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Comprar una vivienda, nueva o de segunda mano, en Málaga es ya directamente imposible para todos aquellos que tienen un sueldo medio normal o bajo y que no parten de un ahorro considerable o de dinero obtenido de la venta de otro inmueble.

Durante la década pasada, en plena crisis inmobiliaria, se podían encontrar pisos a precios acordes al salario medio de la provincia. Sin embargo, hubo años en los que la tasa de paro superó el 36% y así era difícil pensar en hacer la mayor inversión en la vida de una persona.

Cuando se empezó a salir de esa crisis, en torno a 2018, el sector remontó, la demanda se animó y el precio se fue incrementando. Cada mes un poco más, cada año todo era más caro... Muchos clientes potenciales prefirieron esperar. Pensaban que era otra burbuja y que el precio caería.

Llegó el Covid, la gente valoró más la calidad, la ubicación y los servicios de las viviendas, y el precio siguió aumentando. Y a eso se le añadió la llegada de nómadas digitales, el impulso del teletrabajo, las viviendas turísticas...

El que esperó en 2018 o 2019 pensando que el sector caería por su propio peso se está ahora tirando de los pelos. Sigue habiendo más demanda que oferta y eso en economía tiene un resultado claro: el precio sube.

Hay muchísima información mensual sobre la evolución del coste de la vivienda. Hay datos de plataformas (Idealista, Fotocasa...), de tasadores, del INE, hasta del propio Gobierno.

En la provincia de Málaga la evolución es siempre la misma. Cada mes prácticamente se bate el récord histórico. ¿Hasta cuándo se puede seguir así? Es la pregunta que se hace cualquier ciudadano de a pie. Por ahora, no hay visos de descenso.

Uno de los informes publicados esta pasada semana por Idealista arroja datos llamativos y alarmantes. En estos momentos, en Málaga capital, solo el 11,5% de los pisos en venta cuestan menos de 200.000 euros. La oferta de inmuebles de este precio se ha reducido un 33,8% en los últimos cinco años.

En el polo opuesto, el 13,3% de las viviendas en venta cuestan entre 400.000 y 500.000 euros y un 33,8% más de 500.000 euros.

Dicho de otra forma, el 47,1% de las viviendas a la venta en Málaga capital cuestan ahora más de 400.000 euros. Es significativo que se ha incrementado un 16,9% el número de pisos de más de medio millón de euros en solo cinco años.

No es un fenómeno que ocurra solo en Málaga. De hecho, está bastante repartido. En Madrid capital, por ejemplo, el 50,5% de los inmuebles que se venden tienen un precio superior al medio millón de euros. La media española es del 23,5%.

Comprar un inmueble, por tanto, no es una opción para muchas personas y no digamos para la mayoría de los jóvenes que solo podrían intentarlo con el apoyo económico de sus padres. El problema es que alquilar también sale por un ojo de la cara. Una solución es aumentar la oferta, construir más, pero eso no se resuelve a corto plazo.