El domingo 12 de junio hubo un malagueño, de Campanillas, que se dedicó a correr 100 kilómetros, uno detrás de otro sin parar, por debajo de cuatro minutos. Todos, desde el primero al último. Eso le valió ser campeón de España de la modalidad y estampar la sexta mejor marca española de la historia. “Creo que tengo cinco o seis minutos por lo menos para mejorar”. Esto lo afirma cuatro días después, recién duchado después de entrenar, cuando cita a EL ESPAÑOL de Málaga. Corría con la camiseta amarilla del Club Atletismo Guadalhorce-Álora y un pantalón rosa, marca de la casa eso de usar pantalones de colores. Es Antonio Jesús Aguilar Conejo (42 años).

¿Cómo llega uno a plantearse preparar una carrera de 100 kilómetros?

Esto te lo piden los años, el entrenamiento, el cuerpo, las competiciones, surge solo. Son motivaciones que van llegando. Supongo que será con la edad. Son pruebas que no se preparan en un día, son un proceso de años. Es una prueba que no la entrenas, la única forma de saber a lo que te enfrentas es compitiéndola. Yo no tenía ni idea. Ahora ya sé un poco de qué va. Pero claro, no te puedes pegar 70 kilómetros entrenando. Esto es la suma de muchos días, de muchas semanas, de recuperar bien, de conseguir entrenar, no pasarte. Tu cuerpo sabe afrontar estas competiciones compitiéndolas, no entrenándolas.

¿Cuál es el máximo de kilómetros que has hecho en un día preparando esta prueba?

40 kilómetros. Hice una tirada de 40, una de 35, una de 30 y después un par de 25. También he hecho mucha bici larga. Soy de entrenar más calidad. Prefiero hacer muchas de 25 kilómetros a ritmos rápidos que hacer una de 50 a ritmos lentos. Es mi filosofía de entrenamiento. 

¿Se necesita algún tipo de preparación psicológica?

Eso va con la persona. En este tipo de carreras tan largas pasas durante muchos estados de ánimo. A veces tocas fondo. Tienes que tener muy claro lo que haces y a dónde vas. Además, hay que quererlo. Te pilla un mal día y no hay manera. Hacerlo bien y terminarlo es un conjunto de todo. Además, tienes que visualizarlo todo durante muchos meses. 

En una prueba como esta, ¿sales a ganar?

Tenía confianza, me había visualizado ganando todos los días varias veces, pero claro hay que hacerlo. Yo siempre salgo a ganar. En el papel, yo gano todas las carreras (dice entre risas). Hay mucha gente de mucha calidad. Yo siempre salgo a ganar, pero acepto siempre la derrota. Tuve un buen día, no pasé por ningún momento crítico, planifiqué muy bien la alimentación, de hecho, creo que tengo mucho margen de mejora. 

¿Por qué crees que lo puedes hacer mejor todavía?

Era un circuito duro, las condiciones no eran las mejores… Creo que he descubierto algo. Creo que voy a repetir. Creo que tengo cinco o seis minutos por lo menos para mejorar. 

¿Cómo se alimenta un atleta en una carrera como esa?

Cada vuelta de 5 km intentaba comer. Al final el cuerpo te demanda más comida. Los carbohidratos, los geles, las bebidas con hidratos también, las sales. Intenté tomar un litro de líquido por hora. Al final trataba de comer cada diez o quince minutos durante la última hora, porque te quedas vacío. 

Los segundo y tercero en el podio fueron otros dos malagueños, José Antonio Urbaneja y Daniel Moreno. ¿Cuándo te quedaste solo?

Durante 55 kilómetros fui solo. Por creo que ha sido una gran marca, no era consciente de ello hasta que lo hice. A lo mejor con un grupo de gente que te lleve durante más kilómetros mejoras la marca. El circuito tenía muchos giros, muchas marcas. Cuando empecé a quedarme solo, empecé a distanciarme, pensé, si gestionas esto bien, lo sacas. Fue lo que intenté. Es una oportunidad en la que no te ves todos los días. Tenía miedo a que el cuerpo no me funcionara. En ningún momento llegué a ponerme al límite por el respeto a la distancia y por la gente que venía atrás, que es gente muy buena.

¿Cúando te viste ganador?

En la última vuelta, en los últimos 25 minutos sabía que aquello no se me escapaba. Simplemente era terminar y asegurar un poco. 

¿Visualizaste muchas veces el momento de entrar a la meta?

Yo eso me lo tomo tranquilo, es un proceso, no soy muy de festejos ni nada. Yo estaba tranquilo, no quiero sonar pedante ni soberbio. Es parte de la psicología de esta cosas. Lo había visualizado tantas veces que al final casi llegas ya sabiéndolo. Creo que todavía no he asimilado lo que ha pasado. Es algo del deporte, un premio muy grande. Aunque me lo tomo como algo normal, es algo que queda ahí, pero que no me lo quita nadie.

Continuará...

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