas abiertas al sur, las tiene al patio al norte", aconseja.

"Si a eso le sumas una parra, vegetación, hace que se refresque el aire. Es un aire acondicionado natural", insiste Farfán, que menciona la idea del porche delante de la casa. "Nosotros creamos un espacio con unos jazmines o un emparrado, que hace de burbuja vegetal delante de casa y te crea sombra delante de ella", subraya.

El estudio de Pablo busca el aprovechamiento al máximo. Una vivienda en lo que mas gasta es en climatización y después en calentar el agua de las duchas. "Se pueden poner placas solares térmicas para calentar el agua de la ducha. Eso para mí es un suplemento. La idea es reducir la energía que utilizamos sólo con la construcción de la vivienda, los materiales y distribución de los espacios", resume el arquitecto, que menciona el pico eléctrico y los apagones en estas fechas.

La idea es reducir al máximo la energía que requiere la casa. Si tiene iluminación o ventilación natural ni siquiera necesitas un ventilador. A la fachada sur le ponen un muro vegetal o un estanque (la casa de Alhaurín de la Torre tiene un estanque que refresca). "Para la poca energía se ponen unas placas solares. Hay que buscar que se reduzca la huella de carbono de la propia casa y la propia construcción", insiste. 

Casa en Alhaurín de la Torre. P. F.

Edificios antiguos

El arquitecto ha estado 20 años en Madrid trabajando en la rehabilitación de patrimonio histórico y edificios antiguos (llegando a los 25 proyectos). Colaboró en la recuperación de la fachada y las cubiertas de la Tabacalera de Madrid y ha convertido corralas en estudios. Por eso, le parece horroroso lo ocurrido en el barrio de la Coracha (cuando se demolió) y el proyecto de la Torre del Puerto.

"Todos los edificios anteriores al siglo XX están construidos con estos materiales de lo que te hablo: madera, cerámico, barro, yeso, cal. En Madrid he rehabilitado más de 25 espacios. Ahí he aprendido sobre la bioconstrucción y a trabajar con los materiales naturales. Lo aplico a la construcción nueva", relata. 

En 2014 se mudó con su familia a la ciudad. "Sabía que en Málaga había mucho potencial. Esto está lleno de extranjeros. No sólo de turistas que vienen a la playa. Hablo de nuevos residentes: jubilados, que teletrabajan. Están mucho más concienciados con el medio ambiente que los locales. Mis clientes son ingleses, alemanes, polacos, noruegos y belgas. 

Otros ejemplos

Pablo se encuentra adaptando un lagar en los Montes de Málaga para que sea autosuficiente. Van a instalar placas solares y pondrán en práctica el reciclado de aguas negras. De estas aguas residuales se puede obtener un agua no potable pero lo suficientemente higienizada para regar de forma segura. Además, el lagar seguirá conservando su era de trilla, el horno de bóveda y el empedrado frente a la casa.

Otro ejemplo es la casa en Rincón de la Victoria. Tiene una cubierta vegetal y de ella recogen agua que va al aljibe (los cortijos suelen tener uno). El aljibe al estar enterrado bajo tierra está a 15 o 20 grados. Con esa agua se riega la cubierta vegetal. "Eso hace que baje la temperatura. Hemos creado una celosía ecológica que se riega y refresca la casa. El agua de la ducha se reutiliza para regar el jardín", explica.

"Cada vez va a costar más el agua y la electricidad. A la larga vas a ahorrar (aunque la inversión inicial sea costosa). Si la casa es muy eficiente y tiene placas solares, te va a sobrar energía para cargar el coche. En Rincón estamos planeando que tengan unos cargadores de electricidad para aprovechar la energía que va a sobrar. Es una inversión que merece la pena", afirma el arquitecto, cuyo estilo abraza las raíces, el pasado y la tradición incrustada en la arquitectura mediterránea.

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