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Tras el cambio de ubicación de última hora, Jennifer López aterrizó en Fuengirola después de seis años sin pasar por Málaga. Las rachas de viento de hasta 60 kilómetros por hora obligaron a la organización a retrasar el evento y muchos asistentes consideran que el evento fue un "caos".

López se subió a las tablas del Marenostrum Fuengirola una hora más tarde de lo previsto, mientras que en el paseo Marítimo decenas de personas aguardaban todavía para entrar al recinto, según han expuesto algunos de los asistentes a través de redes sociales.

Muchos de los asistentes al concierto han asegurado que cuando el concierto comenzó "había miles de personas aún en la calle". Por lo que se perdieron alrededor de media hora de la actuación. Además, según sostienen el sonido "era horrible, no la escuchábamos cantar".

A la hora de situarse en el recinto según las entradas que habían adquirido, han señalado que no había zonas delimitadas. Por tanto acabaron "personas que habían pagado 1.000 euros por la entrada junto a personas que habían pagado 90 euros".

"La organización del evento no ha estado a la altura", aseguraba la influencer malagueña Esperanza Aragón a través de sus stories de Instagram tras el concierto. Ella acudió al concierto con su familia y los reubicaron "de muy mala manera".

Ella salió indignada del concierto, pero a su alrededor el sentimiento del resto de los asistentes era el mismo. Eso sí, Jennifer López estuvo "divina", pero a su parecer la organización no.

Aunque se lamenta de que "había gente con muchísima ilusión por venir a este concierto" que habían hecho un esfuerzo económico mal situadas y "muchas personas mayores que no sabían dónde ubicarse".