En Almería, son expertos en innovación agroalimentaria. En Sevilla, turística. Y en Málaga, en coches con conexión 5G con el entorno. Son tres de las cuatro aceleradoras de empresas emergentes tecnológicas de Andalucía Open Future, una colaboración entre Telefónica y el gobierno autonómico que ha impulsado más de 200 startups, de las que más de 100 están facturando.

Una inversión que en Málaga se concreta en La Farola, un espacio colaborativo donde desde hace casi seis años los jóvenes emprendedores comparten sus conocimientos y experiencias. Lejos del puerto de la ciudad donde está la construcción homónima, este crowdworking también cuenta con la colaboración del Ayuntamiento.

"No es un espacio de trabajo donde la gente viene como si fuera una biblioteca y se va. El objetivo es que todo el mundo aporte su grano de arena para que el talento y los emprendedores tengan cuanto antes el éxito y puedan quedarse aquí, en Málaga, en Andalucía", explica el director del espacio, Juan Carlos Urbano, en conversación con EL ESPAÑOL de Málaga.

Para ello es fundamental el rol de los mentores, "personas que tienen sus empresas y quieren devolver a la sociedad lo que han recibido" -define Urbano-, con los que crean programas de aceleración "muy ad hoc, según el nivel de madurez con que venga cada startup".

En su estancia de cuatro a ocho meses en la aceleradora, el proyecto de cada joven emprendedor realizará un trayecto para pasar de crudo a cocinado: "Tienen que entrar con un producto mínimo viable que tenga una oportunidad o tenga una atracción de facturación en clientes. Nosotros potenciamos eso para que la facturación sea exponencial", señala Urbano, que no obstante marca una línea entre el empresario y el mentor.

"La startup es del emprendedor, nosotros no metemos nunca las manos. El mentor puede decir que, ante una situación X, haríamos los pasos A, B o C; pero pueden hacer Z. Si el emprendedor quiere hacer Z, lo hace y a lo mejor sale bien", incide el director de La Farola.

No obstante, los jóvenes ubicados en el crowdworking señalan su asesoría legal, la preparación de las entrevistas con inversores y los consejos cara al modelo de negocio como claves para acercarse a sus sueños empresariales.

"A otras, las hemos ayudado a no continuar y no pegarse un tiro en el pie; por ejemplo, no pedir un préstamo de 50.000 euros si te va a generar un debe con el banco y tu modelo de negocio no va a ningún sitio", explica Urbano, evitando la venta de humo: "A muchas les hemos dicho: Ahí está la puerta".

La verticalización en la que se han especializado es el sector de los vehículos conectados con tecnología 5G, para lo que pueden usar el circuito de pruebas de la multinacional Dekra en el Málaga TechPark o PTA.

Eso no significa que sean el único tipo de empresas presentes en el crowdworking: también hay convocatorias generales y se juntan allí una empresa que compara estudios de tatuajes, otra que desarrolla inteligencia artificial colectiva para optimizar las cuentas de resultados o una aplicación para dar apoyo emocional a pacientes oncológicos, entre otras.

El objetivo final, define Juan Carlos Urbano, es generar tejido productivo en Andalucía, empleabilidad cerca de casa, que el talento local no tenga que irse fuera de su provincia porque aquí no tenga oportunidades. Una situación que está comenzando a revertirse gracias al auge tecnológico de la ciudad, del que desde esta otra Farola malagueña se sienten muy partícipes.