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Las casi 4.000 hectáreas de castañar que esconde el Valle del Genal son la joya del entorno y el sustento de vida de numerosas familias de la zona. Con la llegada del otoño, los pueblos de la Serranía de Ronda comienzan la recolección de este fruto, en una campaña que se espera "aceptable", tras varios años con malos resultados.

La temporada de recolección de la castaña se ha iniciado hace algunas semanas en determinadas zonas del Valle del Genal con la recogida de las variedades más tempranas.

El volumen de producción mejorará respecto a las últimas campañas y la calidad del fruto es "muy buena", según explica Cati Chicón, presidenta de la cooperativa de 2º grado ‘Valle del Genal’, que recepciona castañas de productores de Pujerra y Jubrique.

La comarca encadenaba varios años consecutivos de volúmenes muy discretos de cosechas. Este año, según Chicón, la temporada será "aceptable, no tan mala como los últimos años ya que, siendo optimistas, esperamos llegar a los 400.000 kilos".

Esta cifra mejora respecto a 2024, cuando se recogieron 180.000, y a 2023, que con sólo 72.000 kilos es una de las "peores cosechas que se recuerdan".

Con todo ello, en una buena temporada esta cooperativa suele alcanzar el millón de kilos. Según Chicón, la producción no termina de ser buena porque las altas temperaturas se están prolongando, pese a "beneficiosas y abundantes lluvias" de finales de invierno y principios de primavera.

A ello hay que sumar la merma que suponen desde hace unos años la avispilla del castaño, la tinta y el chancro.

En Jubrique la campaña se ha iniciado con la recolección de castañas de variedad agosteña, mientras que en Pujerra la cosecha es de las variedades gallega y portuguesa.

Proceso

En cuanto al proceso que siguen las castañas desde su recolección hasta su comercialización y distribución, en primer lugar los productores llevan sus castañas a las cooperativas de primer grado de Pujerra y de Jubrique, donde se hace un precalibrado del fruto.

A continuación, en la cooperativa de 2º grado se lleva a cabo la esterilización, el calibrado por tamaño y se introducen las castañas en una cámara.

Después, los operarios quitan manualmente las que no llegan en las mejores condiciones y, por último, se envasan según demande el cliente.

Castañas del Valle del Genal.

Posteriormente, la cooperativa se dedica a comercializar el fruto tanto en España como en diferentes países donde es exportado, por ejemplo, Italia, Suiza, Holanda, Portugal, Alemania, Francia o Inglaterra.

Se estima que el 50% de castañas se vende en territorio nacional y la otra mitad se envía al extranjero.

Chicón indica que desde la cooperativa se intentará defender el precio del fruto de forma que, dentro de las posibilidades, sea lo más beneficioso posible para los productores.

En este sentido, sería fundamental que los precios no bajen demasiado como en otras ocasiones, con lo que se volvería a correr el riesgo de que los productores no puedan cubrir ni siquiera los gastos de recolección.