Málaga

En la casa de Manolo García no había lugar para la cultura ni el conocimiento. El artista nació en el seno de una familia de humildes labradores. A pesar de todo, el cantante de Poblenou siempre tuvo claro su vocación: cantar y pintar. Incluso llegó a decirle a su padre siendo un adolescente que no iba a trabajar en la fábrica. A los 14 años ya se estaba subiendo a un escenario. Lo demás es historia.

El creador catalán lleva toda su vida pintando en lienzo, dibujando a lápiz durante las giras de conciertos y creando esculturas. Esta faceta nunca la ha dejado de cultivar aún con una agenda tan apretada. De hecho, muchos de sus seguidores lo saben porque él mismo diseña las portadas de algunos de sus discos como Geometría del rayo (donde aparece uno de sus coloridos y surrealistas cuadros) y Todo es ahora.

Una exposición en Málaga desvela ahora esta faceta tan desconocida para muchos del excantante de Los Burros y El último de la fila. La Finca El Portón de Alhaurín de la Torre acogerá el próximo 3 de diciembre la inauguración de la muestra Cuerpos celestes donde se exhibirán dibujos, esculturas y óleos del cantante con una clara influencia surrealista y dadaísta.

El público podrá ver más de medio centenar de obras, de las cuales 35 son dibujos realizados a carboncillo durante sus giras por toda España, hasta el próximo 30 de enero. Una selección que abarca desde trabajos más recientes a algunos de sus primeros trabajos gráficos y balbuceos con el pincel. 

García persigue en esta exposición desligarse de nuestra época tecnológica, que nos aleja de nuestra esencia, para poder vivir en la naturaleza; y dar a esta "el protagonismo absoluto, y tener respeto y convivencia con todos los seres vivos en un mundo vegetal pleno", señala el compositor.

El músico ha seleccionado con mimo y cuidado esculturas, óleos y dibujos para la exposición en Málaga. A través de estas piezas, los malagueños descubrirán sus particulares mundos soñados, siempre con elementos vegetales y animales formando parte de la pieza, y desarrollando la imaginería de su propio bosque interior. "Pinto animales, montañas, masas líquidas y formas vegetales abstractas, dentro de mis obras oníricas, porque persigo con encono esa esencia, la que no me ofrece mi moderna forma de vivir", reconoce García en numerosas entrevistas.

Aunque se le conozca más por su papel en la música, la pintura siempre le ha acompañado y, durante épocas, es donde focaliza toda su inspiración. Es su espacio para la calma, y su momento donde sacar, expresar y "realimentar" la música, aseguraba en una entrevista durante una de sus exposiciones, y lo describía como realimentar arte con arte.

A partir del 3 de diciembre, en La Finca El Portón de Alhaurín de la Torre sus fans podrán comprobar esta sinergia disfrutando de unos cuadros que beben del impresionismo, pero también del surrealismo y el dadaísmo, así como de muchas otras influencias.

García estudió diseño en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Barcelona. Desde muy joven trabajó en estudios de diseño de diferentes agencias de publicidad en la ciudad y más tarde se estableció como freelance diseñando sobre todo portadas de discos y juguetes. Aunque a parar de aquel momento se volcó en el mundo de la música, nunca dejó de pintar y dibujar y ha hecho más de veinte exposiciones, además de participar en numerosas colecciones por todo el país.

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