Entre los montes cubiertos por vegetación frondosa en algunos puntos, se esconde un lugar donde la naturaleza y la tranquilidad se respira en cada rincón. Un lugar para desconectar, disfrutar con tus amigos o familia o incluso poder acampar.
La construcción de este lugar data del año 1988. Cuenta con unas vistas espectaculares de la costa africana y Gibraltar. Sus piedras juegan con las formas del terreno creando un sendero donde poder pasear tranquilamente.
El parque de San Isidro Labrador, más bien conocido como Los Pedregales, es un parque que se encuentra a cinco minutos del centro urbano de Estepona, en la falda de Sierra Bermeja, por la carretera local que va desde Estepona al puerto de Peñas Blancas y Jubrique.
Este lugar se ha convertido en un lugar de encuentro para muchas familias, que se desplazan hasta allí para disfrutar de un día en el campo durante los fines de semana. Esto es debido a que en el propio parque se pueden realizar barbacoas.
En las afueras del parque, sobre todo por la zona norte, muchos recomiendan practicar todo tipo de actividades multi-aventura, como planes con bicicletas de montaña o diferentes rutas ecuestres donde poder hacer senderismo.
Como curiosidad, este lugar es conocido como el lugar de peregrinaje de la romería de San Isidro Labrador, patrón del municipio, que se celebra el primer fin de semana de mayo y que consistes en la subida a la pequeña ermita enclavada en pleno parque.
Esta ermita data del año 1989 y a pesar de ser relativamente moderna, este monumento ha adquirido gran importancia en la vida cultural y religiosa de Estepona.
Este parque no solo ofrece un espacio natural ideal para el ocio y la convivencia familiar, sino que también se ha consolidado como un punto de referencia para la práctica deportiva y las actividades al aire libre.
Su entorno diverso permite a todos los visitantes a encontrar un plan a su medida, ya sea relajarse en una jornada de barbacoa o adentrarse en las rutas de senderismo y aventura que rodean la zona.
Al mismo tiempo, la presencia de la ermita de San Isidro le confiere un valor simbólico y cultural que trasciende lo puramente recreativo. Cada año con la llegada de la tan famosa romería, el pueblo se convierte en una zona de culto y peregrinaje al patrón del pueblo, San Isidro Labrador.
