El Centre Pompidou Málaga ha dado comienzo este viernes a la novena edición de Hors Pistes con una propuesta que invita a mirar el mundo desde la perspectiva de otros seres vivos.
Bajo el título El sueño animal, la muestra permanecerá abierta al público hasta el 2 de noviembre, ofreciendo una experiencia sensorial y filosófica que se aleja de lo convencional.
La exposición, fruto de la colaboración entre los equipos curatoriales del Pompidou de París y Málaga, incluye obras de vídeo y fotografía firmadas por once creadores procedentes de Francia y España.
Un momento de la presentación.
Cada pieza actúa como una ventana a universos alternativos, donde lo onírico no es exclusivo del ser humano y donde lo ficticio se convierte en otra forma de verdad.
Inspirada por las teorías del pensador David M. Peña-Guzmán y las propuestas de la filósofa Donna Haraway, El sueño animal propone un giro narrativo: no hablar sobre los animales, sino con ellos.
Las obras presentadas, más que documentar, fabulan. Lejos de la literalidad, imaginan sueños imposibles de verificar, pero repletos de intuición, sensibilidad y preguntas sobre la conciencia no humana.
Los artistas Bego Antón, Thibault Brunet, Estela de Castro, Clément Cogitore, Ana Frechilla, Hortense Gauthier, Ruth Montiel Arias, Victor Missud, Antoine Schmitt, Candela Sotos y Nanut Thanapornrapee componen este recorrido poético donde los animales emergen como protagonistas de mundos simbólicos. Las piezas, lejos de ofrecer respuestas cerradas, sugieren formas alternativas de habitar el mundo.
Durante la inauguración estuvieron presentes representantes institucionales y comisariales como Luis Lafuente, Géraldine Gómez y Elena Robles, junto a varios autores participantes y miembros de Fundación “la Caixa” y CaixaBank, entidades que respaldan esta iniciativa.
En lugar de resolver un enigma, la exposición propone un territorio abierto donde los sueños de los animales —si los tienen— podrían hablarnos de formas distintas de libertad interior y de creación mental. En esas visiones hipotéticas, la noche se convierte en un espacio donde lo no humano quizás imagina, siente y transforma su realidad, tal vez incluso mejor que nosotros.
