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Dámaso Ruano en su estudio de El Palo.

Dámaso Ruano en su estudio de El Palo. Cedida por la familia

Cultura

La Málaga del pintor Dámaso Ruano vista desde los ojos de su hijo artista

Desde su estudio en El Palo, la Playa de Almayate o el ya desaparecido bar Itagua en Paseo de Sancha donde iba con el colectivo Palmo: el artista fue siempre fiel a su barrio marinero y a la heladería Natali.

11 septiembre, 2021 08:09
Málaga

Dámaso Ruano (Tetuán1938 - Málaga2014formó parte de una generación, la del 50, que renovó el arte malagueño entre los años 70 y 80. Compartió mesa y mantel con Manuel Barbadillo, Enrique Brinckmann, Eugenio Chicano, Elena Laverón, Gabriel Alberca y Joaquín Peinado. Instalado en la capital desde 1969, el pintor dejó una gran huella en los lugares que habitó y en las numerosas obras que tiene por la ciudad.

Su hijo, el artista Pablo Ruano, recuerda la ciudad que su padre amó durante una charla con EL ESPAÑOL de Málaga. El creador desarrolló toda su carrera en el estudio de El Palo. Justo allí tiene un mural precioso en un edificio en la Plaza del Niño de las Moras, lugar donde se encuentra la sede de la Asociación de Vecinos y Vecinas del barrio, a sólo unos metros de la playa, con su rebalaje y sus jábegas.

El pintor se movía fundamentalmente por El Palo donde también tenía su casa, en la que vivía junto a su esposa Pilar Cervera (sus ojos y sus manos toda la vida) y sus cinco hijos. "Le gustaba su barrio. Se levantaba e iba a tomarse el café al Frankfurt, una cafetería que había en la calle del mercado. Allí se leía el periódico. Le encantaba hacerlo todos los días. Luego se subía al estudio y se encerraba allí", relata su hijo.

Una foto de Ruano en su estudio. Cedida por la familia

Lo de su padre, dice Pablo, "era una auténtica pasión por pintar". "Nosotros lo llamábamos para comer (el estudio comunica con el hogar). A través del lavadero metíamos un silbido que él ya reconocía para la hora de la comida. Estaba horas y horas pintando", cuenta el también artista, que piensa que su madre "quizá ha llevado una vida sacrificada en ese sentido, de no viajar, porque mi padre pintaba mucho".

El Ayuntamiento de Málaga le dedicó en marzo de 2011 una calle en la barriada de El Palo, ubicada junto a la plaza Nuestra Señora del Rosario. En concreto se encuentra al lado del cementerio y el Pabellón Municipal José Paterna. También tiene otra vía a su nombre coronada de casas residenciales en Cártama. 

Su amigo, el arquitecto Carlos Hernández Pezzi, escribió para el día de la inauguración de la calle en la ciudad las siguientes líneas: "Para una persona sencilla, que lleva la elegancia metida en lo más profundo de la belleza interior, dar nombre a una calle de Málaga es como poner la belleza en el callejero para que su elegancia conviva con nosotros".

Pablo recomienda visitar el Museo de Málaga, en el Palacio de la Aduana, para ver una de las obras de su padre. Objeto Náufrago II, un lienzo de 1998 adquirido por la pinacoteca a su autor, cuelga de las parades de la sala de pintores contemporáneos malagueños. El público puede aprovechar de paso para contemplar la exposición temporal dedicada a un compañero de generación, Eugenio Chicano, en la que se reproduce el estudio el pintor y hay una retrospectiva con 52 obras.

La obra 'Arrabal' colgada en el MUPAM. MUPAM

El Museo del Patrimonio Municipal (MUPAM) también tiene varias piezas de Ruano en su colección como Arrabal (2002), comprada en 2012 por 7.000; Espacio Abierto (2000), adquirida en 2015 por 15.000 euros; Serigrafía-Abstracto (1976); y dos grabados (el primero una composición geométrica en marrones) donados por Juan Jiménez. La primera de todas es la única expuesta de momento en el espacio cultural.

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