Málaga no solo presume de sus conocidas playas, sino que también guarda pequeños paraísos en el interior: sus piscinas naturales. Los pueblos esconden rincones sorprendentes rodeados de vegetación y bañados por aguas claras y frescas, ideales para refrescarse durante el verano.
Las charcas y pozas repartidas por Málaga son muchas y variadas. La mayoría se forman en zonas donde nacen ríos y manantiales, en lo alto de las sierras que atraviesan la provincia. Estos cauces suelen recorrer una distancia corta antes de llegar al mar, lo que hace que fluyan por terrenos muy inclinados, creando paisajes espectaculares.
Lo más curioso es que casi ninguna de estas pozas ha sido modificada por el ser humano: conservan su aspecto natural, lo que las hace aún más especiales. Cada una tiene su propia identidad y características únicas que las diferencian del resto del entorno.
Aquí te dejamos una selección de estas joyas escondidas en los pueblos malagueños, perfectas para disfrutar de un buen baño en plena naturaleza este verano.
Barranco Blanco, en Coín
Barranco Blanco.
Ir a Barranco Blanco, en Alhaurín el Grande y Coín, es realizar un paseo relajante y sugerente, que para muchos se convierte en un baño agradable en sus pozas. Su interés como cauce y como albergue para las nutrias, un animal muy exigente que sólo vive en aguas cristalinas, y una especie de barbo en peligro de extinción, han hecho posible que la Unión Europea lo incluya como Lugar de Interés Comunitario (LIC), al ser uno de los principales afluentes del río Fuengirola. Su caudal es permanente porque se surte del acuífero del macizo de Mijas.
Charca de las Nutrias, en Estepona
Charca de las Nutrias.
La poza cubre en las zonas centrales. Es interesante descender el río Castor por el propio cauce para disfrutar del resto de pozas, sobre todo la situada en una zona muy cercana al sendero que lleva a ella.
La Llana, en Jimera de Líbar
Charca de La Llana.
La zona de baño cuenta con mesas y sillas creadas con troncos y rocas para descansar a la sombra. Es un lugar de especial disfrute para los más pequeños, una pequeña cuerda permite balancearse hasta el agua. El paraje cuenta con vistas al gran macizo calizo de Líbar. Aquí viene a confluir el arroyo de Atajate y el sendero proveniente de Jimera de Líbar por Cañada Olivar.
Cueva del Gato, en Benaoján
Cueva del Gato.
Con sus más de diez kilómetros y sus diez recorridos diferentes estamos en uno de los sistemas espeleológicos más complejos de Andalucía, además de Monumento Natural de Andalucía. La cueva te recibe en su exterior con un lago cristalino que en verano invita al baño, pero hay que advertir que la temperatura del agua quita la respiración.
Charca del Canalón, en Istán
Charca del Canalón.
El Río Verde, en Istán, es un paraíso natural con varias pozas a lo largo de su curso. El charco del Canalón se ubica entre paredes calizas y adopta su nombre de la caída de agua de una acequia situada unos metros por encima. La poza principal es alargada, estrecha y profunda. Aguas abajo se recrece una poza muy indicada para los más pequeños.
Charco Azul, en Jubrique
Charco Azul.
El Charco Azul es un pequeño oasis situado en el corazón de Sierra Bermeja. Se alimenta de las aguas que manan del nacimiento del arroyo El Quejigo, afluente del río Almárchal, a su vez es tributario del río Genal. Esta poza natural de aguas cristalinas se ubica entre altos desfiladeros y está rodeada de densos pinares en los que abundan los helechos.